Los partidos ponen el contador a cero para el inicio de la campaña electoral del 12-M, que empieza la medianoche de este jueves, justo a las 00.00 horas de viernes. Las elecciones en el Parlamento de Cataluña servirán para ver si el independentismo es capaz de retener la mayoría absuelta en el hemiciclo, si el efecto Puigdemont es suficiente para que Junts arrebate el liderazgo del independentismo a ERC o si el candidato del PSC, Salvador Illa, consigue finalmente una victoria suficiente que lo acerque al Palau de la Generalitat. Quien también se la juega son los Comunes, que consideran que están en una tendencia alcista y quieren consolidar Barcelona y Tarragona, y expandirse a Girona, donde presentan la exregidor del Ayuntamiento de Barcelona Eloi Badia. Por primera vez desde el 2015, los de Jéssica Albiach no contarán con la carta de la alcaldía de Ada Colau y, curiosamente, tampoco con la misma Colau. Esta ausencia, pero, será solo durante los primeros días, mientras la exalcaldesa esté entre los tripulantes de la Flotilla de la Libertad, la embarcación que zarpará de Turquía para llevar alimentos y medicamentos a Palestina.
Desde la candidatura de Albiach son conscientes que Ada Colau es el activo de los Comunes «que más moviliza» sus votantes, y por eso aseguran que le harán «recuperar el tiempo perdido» cuando vuelva y se incorpore al equipo de campaña. Ciertamente, Colau es un activo vital para las aspiraciones de un espacio político que tiene su base de votantes al área metropolitana. Ya era así con el PSUC y después con ICV, aunque diferentes expertos consultados por El Món con motivo del 12-M recuerdan que ni ICV era el PSUC ni los Comunes son ahora solo ICV. Aun así, independientemente de los matices, el que sí que es evidente es que estos partidos siempre han rascado la mayoría de su voto en entornos más urbanos que rurales. Para citar solo un ejemplo, quizás el más claro: 20 de los 25 escaños que obtiene el PSUC en las primeras elecciones de la democracia –el mejor resultado del espacio– provienen de la demarcación de Barcelona.

Un partido metropolitano
Teniendo de referencia las últimas elecciones en el Parlamento, las elecciones de 2021, los Comunes solo obtienen representación por Barcelona y Tarragona: 8 diputados por Barcelona; solo uno por Tarragona; ninguno por Lleida, el territorio que más los ha costado históricamente; y ninguno por Girona. En la demarcación de Barcelona, los de Jéssica Albiach lograron el 7,76% de los votos. En Tarragona, recogieron el 4,92%, pero se quedaron por detrás de Cs, CUP y Vox. Una situación similar a la de Girona, donde solo obtuvieron el 4,05% de los votos, y superaron Cs por solo 2.000 papeletas. Y en Lleida, territorio ‘enemigo’, el grupo de Albiach cayó hasta el 3,22%, superado en votos incluso por el PP y el PDeCAT, que ni siquiera entró en el parlamento catalán en ninguna demarcación.
Todavía más, si acercamos el zoom, la zona metropolitana de los Comunes todavía se hace más evidente. A Barcelona, la capital del país, la ciudad que congrega el 22% de la ciudadanía catalana, los de Jéssica Albiach obtuvieron el 9,32% de los votos, la cifra más alta en todo Cataluña. Pero a medida que más nos alejamos de Barcelona, peores son los resultados. En Sant Feliu, Vilafranca o Terrassa, obtienen entre el 7,5 y el 9,1% de los votos. En Mataró y Granollers, ya pasan al 6,78% de los apoyos y caen de la cuarta posición en la quinta y sexta. En otras capitales de comarca de la demarcación de Barcelona más alejadas de la capital, como por ejemplo Manresa, Igualada o Moià, el apoyo no llega al 5% de los votos, y en Vic bajan al 3,39%.

Sus ayuntamientos, en la demarcación de Barcelona
Los Comunes, tal como también pasa con otras fuerzas de base municipalista como la CUP, ganan peso en las municipales. Ahora bien, en este caso también queda patente esta influencia barcelonesa. El pasado 28-M, las elecciones en que Ada Colau pierde la alcaldía de Barcelona, los Comunes se imponen en cinco municipios, todos ellos en el área metropolitana o en los Vallesos, y consiguen retener la alcaldía de tres ciudades. El Prat de Llobregat es el gran bastión que retienen, con un apoyo del 32% de los votantes; con 9 regidores, son la principal bastante del municipio, lejos de los 6 del PSC y los 3 de ERC, los perseguidores inmediatos. También ocupan la alcaldía en una ciudad de cada Vallés, Santa Perpètua de Mogoda y Montornès del Vallès. En estos municipios obtuvieron el 34,44% y el 31,14% de los votos, y 10 y 7 regidores, respectivamente.
Los Comunes también ganan en dos municipios más del Vallés. En Catellbisbal se presentan bajo el paraguas de la marca municipal Alternativa, pero una suma de dos partidos de carácter local y ERC les ha barrado el paso. En Santa Maria de Martorelles, municipio de menos de mil habitantes, obtuvieron casi el 40% de los votos, pero no gobiernan por un pacto posterior entre Fem –partida municipal– y ERC. En definitiva, todos los municipios donde los Comunes consiguen imponerse el 28-M más allá del área metropolitana son en la demarcación de Barcelona: en el Baix Llobregat, en el Vallès Oriental y al Occidental.

Tarragona y Girona, los nuevos objetivos
Los pocos resultados que la formación obtiene en el resto del territorio hace difícil pensar en una gesta parecida a la de Ada Colau en Barcelona. Eso sí, los Comunes y su espacio político combaten el escaso peso territorial con una implantación estable en el área metropolitana, lo cual les ha permitido influir, en legislaturas que ahora parecen prehistóricas, en algunos gobiernos catalanes. De hecho, Joan Saura (ICV) consiguió ser consejero de Interior, Relaciones Institucionales y Participación en 2006 con solo un diputado por Girona y uno por Tarragona, justamente lo que ahora persigue Albiach. Los Comunes dan por consolidados los resultados en Barcelona y ven oportuno lanzarse a una campaña donde quieren pisar mucho territorio fuera de la capital del país. Cogerán el autocar para empezar la campaña a Reus y la cerrarán a Blanes. El territorio de Lleida ya es otra historia, un casi imposible para los Comunes.
Con el objetivo fijado, ¿qué dicen las encuestas? Las que han salido durante la precampaña no acaban de dibujar un resultado claro en el Baix Camp. Según algunos sondeos, los Comunes revalidarían el escaño de Tarragona, pero también hay encuestas en que lo pierden. Muy diferente es el caso de la demarcación de Girona, un territorio dominado históricamente por Convergencia y que ahora lidera –en el Ayuntamiento de la capital de la demarcación– la CUP, con una alianza con Junts y ERC. Por ahora, las encuestas no les son favorables, pero fuentes del partido aseguran que notan «cierto agotamiento» en el territorio y remarcan que Girona se acontece «clave» para confirmar la «tendencia alcista» de los Comunes. La última encuesta, publicada por el diario