Blanca Ballester, propietaria del bar La Plaça de Godall, al igual que miles de habitantes del Ebro, ha sido víctima del fuerte temporal de lluvias que ha descargado en las Tierras del Ebro. En conversación con la Agencia Catalana de Noticias (ACN), Ballester relata cómo ella, junto con una decena de clientes, sufrieron un «gran susto» cuando el agua comenzó a entrar en el interior del local el domingo por la tarde, durante las primeras horas de los aguaceros. Para salir de allí, tuvieron que hacer un agujero en la pared que da a la casa de al lado. «Si no, algún susto habríamos tenido», explica. La propietaria del bar del pueblo relata que en el bar estaban ella y unos diez clientes más jugando a cartas en el momento en que empezaron a ver que el agua bajaba sucia y con fuerza. Intentaron cerrar la puerta, pero no pudieron, ya que se había roto por la presión del agua.

Atemorizados, subieron a mesas y sillas, pero llegó un momento en que vieron la necesidad de marcharse. Según explica a la ACN, fue uno de los clientes del bar que en ese momento estaba dentro del establecimiento quien sugirió hacer un agujero en la pared, ya que antiguamente, en ese local, había una puerta que permitía acceder al piso de arriba. Por eso, y con la ayuda de un extintor, hicieron el agujero en la pared, por el cual pudieron salir y subir las escaleras. «El agua entraba con fuerza y se lo llevaba todo», recuerda Ballester. Asegura que el aguacero que vivió este domingo por la tarde supera los niveles de todos los temporales que había vivido hasta ahora, y confía en que no se repita un episodio como el de las últimas horas.

Agujero hecho en la pared de un bar en Godall para poder subir a los pisos superiores durante el temporal en las Tierras del Ebro / Marc Font (ACN)

Coches amontonados y grandes riadas

El fuerte temporal de lluvias ha dejado imágenes de coches amontonados y calles llenas de barro debido a las riadas que han inundado las Tierras del Ebro. La propietaria del bar de Godall que tuvo que hacer un agujero en la pared para sobrevivir a las inundaciones asegura que, desde el interior del local, veían que el agua llegó casi a la cerradura de un coche que tenían aparcado en la puerta del bar. Armin, otro vecino del pueblo afectado por la lluvia, relata que se les ha inundado la casa. El agua entró en su casa, donde no estaban en ese momento, pero esta mañana cuando han podido volver se han encontrado que había llegado tanto al garaje como a la casa. Él tuvo que pasar la noche en Santa Bárbara porque no pudo llegar a Godall. Una vez más, «desgracias» de este tipo han vuelto a animar la solidaridad vecinal, que durante todo el día han estado trabajando para reparar los desperfectos e intentar, tanto como se pueda, recuperar la normalidad.

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