Nada a hacer. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha vuelto a rechazar la recusación del magistrado Jesús Maria Barrientos, presentada por el presidente del grupo parlamentario de ERC, Josep Maria Jové, como presidente que tiene que juzgar por el 1-O el diputado republicano. La resolución, dictada por la instructora del incidente, la magistrada Nuria Bassols, considera sus críticas a la ley de amnistía sea suficiente motivo para apartarlo de la presidencia del Tribunal.

La interlocutoria de Bassols explica que se juzgan tres personas por varios hechos delictivos supuestamente cometidos. Por eso, interpreta que mostrarse contrario a una ley no quiere decir que tenga un interés en el pleito. «La sola manifestación de quien ha sido designado como Presidente del Tribunal, aunque se pueda entender que supone una opinión contraria, a la aprobación de la Ley de amnistía en trámite parlamentario, no permite intuir que haya un interés del recusado en el resultado del juicio», asegura la resolución.

No hay suficiente

Así mismo, considera que «cualquier manifestación relacionada con la Ley de amnistía puede ser interpretada como síntoma de interés directo o indirecto en una causa». «La función de los Jueces y Magistrados es juzgar y hacer ejecutar el juzgado, y dentro de la primera hay asistir al juicio, valorar la prueba que se practique, y decidir sobre la existencia de tipicidad o no en relación con los hechos que resulten de aquella valoración probatoria», detalla. Y concluye: «Por eso la opinión sobre una Ley en tramitación no puede ser comprendida como afectación de quien lo emite para juzgar unos hechos que pudieran tener relación con esta norma».

Jové presentó la recusación en base la crítica de Barrientos a la ley en un acto muy simbólico como es la entrega de los despachos a los nuevos jueces que tienen que ejercer su plaza en Cataluña. En aquel discurso, el presidente del TSCJ tildó la ley «de elemento de discordia» cuando sabía perfectamente que el mes de abril tendría que juzgar Lluís Salvador, Josep Maria Jové y la consejera de Cultura, Natàlia Garriga.

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