«¡Asesina, asesina!». Este ha sido el grito de recibimiento a la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, del centenar largo de funcionarios de prisiones que se han concentrado esta mañana a las puertas del Parlamento. Los manifestantes, con letreros y carteles que reclaman la dimisión tanto de la consejera como del secretario de Medidas Penales, Amand Calderó, han aprovechado la comparecencia de la consejera ante la Diputación Permanente de la cámara catalana para dar explicaciones sobre la grave crisis que viven las prisiones. Una crisis por el motín de los funcionarios y trabajadores de los centros penitenciarios a raíz del asesinato de la cocinera de Mas d’Enric a manos de un preso condenado, precisamente, por un homicidio con arma blanca.
Entre los asistentes a la diputación permanente, en un parlamento que parece blindado por los Mossos d’Esquadra y varias unidades de la Brigada Móvil (BRIMO), miembros de los sindicatos, miembros de la plataforma Samarretes Negres —plataforma de trabajadores penitenciarios—, el numeroso equipo de la consejera y el sobrino de la cocinera asesinada, Pablo Martínez. La consejera, a pesar de que la comparecencia estaba prevista a partir de las nueve de la mañana, ha llegado al Parlamento a las ocho de la mañana, donde se ha encerrado en la sala 2 con su equipo para acabar de cerrar los flecos de su intervención, durante la cual se hará un minuto de silencio en señal de pésame por la tragedia de Mas d’Enric que ha despertado la ira de las prisiones catalanas.
Calma relativa
Ubasart podrá exponer las primeras informaciones que la consellería ha recabado durante la investigación interna sobre el asesinato del miércoles de la semana pasada. Más allá de la investigación judicial del caso, a la vista que el preso se suicidó. De momento, Ubasart solo tiene que afrontar la protesta ante el Parlamento porque a estas alturas este jueves no se han registrado ni protestas ni bloqueos en ninguna de las prisiones catalanas.