La relación entre el colectivo de médicos de Cataluña y el Departamento de Salud, ahora encabezado por la consejera Olga Pané, ha sido históricamente tensa. A pesar de haber alcanzado múltiples acuerdos en los últimos años, los médicos son uno de los grupos profesionales del sistema sanitario que más presiona a la administración catalana con sus reclamaciones. Lo vivió el exconsejero Manel Balcells durante la pasada legislatura, y ahora le toca vivirlo a la consejera Pané. El sindicato Metges de Catalunya, mayoritario dentro del sector con cerca de 13,000 afiliados, ha vuelto a la carga este tramo final de año con la convocatoria de cuatro nuevos días de huelga para presionar a los responsables de la administración. Concretamente, los médicos están llamados a detenerse los días 9 y 10 de diciembre de 2025 y el 14 y 15 de enero de 2026.

Las protestas, sin embargo, no se detendrán aquí: «De momento hemos anunciado cuatro paros, pero nuestra intención es una movilización continua hasta conseguir lo que reclamamos», advierte el secretario general del sindicato, Xavier Lleonart, en conversación con El Món. El principal detonante de la nueva crisis es la reforma del estatuto marco que está ultimando el Ministerio de Sanidad, dirigido por Mónica García, ya que los médicos consideran que su grupo profesional merece una regulación propia e independiente del resto de colectivos sanitarios, como las enfermeras o los técnicos superiores. De hecho, conseguir este espacio independiente es uno de los principales motivos de las nuevas jornadas de huelga: «La reivindicación de los médicos y las médicas es la regulación de un espacio propio de negociación para los facultativos donde se pacten de manera vinculante los aspectos asistenciales, organizativos y laborales que afectan específicamente a la profesión médica», argumentan desde el sindicato.

A pesar de que la ministra García ya ha dejado claro en varias ocasiones que no contempla de ninguna manera crear un estatuto independiente para los médicos, desde la organización sindical del sector continúan insistiendo, ya que denuncian que, debido a sus condiciones laborales, están muy «sobrecargados». En este sentido, Xavier Lleonart recuerda que las protestas son contra el gobierno español, pero también contra la consejería de Salud: «La Generalitat también tiene potestad para hacer muchas mejoras que no están haciendo», asevera el secretario general del sindicato. La situación, pues, es aún más tensa: «Mantener un servicio asistencial sostenido por el sobresfuerzo y la explotación de los profesionales no tiene más recorrido». A preguntas de este diario, el Departamento de Salud ha declinado hacer ningún comentario en relación con las negociaciones que mantienen con el sindicato Metges de Catalunya.

Varias personas protestan con pancartas y batas blancas durante una manifestación del sindicato médico Metges de Catalunya por la huelga sanitaria de 2023 / David Zorrakino (Europa Press)

El 3 de octubre, un punto de inflexión

En los últimos meses, los médicos han salido a la calle en varias ocasiones para reclamar una mejora de sus condiciones laborales. Una muestra de la fuerza del colectivo se produjo el pasado 3 de octubre, en que cerca de 2,000 facultativos se concentraron a las puertas de la sede de la consejería, ubicada en Travessera de les Corts, para conseguir “condiciones dignas” de trabajo. Entre las principales reivindicaciones que pusieron sobre la mesa durante la protesta, destaca la de reducir la carga de trabajo y eliminar las guardias de 24 horas, ya que aseguran que las condiciones actuales los abocan a una fuerte «sobrecarga asistencial» difícil de sostener con «plantillas insuficientes» y unos profesionales «agotados»: «Los médicos catalanes trabajamos 200 horas más que los médicos de Aragón, por ejemplo. Y esto es un agravio que puede resolver la consejería de Salud», denuncia Xavier Lleonart.

Según explica el representante sindical, durante la jornada de huelga del 3 de octubre, que tuvo un seguimiento del 10.4% según las cifras de Salud -mientras que el sindicato eleva el seguimiento al 58%-, varios responsables de la consejería se reunieron con los médicos concentrados para ofrecerles una respuesta a sus reivindicaciones. Este compromiso, sin embargo, no se ha cumplido. «Se comprometieron a mantener una reunión con nosotros, pero no la han convocado nunca», lamenta Lleonart, que asegura que desde la protesta no han podido encontrarse ni con la consejera Pané, ni con el director del CatSalut, Alfredo García. A preguntas de este diario, el Departamento de Salud tampoco ha querido hacer ningún comentario sobre los compromisos que adquirieron con el sindicato Metges de Catalunya durante la protesta del 3 de octubre. La falta de respuesta por parte de la administración, pues, ha abocado al colectivo de médicos a volver a salir a la calle para reclamar mejoras de sus condiciones laborales.

Imagen de la ministra de Sanidad, Mónica García, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y la consejera de Salud, Olga Pané, durante la visita a un CAP de les Corts / David Zorrakino (Europa Press)

La persistente lucha por la reclasificación profesional

Desde hace años, el sindicato mayoritario de los médicos exige a la administración, tanto catalana como española, la creación de un convenio propio que establezca que los profesionales de su colectivo mantengan una clasificación profesional y retributiva diferenciada de los otros grupos de acuerdo con su formación, que requiere seis años de estudios universitarios y entre cuatro y cinco años más de especialización. En este sentido, los médicos también reclaman que esta clasificación profesional refleje la responsabilidad que tienen dentro del sistema sanitario. Se trata de una reivindicación compartida -con algunos matices– por parte de los otros agentes del sector de la salud, como las enfermeras, que también piden que el nuevo estatuto laboral las incluya en la categoría profesional A1 –un escalón por encima del actual. De hecho, el pasado 10 de octubre el sindicato Metges de Catalunya se reunió con su homólogo de enfermería para «encontrar sinergias e identificar puntos en común» respecto a esta cuestión.

El borrador del estatuto marco con el que trabaja a contrarreloj Madrid sí que incluye la recategorización de las enfermeras, pero no acepta las exigencias del colectivo de médicos. Para demostrar su malestar, los facultativos de todo el estado español han creado una plataforma conjunta, llamada Agrupación por un Estatuto Médico y Facultativo (APEMYF), con el objetivo de presionar al gobierno español y las respectivas administraciones autonómicas en relación con la creación de un convenio propio para los médicos. De hecho, las jornadas de huelga convocadas por el sindicato Metges de Catalunya también tendrán una réplica estatal a través de las dieciséis entidades sindicales adheridas a esta agrupación. Con todo, ante la inactividad que denuncian por parte de la administración, los médicos continúan presionando a la consejería de Salud para conseguir mejoras firmes de sus condiciones laborales. De momento, lo harán con cuatro días de huelga, pero no descartan hacer movilizaciones sostenidas si el gobierno de Salvador Illa no acepta sus reclamaciones.

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