Se acerca el día señalado para investir los alcaldes de cada municipio después de las elecciones del pasado 28 de mayo, y a Girona cada vez está más perfilado quién será el alcalde de la ciudad. Guanyem, Junts y ERC han dado un paso más y perfilan un tripartito para investir Lluc Salellas (Guanyem) alcalde. Un pacto que todavía no se ha materializado, pero que según afirman desde Guanyem solo falta aclarar «los flecos» de cara este sábado 17 de junio -día límite para investir-.
Según detallan, los equipos de negociación se han reunido varias veces desde las elecciones y ya han elaborado un documento con 60 propuestas sobre las cuales trabajar. Ahora bien, uno de los puntos firmes del pacto es que Salellas sea el alcalde de Girona durando todo el mandato, es decir, durante los próximos cuatro años. En este sentido, el candidato cupaire se muestra satisfecho de que se pueda dar un pacto construido entre tres fuerzas diferentes en la ciudad, un pacto que él considera que nace a partir de los «grandes consensos de ciudad, desde la generosidad».
Para Salellas, si acaban sumando esfuerzos, la unión de Guanyem, ERC y Junts constituirían «el gobierno más sólido de las últimas décadas», un gobierno que dispondría de una amplia mayoría al pleno con 17 de los 27 regidores.

Juntos contradice la versión de los cupaires
Ahora bien, mientras que Guanyem asegura que se han hecho grandes progresos para llegar a un acuerdo a tres bandas, desde la candidatura de Gemma Geis (Junts) desmienten la versión de los cupaires y aseguran que todavía ven «lejos» un acuerdo para resolver la alcaldía de Girona. Desde la candidatura de Geis afirman con contundencia que «en ningún momento ha habido conversaciones ni negociaciones a tres bandas» entre Guanyem, ellos y ERC, y subrayan que, a pesar de que han avanzado en algunos puntos con la formación de Salellas, todavía quedan muchos temas por habla y debatir antes de consolidar un acuerdo de gobierno. Una idea que se contrapone completamente a la afirmación de los cupaires que solo quedan para pulir los «flecos» del acuerdo.