La derecha, la extrema derecha y la ultraderecha hace una semana que asaltan las calles de Madrid para movilizarse ante la sede del PSOE, en la calle Ferraz, con el apoyo de dirigentes de Vox como Santiago Abascal y con apariciones estelares como la d’Esperanza Aguirre. Protestan contra la amnistía y contra los pactos que los socialistas españoles están logrando con Sumar, EH Bildu, ERC, BNG, Junts por Cataluña y el PNB para la investidura del líder del PSOE, Pedro Sánchez, como presidente español.
De momento, ya han conseguido que el CIS haga un giro y dé la victoria al PP en unas eventuales elecciones en el Congreso si se hicieran ahora. En este contexto, este domingo, hay convocadas protestas contra la amnistía en Barcelona y, en teoría, en todas las capitales de demarcación del estado, con Madrid incluida. La de Barcelona la convocó la plataforma Cataluña Suma miedo España después de la foto de Carles Puigdemont con una delegación del PSOE encabezada por Santos Cerdán en Bruselas, bajo una imagen gigante del referéndum del 1-O. El lema es
Revuelta, próximo a Vox pero siguiendo la consigna de Aznar: «Quién pueda hacer algo, que la haga»
El canal que está sirviendo para convocar las concentraciones a Ferraz es la plataforma Revuelta, próxima a Vox, pero expertos consultados por El Món apuntan al expresidente español José María Aznar como el instigador intelectual de la movilización por el llamamiento que hizo el pasado 2 de noviembre, en un acto conjunto con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo: “Quién pueda hacer algo, que la haga, quién pueda aportar algo, que lo aporte, quien se pueda mover, que se mueva”.
Xavier Rius Santo, periodista especializado en extrema derecha, manifiesta que «a muchos votantes del PP los parece bien estas manifestaciones y han hecho el que dijo Aznar». Según Ríos Santo, más allá de los disturbios, «el PP no puede condenar estas protestas porque los parecen bien» y porque, por otro lado, «no puede escupir contra sus votantes que han ido a Vox y pueden volver o volvieron».
El profesor de Ciencias Políticas de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Marc Guinjoan, por su parte, subraya que «inicialmente las protestas iban un poco en la línea del que dijo Aznar». Aun así, apunta que «cuando el PP ha visto que esto estaba liderado por la extrema derecha, que había actos violentos y que estaba lleno de banderas franquistas y fascistas se ha tenido que desmarcar» porque, según apunta, la formación de Feijóo «no ha tenido otra opción». «Al final no puedes apoyar a un movimiento que es violento porque durante todos los años del Proceso has tenido el mismo discurso de mierda y, por lo tanto, no puedes ahora tampoco estar defendiendo lo que en su momento estuviste criticando cuando no había violencia», concluye.

El politólogo de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) Toni Rodon, por su parte, señala que el PP antes era un «partido camaleón», es decir «era visto como un partido moderado para gente moderada, un partido de derechas para gente de derechas y un partido de extrema derecha para gente de extrema derecha». En cambio, esto se rompe cuando surge Vox «y dentro del partido hay una tensión y una lucha interna, porque Feijóo sería la cara más moderada, pero entonces surge Ayuso, que flirtea más con la extrema derecha». «Son muchos equilibrios que el partido tiene que hacer y da incentivos porque se radicalice», pero subraya que todo proviene de un mismo mal, «el anticatalanismo estructural que hay en España».
La frustración de PP y Vox por la derrota del 23-J
Otro factor que ha motivado estas manifestaciones es la frustración del PP y Vox por la victoria insuficiente en las elecciones españolas del 23-J –que se ha transformado en una derrota– cuando se veían virtuales ganadores: «Están nerviosos porque han perdido el que tenían en las manos», dice Guinjoan en este sentido, y señala que la derecha «está muy agitada» porque viene de derrochar unas elecciones que «tenían claro que ganarían» y también porque «lo que previsiblemente se aprobará es un paquete legislativo que es muy ideológico, al cual buena parte de la población española se opondría desde un punto de vista conceptual si no fuera porque detrás hay la posibilidad de solucionar un conflicto y formar un gobierno de izquierdas».
Rodon es del mismo parecer de Guinjoan y señala que «están muy frustrados porque la derecha y la extrema derecha se esperaban una victoria rotunda en las elecciones de julio y esto no se produjo», pero remarca que las protestas son una suma de la «reacción a corto plazo por los pactos» y de «la frustración que se ha ido acumulando» a lo largo de estos tres meses y pico. Por otro lado, señala que Vox está aprovechando este escenario «para marcar perfil», puesto que las últimas elecciones «no cumplió expectativas». Añade que tanto a la derecha como la extrema derecha la amnistía los parece «una auténtica barbaridad porque no los entra en el jefe» y, por lo tanto, protestan y estas movilizaciones, según él, «llevan a la violencia porque se acumulan individuos de perfil muy extremo, fascistas».

