Iñaki Urdangarin es el hombre del día por la entrevista bomba que ha concedido a Jordi Basté en su nuevo programa en La 2 Cat. Por primera vez, ha explicado su visión de cómo vivió la estancia en prisión y ha ofrecido un testimonio lacrimógeno al respecto: «Los primeros tres meses lloré muchísimo, no estoy orgulloso de cómo lo gestioné», ha llegado a decir. Una de las frases más impactantes tiene que ver con su exesposa, Cristina de Borbón, ya que asegura que le sabe «muy mal» que se haya acabado su historia porque la ama -en presente- «mucho» y ha sido «uno de los grandes amores» de su vida. Lo que pocos saben es que cuando se enamoraron, él mantenía una relación con otra mujer.
Era 1992 cuando Iñaki inició una relación sentimental con Carmen Camí, la secretaria del Ayuntamiento de Puigcerdà que hizo que olvidara a su pareja de aquella época. Después de un tiempo a distancia, él movió hilos y consiguió un trabajo para ella como secretaria de una cadena de gimnasios de Barcelona. La suya era una historia de amor bonita y muy formal, hasta el punto de que tenían una cuenta de ahorro común y habían puesto sobre la mesa la posibilidad de casarse.
Cuando llevaban cuatro años saliendo, llegaron las Olimpiadas de Atlanta que lo cambiarían todo. Fue allí donde el jugador de balonmano conoció a Cristina, la encargada de felicitar al equipo olímpico español del que formaba parte: «En esos juegos intercambiaron más que miradas, también se dieron los teléfonos. Y cuando volvieron a Barcelona, empezaron a quedar«, recuerdan en la revista Lecturas.

Iñaki Urdangarin compaginó las dos relaciones, con Cristina y con Carmen, durante varios meses: «Desde septiembre hasta abril, tuvo dos parejas que iban intercambiando los papeles de oficial y oficiosa«. Ninguna de ellas conocía la existencia de la otra, claro está, hasta que Carmen se enteró de la peor manera… por la televisión.
Carmen Camí, la expareja de Iñaki Urdangarin que supo por televisión que la estaba engañando
La historia es muy fuerte, pero así dicen que fue. Ella no tenía ni idea de que su novio la engañaba y, un día, vio en antena un anuncio que la dejó helada. Iñaki, el su Iñaki, había pedido matrimonio a la infanta Cristina: «Camí supo, de esta manera, que ya no era la pareja del deportista y se quedó estupefacta«, publicó El País hace un tiempo. Cuando los medios de comunicación supieron lo que había pasado, corrieron hacia su casa para conocer su reacción. Ella, muy digna, no pronunció ninguna mala palabra contra él: «No estoy dolida con él, estoy tranquila y muy bien».
Solo cinco meses después de aquel anuncio tan inesperado, Iñaki y Cristina se casaban en una boda multitudinaria en Barcelona. Mientras tanto, Carmen Camí abandonaba la ciudad condal a la que se había trasladado por él. El amigo de Urdangarin que le había dado trabajo se convirtió en su apoyo principal, hasta el punto de que terminaron enamorándose y hoy en día continúan casados. Tienen dos hijos en común y se ganan muy bien la vida, ya que él es el CEO de una cadena de gimnasios y ella es la encargada de un negocio gourmet en Puigcerdà y la administradora de una empresa que asesora a explotaciones deportivas.

Queda claro, pues, que Iñaki Urdangarin tiene predilección por encadenar una relación con otra antes de romperla definitivamente. Hizo lo mismo con Carmen, después con Cristina y, la última, con Ainhoa Armentia con quien empezó cuando aún no se había divorciado de la infanta española.

