La presidencia de la Mesa del Congreso, que se constituirá este jueves a las diez de la mañana, se dirimirá entre la candidata socialista, Francina Armengol, y Cuca Gamarra, que muy probablemente será la persona designada por el partido popular, que esta tarde reúne el grupo parlamentario para tomar una decisión. Además de esto, hay un segundo nivel de negociación para las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías, y aquí el PSOE, Sumar y Vox ya han reclamado sus lugares a socialistas y populares respectivamente.
Los socialistas, que esta mañana han reunido su grupo parlamentario, se han decantado por la presidenta del PSOE de Madrid, Isaura Leal, como candidata para conseguir una de las cuatro secretarías de la Mesa del Congreso. Por su parte, el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, será propuesto para continuar como vicepresidente de la Cámara.
Sumar también ha anunciado sus candidatos para la Mesa. Según ha informado la misma Yolanda Díaz en una reunión con el grupo parlamentario, el partido propondrá que la diputada por Cádiz Esther Gil ocupe una vicepresidencia y el dirigente de los comunes Gerardo Pisarello repita como secretario, cargo que ya ocupó durante la pasada legislatura con Unidas Podemos.
La vicepresidenta española en funciones, en una intervención en abierto ante los 31 diputados de su grupo, se ha mostrado esperanzada que «las cosas vayan bien» mañana para el bloque progresista en la conformación del órgano de gobierno de la cámara. De hecho, ha dicho que es «optimista» con las negociaciones para la Mesa del Congreso y, en este sentido, ha señalado que «el señor Jaume Asens y yo misma estamos negociando con discreción y al máximo nivel» con la formación de Carles Puigdemont.

Vox también levanta el dedo
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha confirmado este miércoles que están negociando los cargos a la Mesa con los populares y ha apuntado una posible vicepresidencia. «No sería razonable que, siente la tercera fuerza, quedáramos fuera», ha afirmado. En cambio, el líder del partido de extrema derecha ha enfriado las posibilidades de una investidura favorable de Alberto Núñez Feijóo, a pesar de haberle dado los votos incondicionales, porque, según él, «apenas hay alternativas factibles en la constitución de un gobierno de destrucción nacional».