La aparición de la ultraderecha a las protestas
Ríos Santo señala que la aparición de las formaciones de ultraderecha se han sumado a las concentraciones a posteriori, porque lo primero que convoca una manifestación ante la sede del PSOE a Madrid es Vox, a través de una entidad «no legalizada» denominada Revuelta. «Revuelta convoca a manifestarse ante el PSOE y esto ha ido creciente», hasta el punto que se ha sumado «toda la ultraderecha al margen de Vox» con sus pancartas y consignas -con gritos a favor de Primo de Rivera– sin que nadie les diga nada». «El PP lo rechaza, Vox toca a rebato y llamamiento a la movilización y las entidades de la ultraderecha han salido a la calle», porque «Vox con la ultraderecha más radical no está incómodo y van juntos».
En este sentido, señala la presencia en las manifestaciones de grupúsculos como Falange, Falange de la Jons, Democracia Nacional, Hacer Nacion y Bastión Frontal, entre otros. Sobre Bastión Frontal, la entidad antisistema liderada por Isabel Medina Peralta, el experto en extrema derecha explica que esta «se disolvió hace un año y medio y esta semana reactivaron la cuenta de Telegram» y aparece su líder, que tiene la entrada prohibida en Alemania por su discurso antisemita, engarce a una marquesina con el brazo en alto y también intentando huir de un furgón policial.
Añade que en las manifestaciones se reúne mucha gente joven de perfil «ultracatólico» cantando el «

Ambiente guerra-civilista
El politólogo de la UPF Toni Rodon espera que este movimiento «no vaya más allá de la movilización», y no cree que en la Europa Occidental actual «pueda ir más allá y ver un 23-F», pero alerta que «sí que puede haber un tipo de golpe blando» si las cosas se complican mucho durante la legislatura, que augura «difícil». En este aspecto, a pesar de que ahora no ve posible este escenario, pose sobre la mesa la posibilidad que el PSOE y el PP puedan llegar a «un consenso de estado» en referencia al «nacionalismo español» y «implementen muchos límites». Así mismo, cree que tanto PP como Vox están «buscando tensionar el ambiente» en la calle, pero duda que trabaran el Rubicón a pesar de que, como bien apunta, «por parte de Vox ya lo han hecho pidiendo a la policía que no intervenga».
Aun así, pone énfasis en el hecho que ambas formaciones «tienen un discurso que es complicado porque defienden la Constitución, y ahora no haran cosas que vayan en contra de la Constitución», pero avisa que pueden hacer uso de «subterfugios indirectos» como ya están haciendo: «Utilizar todo su poder mediático, incluso en diarios supuestamente de izquierdas, y usar la puerta de la judicatura y del poder judicial, que han usado los últimos años, porque es un mundo que intelectualmente los es muy próximo», cosa que «los permite actuar sin actuar». Todo ello, apunta Marc Guinjoan, es un reflejo de las dos Españas, que «se hacen evidentes cada vez que se vota». «Esta es una división importantísima en España, tiene consecuencias sobre todos los factores políticos, económicos, culturales, de derechos y sobre el debate territorial».