El menaje de mesa es una de las grandes obsesiones que tienen los amantes de la decoración. Hay una amplia gran variedad de vajillas muy auténticas, con diferentes estampados florales o diseños geométricos, capaces de dar un toque vintage o moderno, que dan siempre un toque característico y diferencial a la mesa. El estudio de diseño de Banyoles Qui Mana ha ido un paso más allá y ha elaborado un plato hondo de cerámica con la icónica imagen del campanario de Sant Romà de Sau en el centro.
El objetivo del proyecto, según explica el estudio de Quim Roqué y Anna Pigem, es reflexionar sobre la importancia del agua y las consecuencias de la sequía. «Un poema visual que manifiesta el alerta por el posible aumento de la pobreza hídrica», añade la firma, que reivindica que «si no llueve, no hay agua y si no hay agua, ¡no hacemos sopa!» «El 2023-24 las reservas de agua de nuestro país han tocado fondo. La sequía nos obliga a cambiar de hábitos, pero parece que no somos suficientes conscientes… ¿Seremos conscientes cuando nos falte el agua para hacer la sopa? El uso de este plato invita a la reflexión sobre la escasez de las reservas de agua», añade Quién Manda.
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Un proceso de elaboración con dos procesos de fabricación
El diseño de Quien Manda ha sido elaborado con cerámica y se ha sometido a dos procesos de fabricación diferentes como son el turno cerámico tradicional y la impresión cerámica 3D de última generación a cargo de la empresa BCN 3D Ceramics. Concretamente, se han torneado todos los platos a mano con en gres refractario, dejando una reserva de 2 mm de profundidad para anclar un campanario impreso en 3D con el mismo material. «Como que se trata de dos materiales hermanos, la adherencia y la similitud de temperaturas no ha supuesto ningún problema», subraya el fabricante. El plato es una edición limitada de veinte platos que se puede adquirir a través de su página web del estudio de diseño, y tiene un coste de 238 euros, y, además, fue seleccionado a los Premios Delta, diseño de producto a la categoría
Un helado de l’Estany de Banyoles
De hecho, el Estany Gelat ha ganado un Premio Delta Bronce 2024 de diseño. Se trata de un helado de hielo en forma de l’Estany de Banyoles para reflexionar sobre el agua y el cambio climático de «una manera divertida». El helado, también creación de Roqué y Pigem, se lanzó el 3 de febrero del 2022, para rememorar el hecho histórico del día 3 de febrero del 1956 l’Estany se heló después de que de madrugada los termómetros tocaron fondos bajando hasta –13 °C. «Con este producto invitamos a reflexionar sobre la importancia del agua y a la concienciación de las consecuencias del cambio climático que estamos sufriendo», sentencian. El recuerdo comestible de Banyoles está hecho con sorbete de manzana ecológica de Girona, y un toque de limón, que se puede degustar en algunos puntos de la capital de la comarca del Pla de l’Estany.