El Níger se ha visto sacudido de nuevo con del golpe de estado de la semana pasada. Después de dos años de la primera transición política pacífica desde que el país se independizó del colonialismo en los sesenta, el país africano ha sufrido una nueva sacudida interna que ha cerrado las fronteras y ha puesto en alerta en toda la comunidad internacional. Este martes, el gobierno español ya ha anunciado que está haciendo manos y mangas para evacuar por vía aérea a los setenta ciudadanos españoles que han quedado atrapados por el golpe de estado. A pesar de que los golpistas avisaron en la comunidad internacional que no intercedieran -refiriéndose militarmente-, España ha decidido evacuar a los ciudadanos atrapados a causa de «la ausencia de vuelos comerciales después del cierre del espacio aéreo en Níger y la actual inestabilidad al país».
Los responsables de la Embajada de España en el Níger han facilitado estos días a los españoles que se encuentran en el país un correo electrónico y un número de teléfono de emergencia consular para poder coordinar la operación de evacuación. Una evacuación que también han anunciado desde Francia que pretenden llevar a cabo para sacar de territorio africano a sus ciudadanos atrapados. El ministro de Asuntos exteriores en funciones, José Manuel Albares, ha hecho un llamamiento a todos los españoles del territorio a ponerse en contacto con la embajada para mantenerse «localizados» en todo momento.

Escalada de tensión
El que empezó como un golpe de estado miércoles de la semana pasada ahora amenaza en poderse convertir en una guerra de bloques con el tercer país más pobre del África como epicentro. Una escalada de tensión que también aparece a raíz del ultimátum de los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (ECOWAS, por sus siglas en inglés) quien han exigido a los golpistas que tienen un plazo de siete días para restaurar el ahora derrocado Mohamed Bazoum como presidente del país o en caso contrario tomarán medidas adicionales entre las cuales no descartan el “uso de la fuerza”. En este sentido, pero, desde Mali y Burkina Faso han avisado que una acción militar podría desestabilizar mucho en el país.