La falta de docentes sustitutos para cubrir todas las bajas del profesorado es uno de los grandes problemas que afectan el sector de la educación. Según un informe elaborado por el sindicato mayoritario, USTEC, publicado este lunes, el 31% de las bajas que se han ocasionado este pasado mes de enero no han podido quedar cubiertas por la falta de docentes. Unas cifras que todavía se disparan más a la secundaria, donde el número de vacantes no cubiertas crece hasta el 46%. Con el objetivo de apagar el incendio que ha generado el informe del sindicato mayoritario, el Departamento de Educación, liderado por la consejera Anna Simó, ha anunciado este viernes que se creará una bolsa de sustitutos asegurados con trabajo durante todo el año de cara en el curso próximo. De hecho, se trata de una medida extraordinaria que la misma Simó ya anunció durante el pleno del Parlamento de la semana pasada, pocos días antes de que se hiciera público el informe de USTEC.
El objetivo de esta maniobra es poner solución a un problema que hace años que se arrastra. «En ningún momento del año pasado pudimos cubrir toda la plantilla», asegura el director del Instituto Tecnológico de Barcelona (ITB), Alberto Vila, en conversación con El Món. Explica que en su centro tienen muchas dificultades para dar respuesta a las diferentes bajas por enfermedad de docentes a lo largo del curso, cosa que condiciona directamente el aprendizaje de los alumnos: «Por ejemplo, cubrir una plaza de una asignatura en ciberseguridad es muy complejo porque tiene un contenido muy específico. Es muy difícil encontrar un docente que pueda hacer este trabajo y entender el contexto de la asignatura si no está especializado en esta materia, y esto acaba siendo un problema para los alumnos porque pierden horas de clase«, argumenta. De hecho, a causa de la especialización que se requiere para hacer sustituciones en informática, «todas se acaban considerando de difícil cobertura».

Duda sobre cómo se distribuirán los sustitutos por zonas
La propuesta que ha presentado la consejería pretende crear un grupo estable de sustitutos, formado por todos aquellos docentes que se inscriban voluntariamente. Todas las personas que conformen la bolsa estarán contratadas durante todo el año, y el departamento les irá adjudicando a los diferentes centros donde se requiera una sustitución en cada momento. Uno de los puntos que despierta más dudas entre los sindicatos de docentes consultados por este diario es como se hará la cobertura territorial: «Hay que tener muy en cuenta la movilidad, porque no es el mismo moverse dentro de la misma ciudad, que tener que hacer centenares de kilómetros para ocupar la plaza», argumenta Jesús Martín, miembro del Consejo Catalán del FP en representación de UGT.
La consejería todavía no ha especificado si la bolsa de sustitutos funcionará por comarcas o por servicios territoriales, áreas mucho más amplias donde las distancias pueden ser más largas. En este sentido, la responsable de docentes de educación pública no universitaria de CCOO, Marga Romartínez, avisa que hay que actuar diferente según la zona: «No es lo mismo el servicio territorial de Barcelona y comarcas que el de Lleida. La extensión geográfica es un factor que hay que tener en cuenta». A pesar de este punto, Romartínez cree que la bolsa de sustitutos supone uno «
Acompañar la bolsa con otras medidas
Para los sindicatos, se trata de un paso adelante «en la dirección correcta», pero que necesita ir acompañado otros cambios estructurales. Para la portavoz nacional de USTEC, Iolanda Segura, «es una buena medida», pero no tiene que ser «la única opción de estabilidad». Para el sindicato mayoritario es fundamental que se cree un «pacto de estabilidad con nombramientos de más duración, de entre dos y tres años, para garantizar plaza a las personas que no han conseguido durante el proceso de estabilización». Una idea muy similar a la que expresa el portavoz de educación de la Intersindical, Marc Martorell, que considera que es básico un «pacto de estabilidad» por paliar la «fuga de docentes».
En cambio, para Jesús Martín no es tan fundamental crear el pacto de estabilidad, sino dotar de «medidas compensatorias» la bolsa de sustitutos: «Creo que es importante tener en cuenta el factor metropolitano y la situación del precio de la vivienda en las grandes ciudades. Se paga el mismo sueldo en l’Hospitalet de l’Infant que en Barcelona o en la Vall d’Aran, pero el coste de la vida en las diferentes poblaciones es muy diferente. Crear un incentivo económico para las plazas metropolitanas sería una buena manera para garantizar que las vacantes de docentes quedaran cubiertas», asevera. El director del ITB no habla de «medida compensatoria» económica específicamente, pero sí que considera que hace falta un «reconocimiento extra» a los docentes para garantizar que las plazas quedan cubiertas: «En el sector de la informática nos encontramos con el problema que el sector privado ofrece sueldos muy mejores. Si no podemos competir de este modo, quizás se tendría que buscar alguna otra manera de fidelizar», alerta Alberto Vila.

Buscar soluciones «a largo plazo»
A pesar de que los sindicatos de docentes se muestran bastante satisfechos con esta medida del Gobierno, consideran que hay que atacar los problemas de fondos y buscar «soluciones a largo plazo». Los cuatro consideran que el principal problema es que para poder ejercer de docente de secundaria hay que cursar un máster, pero hay muy pocas plazas públicas para hacerlo, cosa que obliga a los docentes a «pagar cantidades indecentes» para acceder a la formación privada: «En estos momentos, para hacer el máster hay que pagar el precio de la privada, cosa que mucha gente no puede hacer, y después tener que dejar de trabajar durante un tiempo para cursar la parte práctica», lamenta Romartínez. Martín cree que este es uno de los motivos por los cuales se ha acabado «desprestigiando» la figura del docente en Cataluña.
Aunque ven con buenos ojos la maniobra del departamento, para los sindicatos la única manera de poner una solución duradera a la falta de docentes en la escuela y el instituto es «mejorar las condiciones laborales», puesto que, sin reformular la estructura del sistema educativo y abordar la raíz de los problemas, la efectividad de las medidas extraordinarias de la consejería tendrá fecha de caducidad.