Los resultados de las últimas encuestas alertan del crecimiento del antifeminismo entre los jóvenes menores de 25 años. Más de la mitad de los hombres -el 56% de los chicos entre 16 y 24 años, concretamente- piensan que el feminismo «ha ido demasiado lejos». No es el único dato que alerta. El 46% de los chicos de estas edades tampoco piensa que el feminismo promueva «una sociedad más justa y democrática». Son cifras del último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO), que deja una fotografía muy diferente entre las mujeres: ocho de cada diez chicas piensan lo contrario, que el feminismo sí conduce a una sociedad más justa e igualitaria, y solo dos de cada diez cree que ha ido demasiado lejos. Ahora bien, otras encuestas, con resultados ligeramente diferentes, han terminado de encender todas las alarmas entre el movimiento feminista. El número de mujeres jóvenes que se consideran feministas ha caído en los últimos años, según un estudio del Centro Reina Sofía de FAD Juventud: del 67% en 2021 al 57% el año pasado.
Hay una preocupación general y ninguna respuesta clara, aunque hay factores globales que ayudan a entender estas cifras. Diferentes expertos hablan en la ACN de este fenómeno: apuntan a la sensación de «pérdida de privilegios» de los chicos jóvenes y al discurso «atractivo» de la extrema derecha. La secretaria del Consejo Nacional de la Juventud de Cataluña (CNJC), Núria Matamoros, detalla que el discurso feminista está penetrando en la sociedad y en las instituciones y que para muchos jóvenes «rebelarse contra lo que se ha convertido en statu quo refuerza su identidad». La politóloga Xènia Roca añade que los hombres jóvenes ven «peligro en sus privilegios» y que eso «puede ser un elemento de radicalización hacia el otro lado». El tercer experto que habla con la agencia de noticias es el psicólogo y divulgador José Ramon Ubieto, que ve cómo algunos jóvenes «tienden a pensar que son injustamente culpabilizados y acusados de muchas cosas». Las tres visiones apuntan a este sentimiento de amenaza que aleja a algunos jóvenes de la motivación original del movimiento, que promueve la igualdad entre hombres y mujeres.
La ultraderecha marca la agenda
Otro aspecto clave es la ultraderecha, que en los últimos años ha penetrado a través de las redes con un cóctel que junta la incertidumbre de los más jóvenes y la precariedad con las noticias falsas. Ubieto afirma que la extrema derecha «ha sabido representar el papel de antisistema», un aspecto muy atractivo durante la adolescencia, cuando buscas «separarte de aquello que te ha constituido». Roca destaca que los agentes de extrema derecha son «los disruptivos y buscan culpables fáciles a los problemas», otro aspecto atractivo. Y Matamoros destaca el poder de las redes sociales. «Es la generación que está más informada, pero también donde más están calando las ‘fake news’ y el discurso reaccionario».
Este análisis concluye que «no hay diálogo» entre chicos y chicas, y que todo ello podría provocar que se dieran «pasos atrás» en política. Dependerá de si la opinión que cada vez expresan más hombres jóvenes pesa más que las posiciones de igualdad que promulga la lucha feminista. El momento, de un auge constante de la extrema derecha en todo el mundo occidental, no ayuda a las posiciones más optimistas. De hecho, los expertos consultados por la ACN concluyen que faltan «referentes masculinos positivos» que actúen de contrapeso a los discursos de odio.