Tamara Falcó e Íñigo Onieva se casarán el próximo 8 de julio, una boda que ha estado rodeada de polémica desde el principio. Hay que recordar que el empresario puso los cuernos a la hija de Isabel Preysler y que esto hizo que cancelaran su compromiso, pero sorprendentemente le perdonó y se reconciliaron poco después.
Faltan pocos días para la ceremonia que los unirá como marido y mujer, pero ni siquiera esto ha impedido que aparezcan informaciones sobre más infidelidades que presuntamente se habrían cometido en el pasado. Una mujer que trabaja de Policía Nacional ha concedido unas declaraciones a
«Yo me enamoré«, asegura. Además, dice que tiene pruebas que demuestran esta aventura y que no fue cosa de una noche, sino que la historia se alargó varios días: «Me pidió el Instagram y estuvimos hablando por allí». Eso sí, reconoce que él le decía que no podían estar juntos.

El mismo Íñigo se habría puesto en contacto con un periodista del programa en aquel momento para decir que este tema pertenece al pasado y que Tamara ya lo sabía: «Todo está perdonado y olvidado», habría asegurado. De hecho, desde Telecinco se ha dicho que ya les habían avisado que saldría este testimonio a la luz.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva imponen una prohibición a los invitados de la boda
Ahora vuelven a criticarlos porque se ha sabido que han impuesto una condición a los invitados que no les ha gustado nada. Quieren proteger la exclusiva que han vendido a una revista y, por este motivo, no quieren que publiquen fotografías del interior de la finca en las redes sociales. La única manera de conseguirlo es quitar los teléfonos móviles cuando entren a la capilla, estará totalmente prohibido tenerlo en la mano.

La periodista Leticia Requejo ha explicado en