El tripartito de Guanyem, Junts y ERC en Girona es una de las pocas buenas noticias que han dejado las elecciones municipales para el movimiento independentista. El fallido acuerdo Trias-Maragall en Barcelona y la presidencia de Anna Erra (Junts) en el Parlamento son las otras dos, pero tendrán un efecto más limitado en el imaginario independentista. La habilidad del nuevo alcalde, Lluc Salellas, para arrastrar a Junts y ERC a un pacto de ciudad entre partidos con muchas diferencias programáticas convierte Girona en un campo de pruebas de la capacidad de entendimiento del independentismo a medio plazo.

En una entrevista a la Agencia Catalana de Noticias (ACN), Salellas ha anunciado que el «gobierno amplio» tendrá un comité estratégico que se reunirá una vez en el mes para revisar la evolución de los 64 ejes acordados antes de la investidura. El precedente del último gobierno de coalición en la Generalitat no es muy alentador, pero Salellas ha revelado que durante la negociación con Junts y ERC –estaban obligados llegar a un acuerdo si querían evitar que el PSC gobernara como fuerza más votada–, «fue muy fácil encontrar puntos de entendimiento», incluso en temas «a priori» complicados, como el límite de los pisos turísticos.

La reunión entre las cabezas de lista la Ganamos, Juntos y ERC antes de la investidura de Salellas / ACN

Primer piedra para el «cambio de rumbo» en Girona

El nuevo alcalde es consciente que los próximos meses serán complicados porque llegan con unos presupuestos heredados y confía que las cuentas del 2024 serán la primera piedra del «cambio de rumbo» que necesita Girona. Con todo, Salellas cree que se podrán modificar algunas partidas para ofrecer «algunos avances de la política que tiene que venir» los próximos cuatro años. Las prioridades del nuevo gobierno municipal estas primeras semanas de trabajo son mejorar la movilidad con nuevos caminos escolares, impulsar el transporte público, hacer un plan de choque para rehabilitar calles o dar un empujón a «la cogovernanza con las entidades» con mesas de trabajo conjuntas. Uno de los grandes proyectos del mandato será la reforma de la calle de la Creu, que Salellas quiere consensuar con vecinos y comerciales. La intención es hacer «actuaciones quirúrgicas» este mismo año para preparar el camino a una reforma integral a partir del año próximo.

Reuniones mensuales para lubricar el gobierno

Salellas está convencido que el gobierno independentista solo podrá aplicar con éxito sus políticas desde el consenso. Guanyem, Junts y ERC suman 17 de los 27 regidores, por lo cual tienen garantizada la mayoría absoluta en todas las votaciones que lleven al pleno. Por lo tanto, el grueso del trabajo negociador se tendrá que hacer en el consejo de gobierno. Los tres partidos han creado un espacio de trabajo interno que se reunirá de manera «recurrente» –una vez al mes, como mínimo– para trabajar los acuerdos que después se llevarán al pleno. «Más allá de las conversaciones habituales que tenga con Gemma Geis y Quim Ayats, el gobierno amplio se ha dotado de este espacio de trabajo coordinado, para tener una propuesta única y desarrollarla de manera cohesionada», dice Salellas.

La génesis del comité estratégico es el propio acuerdo de gobierno que los tres partidos negociaron antes del pleno de investidura del fin de semana. Salellas ha agradecido la «generosidad» de Junts y ERC durante las conversaciones para «trabar con un buen trabajo» el «gobierno amplio». Muchos dirigentes independentistas ponen como ejemplo de cómo se tienen que hacer las cosas a partir de ahora si se quiere construir una nueva unidad de acción independentista para no perder la Generalitat, que será el último baluarte del poder independentista en Cataluña después de que el PSC haya recuperado Barcelona, Lleida y Tarragona y gobierne con comodidad en la mitad de grandes ciudades del país.

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