Más de un millón de alumnos de infantil, primaria y secundaria obligatoria han empezado el curso este lunes después de casi tres meses de vacaciones. Un nuevo curso que llega con varias novedades, como por ejemplo el cambio de manos de la consejería de Educación, que ha pasado de las manos de la ex consejera republicana Anna Simó a las de Esther Niubó, o las nuevas restricciones de teléfonos móviles en la escuela -las cuales se aprobaron en la anterior legislatura y que han entrado en práctica este mismo lunes. El inicio escolar, pero, no solo llega con novedades, sino que todavía arrastra algunas problemáticas que se han producido en los últimos meses, como por ejemplo el «follón» del proceso de adjudicaciones de verano, el cual ha mantenido durante semanas en la comunidad educativa a la espera de saber cuál sería su futuro por este curso. Una incertidumbre que, para los sindicatos de docentes consultados por El Món, ha condicionado el inicio del curso escolar: «El caos del proceso de adjudicaciones que se ha producido este mes de julio y los nombramientos mafiosos [refiriéndose a los que se han producido a causa de las debilidades del decreto de plantillas] por parte de algunas direcciones se han notado este primer día», argumenta la portavoz nacional de USTEC, Iolanda Segura, y dónde también coinciden el resto de organizaciones sindicales del sector.
El «caos» generalizado de los nombramientos de este verano, los cuales denuncian que se han resuelto deprisa y corriendo esta primera semana de septiembre, han acentuado el número de plantillas que han arrancado este lunes sin estar del todo completas. Este es el caso, por ejemplo, del instituto Júlia Minguell de Badalona, que este pasado anunciaba a través de un comunicado que, después de deliberar todo «el equipo directivo y con el apoyo del claustro», habían decidido no abrir las puertas del centro este inicio de curso académico. El motivo, la falta de personal para cubrir todas las asignaturas.
La consejería, pero, alertada por esta situación, medió para que el centro pudiera arrancar con normalidad este lunes. Ahora bien, desde la Intersindical y UGT alertan que la maniobra del departamento para evitar que el instituto cerrara ha sido «sucia»: «La administración no ha resuelto el problema cubriendo las vacantes de docentes y destinando más recursos, sino que lo ha hecho amenazando con sanciones administrativas», denuncia el portavoz de la Intersindical, Marc Martorell. Por su parte, la consejera de Educación ha defendido este mismo lunes en rueda de prensa la «buen trabajo» de los servicios territoriales para reconducir la situación y garantizar que el instituto pudiera empezar la actividad: «Hoy lo hemos podido cumplir, pero es un problema que se tiene que resolver. Exprime que esta semana ya se ajuste definitivamente», ha argumentado Esther Niubó.

Una problemática que se extiende en todo el territorio
En este sentido, la responsable de educación pública de UGT, Lorena Martínez, advierte que la problemática que vive el instituto badalonés también se produce en otros centros de todo el territorio. «Hay muchas plantillas que todavía no se han acabado de completar», remacha la sindicalista, que prefiere no hacer una estimación numérica, pero asegura que este año la situación es mucho más «grave» que la que se ha vivido en años anteriores. Según relata, y coincidiendo con el punto de vista del resto de sindicatos de docentes, el proceso de nombramientos de verano ha destapado carencias de la gestión por parte de la administración catalana, puesto que algunos docentes se han visto obligados a cubrir plazas de especialidades que «no los corresponden». Para Marc Martorell, pero, este «follón» no solo es responsabilidad de la anterior consejería -que es quien reformuló el modelo de adjudicación con la incorporación de un nuevo algoritmo- sino que también salpica la gestión de los nuevos responsables del departamento: «No han hecho nada para ordenar la casa desde que han asumido el cargo», exclama el portavoz de la Intersindical.
Desde USTEC, y en consonancia con la visión del resto de sindicatos del sector educativo, el «caos» del proceso de adjudicaciones y nombramientos constata de nuevo uno de los males endémicos del sistema educativo catalán: la falta de docentes. Iolanda Segura considera que las carencias en personal, añadidas a «el exceso de papeleo» a la cual están sometidos, serán dos retos a los cuales tendrá que hacer frente la nueva consejera si quiere evitar un conflicto con la comunidad educativa. En esta línea, confía que el plan de desburocratización anunciado por la responsable de la cartera la semana pasada -en el cual ya estaba trabajando la anterior administración- permita hacer frente a esta «sobrecarga» laboral.

Los efectos de la fecha de inicio de curso
Lorena Martínez, coincidiendo con la portavoz nacional del sindicato mayoritario de educación, asegura que «el adelanto del calendario escolar» tiene «efectos negativos» para la «calidad educativa»: «Falta tiempo para planificar el curso», argumenta la sindicalista, que considera que la autoenmienda que hizo Anna Simó sobre la fecha de inicio que había marcado anteriormente Josep Maria Cambray no permite garantizar «con buenas condiciones» el pistoletazo de salida académico. «Y todavía menos si las plantillas no están del todo cubiertas». Todo y el malestar de los sindicatos hacia esta cuestión, la nueva consejera de Educación considera que el funcionamiento del primer día de escuela ha sido «bono». Ahora, pues, con el curso ya empezado, la administración catalana tiene que trabajar para mantener un buen clima con la comunidad educativa, la cual está dispuesta a volverse a poner en pie de guerra si sus reclamaciones no se cumplen.