Segunda comparecencia de hoy en la comisión de investigación del Congreso sobre los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils. Tras el portavoz de la mezquita de Ripoll donde ejercía el imán Abdelbaky Es Satty, cerebro de la célula yihadista, ha sido el turno de la cabo con número cautelar «Foc 106», de los Mossos d’Esquadra del área del Tedax-NRBQ, la unidad de la policía catalana de explosivos. Una comparecencia rigurosa y extraordinariamente profesional, tanto por la seguridad de las respuestas, por la convicción del tono y por la capacidad técnica que ha parecido demostrar en sus explicaciones bastante plásticas y claras. De hecho, bastante más claras que su declaración en la vista oral del juicio en la Audiencia Nacional.
La «Foc 106» se ha esforzado en aclarar los puntos oscuros de la explosión de Alcanar donde las formaciones políticas han hurgado para o bien atacar a los Mossos d’Esquadra, o bien para criticar el rechazo a la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil; sobre las posibilidades de que la explosión fuera provocada o sobre el papel del imán. La Tedax ha asegurado que fue «un milagro» que no explotara antes y ha alertado que la cantidad de explosivo encontrado podría haber hecho caer cualquier edificio teniendo presente que «la idea» de la célula «no era mantenerse vivos».

Entre 250 y 500 kilos de explosivos y las teorías
El primero en abrir el fuego de los interrogatorios ha sido el portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, que ha comenzado con sus habituales preguntas bien pensadas, cortas y al pie. Así, el diputado vasco ha recordado las teorías expresadas por los partidos españolistas de que la jueza de guardia hizo una primera valoración avisando a las policías que «la explosión no parecía la de un laboratorio de drogas». Una teoría que ha echado por tierra.
La Tedax ha sido clara. Ha relatado que se incorporó el 18 a las nueve de la mañana, cuando provenía de un curso en Holanda. En ese momento, los Bomberos tenían su hipótesis y los Mossos de investigación criminal, la suya. Por un lado, los Bomberos creían que los ocupantes de la casa hacían traspaso de gas entre bombonas francesas a españolas que habría generado una atmósfera explosiva que con una chispa de los motores de los congeladores habría hecho estallar el explosivo que manipulaban. La policía, en cambio, veía más un laboratorio de drogas porque habían detectado mucha cantidad de acetona. «Cabe destacar que mirar la casa en ese momento era una tarea muy difícil, porque la casa estaba triturada», comentó a los diputados. Por lo tanto, la jueza no había avisado de nada.
También ha desmontado otra de las teorías de las fuerzas españolistas. En concreto, que Mossos había rechazado la ayuda de los Tedax de la Guardia Civil y del CNP. La Tedax ha insistido que «si hubieran venido, el jefe de entonces les habría facilitado cualquier dato, no habrían trabajado, eso no porque el servicio era nuestro, pero la información importante se la habría dado de forma directa». «Mi jefe tenía una relación muy estrecha y estoy segura de que estarían al tanto de toda la información», añadió. Incluso, apuntó que dieron información al FBI estadounidense. «Trabajar al mismo tiempo sería algo anómalo, no lo he visto nunca en 25 años», enfatizó la cabo, pero sí que puede ser que «tengamos un servicio y los compañeros vengan a preguntar qué hacemos y a buscar información, se la damos y se van».
Una explosión, una furgoneta y un señor mayor
La Foc 106 ha justificado, a través de la descripción de cómo quedó la casa de Alcanar, cómo fue la explosión. En este contexto, ha dejado claro que «taxativamente, la explosión de la noche del 16 de agosto fue provocada por un explosivo externo». Siguiendo este hilo, ha concretado que primero explotó el parking, que tiró las paredes sobre la habitación 1, donde había explosivo esparcido y provocó la segunda deflagración.
Según sus cálculos, a la vista de que especulaban con una cantidad de 345 kilos de peróxido y 500 de acetona, refinados a rendimientos del 15 al 95%, y el testimonio del superviviente y las pruebas recogidas, les daba un rango de entre 250 y 500 kilos de la Madre de Satán, el TATP, triperóxido de triacetona. También encontraron 97 bombonas de butano llenas y 7 vacías. Un material que habría añadido metralla y más explosiones porque las bombonas «no explotan por simpatía». «Fue un milagro que no explotara antes», exclamó. «Esta cantidad de explosivo habría derribado cualquier edificio», señaló.
Por otro lado, la cabo explicó que mientras hacía las pesquisas el día 20 de agosto se le acercó un vecino. Según narró, este vecino estaba haciendo una barbacoa, y que vio cómo una furgoneta blanca con un «viejo» se marchaba de la casa antes de la explosión. Le pidió más detalles y le describió un «hombre que iba alguna vez a la casa, con el pelo canoso, barba larga y pelo rizado». Como no tenía capacidad operativa tomó declaración y pasó los datos a sus compañeros de Información, que le tomaron declaración el 22. Uno de los grandes misterios resueltos.