Sorprendente hallazgo el que hizo el vigilante de una finca de caza el pasado jueves 9 de enero. El vigilante de esta finca encontró más de 90 granadas de la Guerra Civil dentro de una cabaña de piedra -situada al margen de una zona rural- en el Pla de Santa Maria, en el Alt Camp. 12 de las granadas encontradas eran de fabricación casera y habrían sido propiedad de los combatientes anarquistas CNT-FAI y los restos de las otras más de 80 granadas también eran de este tipo. Los miembros del cuerpo de los TEDAX-NRBQ de los Mossos d’Esquadra fueron los encargados de retirar estos explosivos del lugar y poder destruirlos de forma segura. Desde la policía catalana recuerdan que si cualquier ciudadano encuentra algún artefacto explosivo no debe tocarlo, ni manipularlo y debe contactar inmediatamente con los Mossos a través del teléfono 112.
Algunas granadas todavía podían explotar
De las casi 100 granadas que encontró este vigilante había algunas que todavía tenían incorporada la espoleta, el dispositivo que se encuentra integrado en un proyectil y que inicia la detonación de la carga. Los agentes de los Mossos han podido confirmar que estas granadas habían sido confeccionadas por combatientes anarquistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) durante la Guerra Civil.

Los rastros de la Guerra Civil en Cataluña
El hallazgo de este tipo de artefactos es una muestra del impacto de la Guerra Civil en el territorio catalán. De hecho, los agentes de los TEDAX recogen cada año una multitud de este tipo de artefactos, que todavía no han explotado, y que se abandonaron en edificios confiscados por el régimen franquista, antiguos búnkeres y las playas, cuevas y cabañas ubicadas en zonas boscosas o campos de cultivo, zonas en las cuales podría haber habido frente de guerra o se establecieran puntos logísticos para el abastecimiento de tropas.