Crece la ciberdelincuencia, aumentan las denuncias por agresiones sexuales, se dispara el tráfico de marihuana y también se incrementa la confiscación de armas blancas en Cataluña. Así lo manifiestan las cifras de los Mossos d’Esquadra que cuantifican en un 16% el aumento en cinco años de las intervenciones de armas blancas. Un dato que certifica el mismo consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, en una respuesta a una pregunta parlamentaria presentada esta semana en la cámara catalana. Según este documento, al que ha tenido acceso El Món, Interior admite el incremento de la utilización de este tipo de armas en diferentes hechos delictivos.
Unas cifras que han obligado a poner en marcha del Plan Daga que, además del control, prevé una acción coordinada de prevención con policías locales y seguridad privada, así como con el ámbito educativo, profesionales del transporte público y locales de ocio nocturno. De todas maneras, a pesar del repunte de estas intervenciones, Interior pide no sacar las cosas de madre, porque al final los delitos con arma blanca representan un 0’3% del total de hechos delictivos detectados por la policía.
Más control, más armas
El proyecto de la policía se distribuye, según la respuesta parlamentaria, en tres frentes: la seguridad ciudadana, investigación y policía administrativa. Básicamente, el grosor de las medidas consiste en organizar dispositivos para la detección e intervención de armas u objetos que puedan ser utilizados para amenazar o causar lesiones a las personas. Un trabajo muy focalizado en espacios de ocio nocturno o en otros lugares donde se pueden concentrar muchas personas, como por ejemplo las verbenas, las nocheviejas y los botellones. Al haber más control, la confiscación de armas aumenta.
Lo demuestra el hecho de que durante el 2022 se interpusieron 6.267 denuncias administrativas por tenencia de armas. Una cifra que con relación al 2019 ha aumentado un 80%. Ahora bien, hay que tener presente que estos datos están directamente relacionados con la actividad policial que se realiza, puesto que cuanto más dispositivos y controles policiales se hacen, más posibilidades hay de intervenir este tipo de armas e interponer las denuncias. También hay cifras más específicas, como la requisa de navajas, que los Mossos d’Esquadra cuantifican en 3.284 en 2021 y en 2.848 en 2022. En cambio, el aumento de confiscaciones, otros tipos de armas blancas hace aumentar la media anual, que se sitúa en un 16% más en los últimos cinco años.
Delitos con armas blancas
Según los datos aportados por Interior, durante el año pasado se registraron un total de 1.823 de ilícitos penaltis en que se intervino una arma blanca. Una cifra notablemente superior a la del año 2019 (cuando los indicadores de seguridad no estaban afectados por la pandemia), cuando este tipo de delitos subieron un 44%.
Las tipologías delictivas más habituales en que se detectan armas blancas son las amenazas (22%), las lesiones (22%) y los maltratos en el ámbito del hogar (13%). En un grado más bajo, aparecen en los robos con violencia (7%). Barcelona y su área metropolitana –región metropolitana sur, norte y Barcelona ciudad– es donde se han concentrado más de la mitad (66%) de los hechos relacionados con este ámbito.