La polémica ha estallado esta mañana cuando a los quioscos ha llegado el último número de la revista de prensa rosa
Obregón ha recibido muchas críticas, la mayoría feroces, e incluso los profesionales expertos en la materia han cargado contra la decisión de ser madre por gestación subrogada y a su edad. Es el caso de la profesora de Derecho Civil de la UPF Esther Farnós, experta en derecho de familia, bioética y derecho de sucesiones. Farnós cree que la gestación subrogada puede ser legítima, pero si hay una regulación de mínimos que sea muy garantista. «Tendría que ser legal, pero no incondicionalmente, precisamente para evitar casos como el de Ana Obregón. Si se regula tendremos argumentos fuertes para evitar que alguien venga de fuera con un bebé, como en el caso de la actriz y pretenda que se le reconozca la maternidad», razona.

Gestación subrogada con condiciones para evitar el abuso
En el estado español se da la paradoja de que la gestación subrogada es ilegal, pero los padres y madres que lo encargan en el extranjero pueden volver con los bebés y pedir que se les reconozca la filiación. «Para evitar esta paradoja, se podría regular la gestación subrogada en el ámbito doméstico, altruista y con garantías«, explica la experta. Farnós pone algunos ejemplos de posibles condiciones para la gestación subrogada: «Que se pudiera hacer solo una vez o dos en la vida, que la pareja tenga una determinada edad -para que una persona no pueda ser madre con casi 70 años, como Obregón-, que el bebé lleve el material genético de quienes recurren a la gestación subrogada y/o que no se deje al libre mercado y haya una compensación regulada».
La experta cree que de este modo, con la regulación, se controlaría el mercado negro. «Una objeción es que si se regula y se ponen condiciones quizás no habrá bastante gestantes, como pasa en el Reino Unido, pero como mínimo una parte de la demanda se cubrirá», explica. Farnós admite que tener hijos «no es un derecho» pero sí «un deseo que es legítimo». «El derecho a menudo mujer respondida a deseos y voluntades, y regulándolo se puede mejorar la vida de muchas personas y evitar los abusos», concluye.