Plataforma per la Llengua ha denunciado dos nuevos casos de discriminación lingüística que ejemplifican, según expone la entidad en un comunicado, la «delicada» situación del catalán en el ámbito del consumo, concretamente en la atención oral. La entidad detalla que los dos casos tienen como protagonistas a dos empresas francesas: Leroy Merlin y Alcampo. «Vulneran los derechos lingüísticos de sus clientes y, por extensión, ignoran la legislación catalana», lamenta. «Yo no hablo tu idioma… xenófobo, tú» o «No entiendo el catalán, entiendo el español«, son algunos de los comentarios que deben soportar los consumidores por parte de dos trabajadores de estas multinacionales.

El caso de Leroy Merlin, que tiene casi una veintena de establecimientos en Cataluña, es el más grave de los dos, según la entidad en defensa del catalán, porque en la grabación «se identifica una actitud supremacista» por parte de la trabajadora, que se niega a atender a un cliente simplemente por querer hablar en catalán. «La conversación no puede avanzar, ya que la trabajadora insiste en que si no habla castellano, no le puede atender», expone la entidad que ha difundido la grabación de la conversación.

El cliente le recrimina que no quiera atenderlo porque está hablando en catalán. «¿Qué quieres que te diga si no te entiendo?«, le espeta la trabajadora, que sube el tono cuando el cliente le comunica que pedirá el formulario de reclamaciones para presentar una queja. «Pon lo que quieras«, le dice para, a continuación, tacharlo de xenófobo. «¿Xenófobo, yo? No. Estoy hablando mi idioma y tú deberías ayudarme», le replica el consumidor, que ha presentado una queja que aún no ha recibido respuesta.

Estos hechos trascienden semanas después de que Plataforma per la Llengua denunciara por segunda vez en tres años a la multinacional francesa por incumplimientos en las disposiciones lingüísticas del Código de Consumo de Cataluña. «Ahora los hemos vuelto a denunciar, esperando la incoación de un expediente sancionador“, reclamó la entidad presidida por Òscar Escuder a la Agencia Catalana del Consumo, que archivó la denuncia del año 2022.

Un trabajador afirma que Alcampo no exige el catalán

El segundo caso que denuncia la entidad es una conversación entre una clienta y un trabajador del Servicio de Atención al Cliente, que admite que la empresa no exige el catalán como requisito para trabajar allí. «No entiendo el catalán, entiendo el español… No lo piden, creo que no«, le admite el trabajador que la atendió después de que en reiteradas ocasiones se encontrara con trabajadores que no la entendían. La clienta quería conocer cuál era la política de la empresa con la lengua porque es «importante» para ella. Ante la respuesta que recibió por parte del trabajador, la consumidora interpuso una queja y, a estas alturas, aún no ha recibido ninguna respuesta formal por parte de la empresa.

Plataforma per la Llengua subraya que estos casos «no son anecdóticos», ya que las discriminaciones lingüísticas son «habituales» en las relaciones de consumo de los catalanoparlantes. En este sentido, la ONG del catalán subraya que cada año numerosas quejas se refieren a la atención oral, ya que muchos consumidores son discriminados simplemente por hablar catalán y recuerda que el año pasado, el 2024, el 29% de las discriminaciones denunciadas a la entidad hacían referencia a este hecho, un punto menos que el año 2023 (30%).

Plataforma per la Llengua elabora una guía para actuar si sufres una discriminación lingüística

Ante estas situaciones, Plataforma per la Llengua ha elaborado una guía, que los interesados pueden descargar aquí, para explicar los pasos que se deben seguir si sufres una situación similar a los casos que ha dado a conocer hoy la entidad. “Era necesario dar información sobre qué es una discriminación, qué leyes te amparan cuando la sufres y cuál es el procedimiento a seguir, es importante”, detalló el coordinador de Empresa y Consumo de Plataforma per la Llengua, Xavier Dengra, en conversación con El Món. Entre recomendaciones y aspectos a tener en cuenta, la entidad recomienda a la víctima grabar siempre la situación porque, según detalló Dengra, “lo más importante es recopilar pruebas y recoger evidencias”, y destaca que “grabar una conversación en la que participas, tanto en formato vídeo como en audio, es completamente legal y seguro” y, además, deja claro que no es necesario avisar al interlocutor.

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