A veces las relaciones de pareja y el amor no van de la mano y a veces van ligadas a un contrato. Este es el caso de Gabriel y Verònica, una pareja de Madrid que ha aceptado, por contrato, tener que pagar un mínimo de 5.000 euros en caso de que uno de los dos le haga el salto al otro. La historia parece realmente surrealista, pero la cosa no acaba aquí, puesto que la pareja tendrá que pagar un plus de hasta 50 euros por cada día que la otra miembro no tenga conocimiento de la infidelidad en cuestión.
Toda esta historia tiene un regusto de un caso pareciendo que se dio a la ficción. Concretamente, el caso se da en la sitcom
Por, en efecto, las sanciones económicas no se acaban con los 5.000 euros que hemos explicado, van bastante más allá. La multa más baja es para mantener conversaciones «explícitas» con terceras personas por cualquier medio de comunicación, es decir en persona o en las redes. Cometer esta «infidelidad» está penado con un total de 500 euros.
La cosa escala a una velocidad espectacular cuando llegamos a la segunda multa potencial. Si cualquier de los dos «mantiene contactos bucales con terceras personas» se le impondría una multa de hasta 2.000 euros. Al cual se le tendrían que sumar los 50 euros por día que no se comunica la infidelidad tanto el caso de las conversaciones explícitas como en los de los besos.

La cosa no acaba aquí, todavía va mucho más allá, porque aparte de toda la retahíla de multas que se autoimponen los miembros de la pareja, también hay una cláusula del contrato que explicita que las multas acumuladas se tienen que pagar en un plazo máximo de dos semanas desde la comunicación de la infidelidad. Todo ello puede acabar resultando un negocio ruinoso en caso de caer en la tentación y en caso de ser un cuernudo, con más dinero a la cuenta bancaria, quizás no hace tanto mal que te hayan puesto los cuernos…