La modificación de la marca corporativa de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) y la introducción de la marca 3CatInfo para agrupar todos los servicios informativos de TV3, Catalunya Ràdio y el 3/24, que ha relegado estas marcas históricas a un segundo plano; los cambios de programación en la parrilla de TV3, con la introducción de programas discutidos como Bestial o la contratación de influencers como, por ejemplo, Dulceida, las acusaciones de censura de un documental sobre zonas inundables y la presencia del castellano en los medios públicos han puesto a la CCMA en el ojo del huracán. Estas decisiones han provocado la queja pública de los profesionales de la casa, tanto del Consejo Profesional de TV3 como del Comité de Empresa de TV3 y Catalunya Ràdio. Y, además, también han llegado al Parlamento de la mano de Junts per Catalunya, que ha cargado duramente contra la presidenta de la CCMA, Rosa Romà, por el cambio de marcas y contra el PSC porque consideran que está haciendo uso de los servicios informativos para “desnacionalizar” Cataluña. Con estos ingredientes sobre la mesa, voces expertas y vinculadas a los medios públicos explican a El Món cómo ven todos estos aspectos. Subrayan que la actual etapa de cambio, junto con otros aspectos como los citados anteriormente, ha provocado un “embrollo sensacional” o «una tormenta perfecta» en los medios públicos en un momento de cambios tecnológicos y de tensión política, que se concentra sobre Romà.

El histórico periodista deportivo Joan Ramon Vallvé, que es miembro del Comité de Empresa de TV3, admite que es “una etapa de cambio” y considera que Romà se ha hecho un «equipo a medida muy grande, con gente que ha elegido ella» pero que no ha terminado de conectar con los trabajadores de la casa. “No ha terminado de tener sintonía con la plantilla”, afirma, y lamenta que Romà entrara a la dirección de los medios públicos “con muchos prejuicios, como si tuviera que cambiarlo todo”. A pesar de que Romà afirma que las marcas de TV3 y Catalunya Ràdio no desaparecerán, el periodista revela que se ha elaborado un libro de estilo donde se detalla cómo se debe utilizar la marca: “Aparece el nuevo logo, el del 3Cat y al pie de página dice former TV3”. Él interpreta que esta indicación significa que “el 3Cat es la marca de la antigua TV3”. “Yo creo que ella no se atreve a hacerlo porque ha encontrado mucha contestación” por parte de los trabajadores, pero lamenta que sea un proyecto “personalista”. “Romà no ejerce casi de directora general de la CCMA, sino que es la responsable de marketing”, sentencia, y lamenta que no se preocupe de la tele y pone el ejemplo de que, tres días después de su polémico estreno, afirmó, en una entrevista en Catalunya Ràdio, que no había visto el programa Bestial. Para Vallvé, eso significa que “no se preocupa de la tele”.

El periodista histórico de la casa Enric Calpena considera lógico el paraguas 3Cat, que es juntar TV3 y Catalunya Ràdio, porque cada vez se “consumen contenidos de maneras más diversas”, pero discute los subapartados como el 3CatInfo, porque “es evidente que comienzas a diluir las marcas”. “Cuando comienzas a poner adjetivos que, además, tienen el mismo nivel que la marca madre, ya empieza a distorsionar”, dice. Y agrega que ve “muy rara” la marca TresCatInfo. Por su parte, Salvador Alsius, otro histórico y exconsejero del CAC, deja claro que él no es un experto en branding” y que acepta comentar la jugada como “un señor de 77 años que de vez en cuando mira la televisión”. “Lo único que sí tengo clarísimo, como receptor, es que lo que no puede ser es crear confusión. Y, por las razones que sea, es evidente que se ha creado confusión. Esto seguro que se ha hecho mal”. En este sentido, opina que “los genios del marketing y la creación de nombres tienen unas ideas que sobre el papel son fantásticas, pero luego la aplicación práctica choca con muchas otras cosas que estos expertos no han sabido captar”.

