Esta mañana se ha celebrado la última jornada del juicio por malversación y prevaricación contra el ex consejero de Interior, Miquel Buch, y el sargento de los Mossos d’Esquadra, Lluís Escolà. Una vista oral que ha servido para sentir las declaraciones de los dos acusados y de los informes de las partes. El fiscal del caso, Pedro Ariche, ha mantenido la petición de pena de 6 y 4 años de prisión por el consejero y el Mosso y más de diez años de inhabilitación además de una responsabilidad civil superior de 52.000 euros. De hecho, el ministerio público ha reclamado aplicar el tipo de malversación agraviado surgido de la última reforma del Código Penal siguiendo el criterio del Tribunal Supremo en la causa del Proceso. El fiscal concluye que Buch contrató como cargo de confianza a Escolà como tapadera para sostener una protección del presidente al exilio, Carles Puigdemont.

Después de la fiscalía ha sido el turno de las defensas que ya habían elevado la petición definitiva de libre absolución, y en cualquier caso, que si eran condenados no se aplicara la pena agraviada porque el coste de la contratación fue inferior a los 50.000 euros. Las dos letradas, Judit Gené y Isabel Elbal han hecho punta a lápiz y han articulado un relato plástico, contundente y convincente que han obligado al fiscal y al tribunal a parar la oreja con fruición. Con toques de ironía ácida sobre los atestados de los Mossos contra el sargento.

En el turno de informes, la abogada de Buch, Judit Gené, ha insistido en la plena legalidad de la contratación como cargo de confianza que ha definido como una decisión «discrecional» y «sin necesidad de ningún mérito». Así mismo, ha destacado que pasó todos los filtros y que no se creó ninguna plaza nueva al departamento. «Todavía no es delito tener la misma ideología política», ha ironizado Gené. Elbal ha llegado a calificar de persecución política el caso de Escolà porque se lo quiere condenar por haber ayudado a marchar al exilio a Carles Puigdemont.

Lluís Escolà y Miquel Buch, en un momento del juicio/ACN
Lluís Escolà y Miquel Buch, en un momento del juicio/ACN

Las periciales avalan los informes de Escolà

Por otro lado, ha defendido los informes de Escolà como «notas» de contexto y ha subrayado que la pericial presentada como defensa, acredita que estos informes sirvieron para las reuniones, encuentros y cónclaves del consejero que se han podido identificar. Gené ha tildado «de insultando» el tono y el contenido de los atestados de los Mossos d’Esquadra sobre los informes de Escolà como por ejemplo decir que «no aprobarían como trabajo de bachillerato». Gené ha replicado que los atestados de los Mossos tenían más faltas que los escritos por Escolà y que solo servían por el uso exclusivo consejero. Es más, ha utilizado varias veces el verbo «inferir». Un uso pensado con toda la mala leche que ha hecho levantar las cejas a alguno de los miembros del tribunal porque fue el verbo más utilizado por el intendente Toni Rodríguez encargado de una investigación donde hay testificados sin firma ni están firmados. La defensa ha partido los documentos de la acusación como atestados especulativos que «no superarían ningún filtro de neutralidad».

Por su parte, Elbal ha ratificado absolutamente el informe final presentado por Gené. Y, además, ha querido aclarar una sentencia del fiscal en su informe final. «Es conocido que Puigdemont tiene todavía un amplio dispositivo policial», ha señalado el fiscal. Una nansa a la cual Elbal se ha cogido con habilidad. Una expresión que ha encontrado incompatible con el aviso del mismo fiscal -sin que nadie se lo pidiera- que «no se juzgaba a Escolà por haber ayudado al presidente Puigdemont a marchar del Estado español el 29 de octubre». «Este es el hecho», ha exclamado la letrada de Escolà. «Cómo es que si se sabe que hay un amplio dispositivo policial solo se persigue Escolà?», se ha preguntado socráticamente. Así ha criticado al intendente Rodríguez por haber hecho constar en sus atestados el perfil independentista de Escolà y que es «amigo de Puigdemont».

De hecho, Gené ha recordado el caso de los dos mozos procesados a la Audiencia Nacional por encubrimiento cuando fueron pillados con el presidente Puigdemont cuando fue detenido en Alemania. Un caso que acabó con una absolución y el rechazo de la fiscalía a presentar ningún recurso. Elbal ha mirado de convencer al Tribunal que preside el magistrado José Carlos Iglesias, que no ha habido en la vista oral ninguna «prueba de cargo». «Aquí no caeremos en la trampa de decir que podía hacer o no podía hacer, sino si hizo su trabajo», ha concluido Elbal.

Buch ha utilizado el turno de última hora de palabra por vantar-se de ser independentista, que nunca ha hecho nada ilegal y ha cargado contra «algunos de los miembros de los Mossos d’Esquadra que han hecho los informes, que como ciudadano me he sentido insultado». «No han servido aquello qué tiene que hacer un policía que es actuar con neutralidad y sin tener presente quien investiga y sí qué investiga», ha añadido. El juicio ha quedado visto por sentencia.

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