Las elecciones municipales han dejado en Cataluña un panorama en que el PSC recupera su posición de primera fuerza, pero sin conseguir ganar en Barcelona, y el independentismo recula, arrastrado sobre todo por una caída clara de ERC. Junts pasa delante de los republicanos en votos –no en número de concejales– pero básicamente gracias a la victoria de Xavier Trias en Barcelona. De forma que han tenido efecto los movimientos que ha estado haciendo Pedro Sánchez para desmovilizar el independentismo, pero al socialismo solo le ha servido para tener buenos resultados en Cataluña, mientras que en el resto del estado está en caída libre, con mayoría absoluta del PP en la Comunidad de Madrid y la recuperación clara de los populares en el País Valencià y las Islas Baleares.
De hecho, el mejor dato para el PSC es que, en un contexto de un descenso de la participación del 9,26%, ha perdido solo 54.667 votos (ha pasado de 765.236 a 710.569) y ha crecido en porcentaje: ha pasado de tener el 21,92% de los votos emitidos a obtener el 23,76%. Esto le ha permitido retener feudos como el de Santa Coloma de Gramenet, donde conserva la mayoría absoluta, y el de l’Hospitalet de Llobregat, donde se han quedado a medias porque Nuria Marín ha perdido la mayoría que había recuperado en 2019. Por eso Jaume Collboni, que no acaba de ganar nunca aunque mejore en cada convocatoria electoral, ha alertado este domingo, al final de la noche electoral, que el PSC «no renuncia a nada». Una advertencia implícita a Trias para que sepa que a pesar de su victoria clara –con un concejal más que el socialista y dos más que Ada Colau– no tiene la alcaldía asegurada.
Más de dos puntos de caída en el porcentaje de voto captado
Mientras los socialistas empiezan a moverse para intentar sacar el máximo partido de su posición en Barcelona a pesar de no haber ganado –exactamente como hicieron hace cuatro años impulsando la operación Valls para impedir al republicano Ernest Maragall, el ganador, ser alcalde–, el independentismo empieza a analizar su retroceso claro: entre ERC, Junts y la CUP, han pasado de tener el 42,34% de los votos en las municipales del 2019 a tener solo el 40,07% este 28-M.
La principal sangría ha sido en los resultados de ERC, que ha perdido más de 300.000 votos –ha pasado de obtener 819.845 a solo 517.063–, pero Junts ha crecido solo 11.191 votos –de 537.463 a 548.654– a pesar del fuerte empujón de Trias, que ha arrastrado 69.955 más que el binomio Elsa Artadi-Joaquim Forn hace cuatro años. Uno de los batacazos de Junts ha sido en un territorio especialmente simbólico, Girona. En la ciudad donde Carles Puigdemont era alcalde por segundo mandato consecutivo cuando fue llamado por Artur Mas para ser presidente de la Generalitat, el partido del presidente en el exilio ha perdido 6.486 votos (de 13.435 a 6.949) y tres concejales. Han quedado por delante, empatados en número de concejales, el PSC y Guanyem (con la CUP en el núcleo de la candidatura), con 8 sillas cada uno. En Girona, ERC ha pasado de 4 a 3 regidores.
Por lo tanto, fuera del efecto local de Barcelona, donde Trias ha reunido voto catalanista contra Colau y le ha quitado a ERC 5 de los concejales de 2019 –entre republicanos y junters han obtenido 16 sillas y hace cuatro años sumaban 15, pero repartidas a la inversa–, Junts tampoco ha levantado el vuelo. Y la CUP ha vuelto a quedarse fuera del Ayuntamiento de Barcelona y ha perdido los dos concejales que tenía en Tarragona, a pesar de que en Girona suba y que Lluc Salellas esté en condiciones de aspirar a la alcaldía y pueda planteársela con una alianza con Junts, con un tripartito independentista que incluya ERC o, incluso, con un pacto a dos con el PSC.
Vistos los resultados, tanto Oriol Junqueras como Carles Puigdemont, los dos líderes que negociaron y rivalizaron durante el Procés y en las elecciones europeas de ahora hace cuatro años –coincidentes con las municipales de más participación en muchos años–, han hecho notar su preocupación, a pesar de que con planteamientos diferentes.
Fracaso de la estrategia de ERC en el área metropolitana
Junqueras, desde Barcelona, ha comparecido junto a Ernest Maragall i Pere Aragonès como presidente del partido y ha hablado claro. «No son los resultados que desearíamos porque nos alejan de los objetivos que tenemos como organización política, entre los cuales hay la independencia y la República Catalana», ha dicho. Después de una campaña en que el debate independentista ha estado casi del todo ausente –solo se destacó en los mítines de Girona de ERC y de Junts–, el líder de los republicanos lo ha repescado y ha prometido: «A partir de ahora intentaremos explicarnos lo mejor que podamos, porque en gran medida hemos sido incapaces de movilizar a nuestro electorado».
De hecho, la estrategia de ERC de intentar ampliar su presencia en el área metropolitana ha fracasado visiblemente: en Hospitalet de Llobregat, donde habían hecho una apuesta fuerte con el fichaje de Jaume Graells –el concejal que había sido del PSC y que había destapado el caso de las presuntas irregularidades que todavía se investigan en el consejo deportivo del municipio–, los republicanos han pasado de 5 regidores a 4. En Terrassa, han pasado de 5 a 2. Y, en Sabadell, donde el PSC ha obtenido una mayoría absoluta que no tenía, los republicanos han caído de 7 a 3.
Mientras tanto, en Junts, y a pesar de la euforia por la victoria de Trias que los sondeos a pie de urna no daban, también se ha subrayado la necesidad de hacer «una reflexión» y han llamado a la unidad del independentismo. Acompañada del secretario general, Jordi Turull, la presidenta del partido, Laura Borràs, ha precisado que «falcar» determinadas opciones políticas «las favorece» y que «cuando el independentismo actúa unido es cuando más avanza». Un aviso a navegantes a ERC respecto de sus acuerdos con el PSOE y con el PSC.

En el mismo sentido, desde Waterloo, Puigdemont también ha advertido que hace falta una reflexión del independentismo con referencias (poco) veladas a ERC. En un largo tuit, ha celebrado los resultados de Sant Cugat del Vallès –donde su partido ha mantenido los 9 concejales que tenía pero ERC, PSC y la CUP, el tripartito que los desbancó el 2019, han reculado– y de Figueres, donde Junts se ha disparado –de 8 a 13 sillas– y ha obtenido la mayoría absoluta. Por el contrario, ha admitido su decepción por lo que ha pasado en Girona, donde el relevo de Marta Madrenas con la ex consejera Gemma Geis no ha funcionado bien.
El aviso de Puigdemont a los republicanos
En el análisis global es dónde Puigdemont ha dejado entrever advertencias a los republicanos. «Estoy preocupado por lo que algunos sospechábamos que pasaría a consecuencia de una estrategia profundamente equivocada: el crecimiento del PSC en un país que este partido ha contribuido a reprimir y a perjudicar», ha espetado. Y ha continuado: «Hay que ver si se ha producido o no un crecimiento de la base independentista en los municipios donde se habían propuesto estrategias explícitas en este sentido; hay que pedir explicaciones a todos aquellos politólogos de salón que auguraban un desastre después de nuestra salida del gobierno [catalán], que son los mismos que creían sacar provecho de un gobierno de gestores». Sobre la abstención ha reconocido que ha sido «mayoritariamente de independentistas» y ha reclamado: «Hay que ver cómo ha impactado en cada una de las formaciones, porque es obvio que no afecta todo el mundo por igual, y qué conclusiones se extraen. Porque habrá que extraer».