Presentació del nou plató de TV3 | Mireia Comas
Presentación del nuevo plató de TV3 | Mireia Comas

3CatInfo: una marca para integrar las redacciones

Todos coinciden en el hecho de que la marca 3CatInfo tiene por objetivo integrar las redacciones de la televisión y radio públicas en una sola, pero algunos muestran dudas sobre la decisión, mientras que otros están plenamente de acuerdo y creen que es en la dirección que se debe ir. Calpena cree que no se puede subestimar el “problema laboral y de gestión de la producción”. “Es evidente que existe y que no es despreciable”. Sobre esto, Vallvé añade que detrás del cambio de nombre “está la unificación”, pero esta unión que se quiere llevar a cabo solo tiene, según él, “un criterio economicista”. En este sentido, recuerda que la misma Romà admitió en la última comisión de control en el Parlamento que esta nueva marca permitirá reciclar contenidos para el digital, la radio y la tele. “Es decir, una misma cosa la utilizaremos en los tres lugares y eso lo podremos hacer con menos gente”, alerta Vallvé, que cree que lo quieren hacer a pesar de que el lenguaje de radio y tele no es el mismo. “Están dispuestos a sacrificarlo”, dice. Además, revela que los trabajadores han conseguido detener que el 3/24 emitiera entre tres y cuatro horas el boletín informativo de radio, que se ha llenado de cámaras. “Era un producto infumable porque se veía a una persona leyendo noticias, pero que se quedaba un minuto en estático cuando daba paso a una crónica”.

En cambio, Alsius entiende perfectamente que se quiera ir hacia la integración de redacciones porque hace quince años, cuando crearon el campus de comunicación de la Pompeu Fabra, “vi clarísimo que esto era un futuro absolutamente ineludible”. “Es imprescindible por razones de lógica económica y de todo tipo”, dice, aunque entiende que surjan resistencias al cambio por parte de los profesionales. “Se ha visto en todo el mundo, que cuando las empresas periodísticas han intentado hacer integración de redacciones, ha habido resistencias. Es natural”, ha expuesto. En este sentido, y a modo de anécdota, recuerda la resistencia de los trabajadores al cambio en el momento en que TV3 instauró el teletexto a comienzos de los años 90. “Era una batalla continua. Los redactores decían que hacer el teletexto no era su trabajo, que a ellos los habían contratado para hacer televisión”. Asimismo, no cree que haya problemas para compartir contenidos porque “las universidades ya están formando a la gente con mentalidades integrales y de polivalencia”.

La presidenta de 3Cat, Rosa Romà, en el Auditorio de la Biblioteca Sarrià / ACN

Un liderazgo con matices y los problemas de la programación

Los expertos consultados por este diario también abordan las críticas sobre algunos programas nuevos, y hablan sobre el liderazgo de la televisión pública que mantiene un público cautivo. A pesar de que el liderazgo siempre se puede perder, el público principal de TV3 es básicamente catalanohablante. «Si los catalanohablantes solo vieran TV3, TV3 tendría audiencias del 33% de cuota de pantalla», señala Calpena, que remarca que ahora solo tiene la mitad de los catalanohablantes, porque se mueve en franjas del 14%-15% de share. «Nosotros somos líderes de canal, pero no somos líderes como grupo», puntualiza Vallvé, y lamenta que «se han debilitado muchísimo los otros tres canales para poner toda la audiencia en TV3». Así, recuerda que los medios de la CCMA acumulan una cuota de pantalla del 17%, y mientras Telecinco y Antena 3, en Cataluña, están sumando un 22-23% de cuota.

