Parada y fonda en la capital de la comarca más tropical de Cataluña, el Maresme, en la campaña socialista de los comicios del 12 de mayo. Un feudo clave del PSC. Como muestra, el alcalde David Bote, un físico que aguanta una ciudad de la que solo perdió el ayuntamiento un mandato; y la número dos de Salvador Illa, la portavoz parlamentaria, Alícia Romero, histórica regidora de la ciudad. De hecho, el acto se ha celebrado en uno de los espacios emblemáticos de la ciudad universitaria que empujó Romero, el Tecnocampus.
El acto ha tenido el marco habitual de los últimos actos de campaña, con una diferencia sustancial, el hecho que la incógnita de la continuidad de Pedro Sánchez a la Moncloa se haya aclarado. Un trance superado que no por eso ha menguado la pasión de los militantes que llenaban el auditorio -con gente de pie- para aplaudir su imagen cuando se ha reflejado a la enorme pantalla de ledes que centraliza la escenografía socialista de campaña. También históricos socialistas de la comarca como Joan Antoni Barón, Joan Majó, Joan Rangel o Ramon Bassa -uno de los representantes del lobby católico a la formación de Illa-.
Adaptar la maniobra de Sánchez en Cataluña
Con el panorama aclarado, y a la espera que Sánchez participio en el acto de campaña de jueves a Santo Boi del Llobregat, Illa ha querido hacer un discurso aprovechando el melón abierto por el presidente español y su traspaso a la política catalana. En este sentido, ha celebrado que se haya abierto «al conjunto de la sociedad una reflexión colectiva que hay límites y líneas rojas, una reflexión que es la primera pasa para decir no a una determinada manera de hacer política que no respeta los adversarios».
Por eso, ha querido destacar que en Cataluña, el 12-M tiene que decidir entre «la política de servicio público y no solo política para estar». De aquí que haya defendido los «cinco elementos que tiene que tener la política: respeto, proponer y no solo criticar; contraste de planteamiento; diálogo y no monólogos; y acordar». Illa ha criticado la «indecisión» de los Gobiernos de los últimos diez años que han tenido cuatro presidentes. «Diez años perdidos» ha remarcado. El candidato socialista ha recordado el «cambio sistémico» que se vive actualmente hace falta un «espacio común» como es la Unión Europea y construir y mejorar una «España plural y diversa». Y sobre todo, «tener un autogobierno» que «se haga sentir».

Unos teloneros con oficio y una propuesta en investigación
Los encargados de preceder Illa han hecho el trabajo de manera profesional demostrando oficio. Boto ha hecho de alcalde, refiriéndose a personas del público por su nombre, y combinando el catalán y el castellano y hablante de Mataró como el ejemplo de la gestión socialista exportada al resto de Cataluña. Romero le ha cogido el relevo para desplegar su rol de
Como medida concreta, Illa se ha comprometido a aumentar el gasto en formación de las materias Ciencia,, Ingeniería Tecnología y Matemáticas. «Cada año salen 28.000 personas formadas en esta ámbitos, una cifra que se tiene que multiplicar por dos «, ha indicado. Para hacerlo, Illa se ha comprometido a llegar al 1% del PIB en inversión de la innovación y la investigación. Pasado el huracán Sánchez, empiezan las tradicionales promesas de campaña electoral.