Finalmente, la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha decidido abrir diligencias de investigación penal preprocesales por la performance de los manifestantes de la sede del PSOE en la que golpeaban, de manera entusiasta, un muñeco de Pedro Sánchez, presidente del gobierno español. Según informa el ministerio público, se ha dado trámite a la denuncia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por el acto que se perpetró durante la concentración de fin de año pasado en la calle Ferraz de Madrid, en el marco de las protestas contra el acuerdo de investidura de socialistas con los independentistas catalanes y vascos.
De hecho, no fue hasta el jueves de esta semana que la fiscalía de la Audiencia Nacional no recibió lo que técnicamente se conoce como «oficio de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado», que transmitía la denuncia presentada el día 5 de enero de 2024 por parte del PSOE. El contenido de la denuncia ponía de relieve que desde las diez de la noche del 31 de diciembre de 2023 de madrugada del Primero de Enero, los manifestantes colgaron un muñeco de grandes dimensiones de Pedro Sánchez que golpeaban, o bien animaban a los concentrados a golpear. La denuncia también añade que los concentrados proferían «expresiones» que podrían ser constitutivas de delito.

Apenas empieza la investigación
Hoy por hoy, la fiscalía solo ha procedido a la apertura de diligencias de investigación penal preprocesales para el estudio de los hechos denunciados, determinación de posibles delitos y competencia. Con estas primeras pasas, el ministerio público decidirá si sale adelante una investigación más profusa de los hechos. En este sentido, hay que recordar que el portavoz de los socialistas, Patxi López, acusó al PP de atizar actos “de odio” contra su partido y contra el presidente español con su discurso del “a por
De todas maneras, si la fiscalía actúa como en otros casos parecidos, pocas posibilidades tiene de considerar que se ha cometido algún delito. De entrada, existe el precedente de la denuncia por la quema de una figura de Carles Puigdemont en un pueblo sevillano en 2018, que fue archivada. Podría ser que, esta vez, el objetivo de la crítica hiciera cambiar de opinión el ministerio público.