Durante el franquismo se impuso la castellanización de la mayoría de los municipios de Cataluña, pero tras la muerte del dictador Francisco Franco y el final de la dictadura en 1978, pueblos como Castell d’Aro, Móra d’Ebre o Sant Quirze Safaja, entre muchos otros, pudieron recuperar su topónimo catalán. Hoy en día, en Cataluña solo hay un municipio que aún mantiene el topónimo castellanizado. Se trata de Cabacés, municipio del Priorat, donde hay una batalla por poner fin al topónimo en español y recuperar el catalán, Cabassers. De hecho, el grupo municipal de Junts per Catalunya ha presentado un recurso contencioso administrativo en el Juzgado de Tarragona para exigir que el Ayuntamiento, gobernado por ERC, cumpla con la Ley de Política Lingüística y adopte el topónimo catalán para el municipio.

«Ha sido necesario llevar un ayuntamiento de ERC al Juzgado Contencioso Administrativo de Tarragona porque no quiere cumplir la Ley de Política Lingüística y no quiere oficializar el nombre catalán del municipio. Ya no se puede sentir más vergüenza», ha anunciado el grupo municipal en Twitter, y en un comunicado lamenta que el consistorio aún mantiene vivo el topónimo español impuesto como oficial en 1939 por la represión franquista contra la lengua catalana. Actualmente, el topónimo oficial es Cabacés, pero el correcto, y defendido por el Institut d’Estudis Catalans, es Cabassers, que la Generalitat oficializó en 1933 y que el franquismo sustituyó después de la Guerra Civil. Pero la historia viene de lejos, ya que el topónimo en español se acentúa según las normas ortográficas de 1738 y la primera vez que se tiene constancia de Cabacés, como tal, es en un documento de 1742, y en 1868 el Instituto Geográfico y Estadístico español fijó Cabacés como nombre oficial, aunque a menudo se encontraba escrito como Cabasés en un intento de mantener la pronunciación catalana.

Sea como sea, el grupo municipal de Junts quiere que la localidad deje de ser la única localidad de Cataluña que tiene el topónimo en español y denuncia que el consistorio no cumple con la ley de Política Lingüística aprobada por el Parlamento en 1998, que establece que los topónimos de Cataluña tienen como única forma oficial la catalana de acuerdo con la normativa lingüística del IEC y que «hace corregir esta situación vejatoria» de tener el topónimo en español. Así, recuerda el gobierno municipal de ERC votó en contra de cumplirla en un pleno extraordinario que solicitamos y que se celebró el 18 de marzo de 2024.

Un acuerdo que no se ha cumplido

El pasado 5 de julio el gobierno municipal de Esquerra Republicana anunció un acuerdo con Junts para oficializar el topónimo Cabassers, y poner fin a esta situación anómala. De hecho, los concejales del consistorio enviaron una carta a los vecinos explicando que finalmente se cambiaría el topónimo por Cabassers, pero, según relata Junts, «al cabo de pocos días faltó a su palabra y engañó a la población, prometiendo que haría una consulta preguntando si el Ayuntamiento debía iniciar el expediente para cumplir la ley o no».

Esta consulta, subrayan los miembros de Junts, ni se ha celebrado ni se celebrará, porque «no se puede votar si se debe cumplir o no la legislación», y el Gobierno de la Generalitat no la autorizaría, como explicó el jefe de Administración Local en Tarragona en una reunión pública que se celebró el 12 de julio. «Ante la inacción del gobierno municipal y su engaño a toda la población lo hemos llevado al juzgado para hacerle cumplir la Ley de Política Lingüística y para defender los derechos lingüísticos», sentencia el comunicado.

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