El balance de muertes que ha dejado el terremoto que sacudió el viernes de la semana pasada Marrakech continúa creciendo. Ya son más de 2.900 las personas que perdieron la vida, y el número de heridos escala hasta 5.500, según las últimas informaciones facilitadas por el Ministerio de Interior del Marruecos que ha recogido la televisión estatal SNRT. Esta última actualización llega en llenas tareas de rescate, en las cuales varios países, como por ejemplo España, también han puesto de su parte enviando operativos en expediciones internacionales para facilitar este trabajo. A pesar de los numerosos ofrecimientos de la comunidad internacional, pero, Marruecos ha rechazado la ayuda de varios países argumentando que aceptarla «podría ser contraproducente».
A estas alturas, Marruecos tan solo ha aceptado el apoyo de España, el Reino Unido, Qatar y los Emiratos Árabes, puesto que los considera países amigos. En cambio, otros estados como Alemania, Argelia o Francia también se han ofrecido a ayudar, pero como que no los consideran «países amigos, el gobierno marroquí ha preferido desvincularse y no aceptar su apoyo. El motivo, pero, que alegan es que habría «carencia de coordinación» entre ellos. En un comunicado que han emitido este martes, el país agradece la «solidaridad» que han expresado varios estados y se limitan a comentar que, según avancen las tareas evaluarán «las posibles necesidades» y se plantearán aceptar más apoyo internacional para el rescate.

Un seísmo sobrecogedor
El seísmo se registró al poco de las 23.10 horas de la noche de viernes y sacudió la región en el suroeste de Marrakech. El epicentro, pero, no se detectó en la ciudad, sino en la localidad de Ighil. Más allá de la ciudad, las afectaciones se sintió en todo el territorio, y provocaron numerosos derrumbamientos de edificios en varios puntos del país. Las tres provincias del Marruecos más afectadas por el seísmo son Al Houz, Taroudant y Chichaoua, según detalló el Ministerio del Interior marroquí. El miedo a nuevas réplicas ha mantenido en alerta durante los días posteriores al terremoto a la población.