Joan Ramon Vallvé cree que la entrada de programas como el de Bibiana Ballbè o de nuevos presentadores como Dulceida hace que la gente se reconozca menos en los contenidos de televisión pública de Cataluña. El periodista, especializado en deportes, lo ejemplifica así: “En la tele puede haber mourinhismo y guardiolismo. El mourinhismo es buscar resultados inmediatos, y por eso traes estrellas y atraes gente, pero cuando se va la estrella desaparece la audiencia. El guardiolismo es apostar por el talento de aquí e ir haciendo un trabajo poco a poco de calidad, y la calidad es la que te fideliza la audiencia”. Con esta clasificación, Vallvé cree que los máximos responsables de la CCMA están apostando por la primera estrategia para obtener “resultados muy puntuales”.

¿Un problema puntual o un síntoma?

Sobre la programación, Enric Calpena afirma que siempre hay experimentos fallidos, pero reconoce que Bestial es un programa “francamente malo”, porque está “mal hecho y con unos criterios muy alejados de lo que uno pretende ver en una televisión de cierta calidad”. Sin embargo, argumenta que el problema no es que haya “algunos programas” que no funcionan, algo que entra dentro de la normalidad, y pone el acento en el hecho de que el problema es si esto “pasa demasiado a menudo o si Bestial es un síntoma, más que un hecho”. “Y aquí está lo que hace tambalear un poco la idea”, concluye. Aun así, pide no confundir una televisión pública con una televisión para élites porque sería “un error como una catedral”. “La televisión pública no solo debe ser pedagógica, porque si es así, se convertirá en una especie de PBS de los Estados Unidos con audiencias del 0,0”.

Alsius dice que las opiniones sobre la programación de TV3 es como hablar de las alineaciones del Barça, y que hay opiniones para todos los gustos y que, por ejemplo, a él le han llegado a comparar Bestial con Joc de Cartes y no está de acuerdo, porque el programa de Marc Ribas “no cruza líneas rojas”. “Hay gente que tiene unas preferencias y hay gente que tiene otras”, apunta, y defiende que la televisión pública “debe hacer cosas para todos los gustos, para audiencias amplias”.

Bibiana Ballbè no ha triomfat gaire en el retorn a TV3
Bibiana Ballbè no ha triunfado mucho en el retorno a TV3

Falta de sensibilidad lingüística

Otro de los aspectos de debate es la presencia de la lengua castellana en los medios públicos, sobre todo partiendo de la base de que TV3 debe tener como objetivo prioritario el fomento de la lengua catalana desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo. Calpena considera que la presencia de expertos que se expresan en castellano muestra una “falta de sensibilidad por parte, en este caso, de los servicios informativos, y lo diferencia de los cortes que se toman de la calle porque en este segundo caso no dispones de todo el tiempo del mundo para buscar catalanohablantes. “Es demasiado sistemático con los expertos”, y para dejar constancia de que se puede hacer en catalán subraya que En Guàrdia!, el programa que él presenta en Catalunya Ràdio, ha llegado a los 1.200 programas y todos se han hecho “íntegramente en catalán”. Asimismo, no entiende por qué programas como, por ejemplo, Joc de Cartes deben dar espacio a restaurantes que incumplen la ley de normalización lingüística. “Una televisión pública no puede estar luciendo un establecimiento que incumple la ley”, concluye.

El tema de los expertos también lo comparten Salvador Alsius y Joan Ramon Vallvé, que va un poco más allá y dice que “ya no es la presencia del castellano en antena, sino que es una lengua de uso en el interior de TV3, entre los trabajadores”. En este sentido, pone el ejemplo del personal de seguridad de la empresa subcontratada que controlan el acceso y avisa que “cuando normalizas ese uso del castellano después tampoco te preocupa”. Alsius, por su parte, reflexiona que el uso de la lengua también es una cuestión “puramente estratégica” y por eso es “una cuestión opinable”. “Habrá unos directivos que pensarán que es mejor que haya más programación donde haya más intervención de gente que habla en castellano y habrá otros que pensarán que se debe ser más estricto, porque para eso de oír hablar en castellano ya hay otras cadenas”. “Entiendo que pueda haber directivos que defiendan el uso de los equilibrios lingüísticos de una determinada manera”, concluye.

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