El presidente al exilio Carles Puigdemont ha anunciado esta tarde que será el jefe de filas de Junts por Cataluña a las elecciones en el Parlamento convocadas por el 12 de mayo. En un acto multitudinario en el Ayuntamiento de Elna (Cataluña Norte), Puigdemont se ha dirigido a los cuadros de su partido, y una multitud de fieles para anunciar lo que hacía días que rondaba en los círculos soberanistas. Después del acuerdo de la ley de amnistía, y a la vista del calendario de una virtual investidura, el todavía eurodiputado juntaire ha anunciado su voluntad de ser candidato a ocupar la casa de los Canónigos, después de seis años al exilio en Bruselas. «Empiezo la cuenta atrás del retorno», ha pronunciado. Una devuelta que «solo tiene sentido en el país» y «no puede ser fruto de una rendición» y «ni una gamberrada». Pero también ha advertido a Juntos que «no se puede derrochar» como un acto de partido. «Si tengo la mayoría para ser candidato, dejaré el exilio para ser asistir en el debate», ha pronosticado, «aunque no hayan aplicado la ley de amnistía». «Voy a por todas!», ha exclamado.
«Cuando se trata de Cataluña no soy conformista, ni más cómodo, y no podría pensar de seis años y medio y hacer posible la restitución de aquella presencia, yo rehuyera esta responsabilidad por razones personales, por eso, he decidido presentarme a las elecciones», ha sentenciado. Así mismo, ha renunciado a participar a las listas del Parlamento Europeo por los comicios de 9 de junio. En este sentido, ha reclamado una candidatura «unitaria» y ha recordado como ejemplo Junts pel Sí de 2015. «Ni ERC ni Juntos podemos obtener la mayoría que consiguió», ha remachado. El objetivo, un referéndum de autodeterminación.
Ahora bien, este objetivo debería hacerse, según su opinión, con una lista que va más allá, y por eso ha propuesto superar los límites de Junts por Cataluña. De hecho, al acto solo había una pequeña fila cero, porque los diputados, senadores o congresistas han hecho cola igual para entrar a la sala grande del consistorio de Elna donde, según la organización, se han instalado 500 sillas.

Una elección entre dos modelos
Puigdemont ha llamado a la movilización «en defensa de Cataluña». Así ha subrayado que las próximas elecciones «no elegimos quién gobierna una autonomía». En cambio, sí que habrá una «elección» entre dos estrategias. En primer lugar, los que «quieren acabar el trabajo» para convertir Cataluña en un país «de expresiones pintorescas y singulares de la variedad española». Y, en segundo término, los que quieren acabar el trabajo porque Cataluña sea reconocida como una nación más en el concierto internacional.
Es «en este momento de elección decisiva» que por Puigdemont, hay que convertir en un momento «de reanudación, de impulsar y salir del letargo». Un letargo que ha provocado, por un lado, la represión y, por otro, del conformismo». Por eso, ha reclamado «construir un proyecto de liderazgo, claro, sin complejos, y con voz propia, que pueda hablar de tú a tú con el gobierno español y en el concierto internacional». Una fórmula para «alejarnos de la resignación y del derrotismo y construir con autoestima y convivencia con nuestros conciudadanos». En este contexto, el presidente al exilio, y ya candidato, ha explicado que tenía la idea de continuar en Bruselas por la internacionalización del conflicto. Un trabajo a Europa que ha reivindicado. «Pero cuando se trata de Cataluña no soy conformista, ni más cómodo, y no podría pensar de seis años y medio y hacer posible la restitución de aquella presencia, yo rehuyera esta responsabilidad por razones personales, por eso, he decidido presentarme a las elecciones», ha remachado.
Puigdemont se ha decidido después de una semana de cábalas y reuniones con la dirección de la formación y de su entorno más inmediato. Sobre todo, la decisión se ha meditado respeto si elegía encabezar la lista a la europarlamento o bien se decidía por los comicios catalanes. A pesar de que las dos opciones, técnicamente, eran posibles. Finalmente, y según miembros de su equipo, la decisión lo ha tomado «en coherencia» con su discurso durante los últimos años que ha vivido la política desde el exilio.

Una lista unitaria y referéndum
Puigdemont se ha dirigido a los cuadros de su partido para reivindicar una lista unitaria. En este sentido, ha subrayado que nunca, por sí solos, ERC o Juntos han obtenido suficiente mayoría, en cambio, la fórmula de los Juntos por el Sí, funcionó como una fórmula unitaria y con un mayoritario resultado electoral. «Sé que la opción de una lista unitaria tiene numerosas reticencias, igualmente también sé que hay gente de varias sensibilidades que hace tiempos que trabaja y en ellos los quiero dirigir, mía la candidatura», ha enfatizado. Pero, su fórmula es que la candidatura «tendrá que ir más allá de Juntos por Cataluña». Así ha reclamado al independentismo de «dejarse de flagelar, acabar el trabajo» porque «amortizamos demasiado rápido las victorias, las victorias nos duran demasiado poco en casa nuestra».
En este contexto, ha defendido que es posible pactar un referéndum de autodeterminación. Como ejemplo posibilista ha puesto la ley de amnistía. «Decían que esta ley era imposible e inconstitucional, y ya la tenemos», ha resaltado. Por lo tanto, es posible si «hay voluntad política», pero si esta «vía no mujer frutos y se alarga», se ha comprometido a culminar la independencia si es la voluntad mayoritaria de los catalanes. Puigdemont ha recordado que en la próxima legislatura se cumplirán diez años del referéndum y, por lo tanto, propondrán en el Estado negociar un referéndum de autodeterminación. Pero si se alarga, Puigdemont ha cogido el compromiso de echar por el derecho si la mayoría de catalanes quiere la independencia. «Hemos aprendido mucho estos sería inaceptable que no nos preparáramos mucho mejor, de confrontación, no nos tenemos que apresurar, pero tampoco alargarlo», ha recomendado después de admitir errores de octubre de 2017.

Un nuevo proceso
De hecho, no será la primera convocatoria electoral en la cual Puigdemont será la cabeza de lista después del referéndum del Primero de Octubre y el fiasco del 27 de Octubre. Al final, fue el candidato a las elecciones de diciembre de 2017 y consiguió que su formación pudiera formar Gobierno e investir un presidente en el cuarto intento. Después de Puigdemont, Jordi Sànchez i Jordi Turull, el ungido fue el presidente Quim Torra. Puigdemont, de este modo encabeza una candidatura que quiere volver a recuperar el espacio perdido por el independentismo aprovechando el magnetismo electoral que, según los estudios internos de la formación, permitirían disputar el podio al PSC de Salvador Isla. En este sentido, desde la formación alertan que la figura de Puigdemont es la única que podría forjar la unidad dentro del partido, a pesar de que ya se había preparado el comodín de Josep Rull, o incluso, de Míriam Nogueras.
