Reanudación esta mañana de la comisión de investigación del Congreso sobre los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Era una comparecencia esperada, la de Hamid Barbach Bettach, portavoz de la mezquita de Ripoll donde ejercía de imán Abdelbaki es-Satty. Pero, finalmente, ha servido de poco y, incluso, ha descafeinado el contenido de su comparecencia en la comisión de investigación del Parlamento sobre los atentados en una sesión celebrada extraordinariamente en la capital ripollesa. Eso sí, ha dejado claro que la mezquita no tenía conocimiento de que el imán tenía antecedentes penales, porque en esos momentos no se controlaba, a pesar de que Cataluña estaba en nivel 4 sobre 5 de alerta terrorista.

Barbach ha explicado que la policía visitó dos veces la mezquita, entre enero y agosto de 2017, y no tres, como aseguró en la cámara catalana. Además, no ha detallado que las visitas fueran por el imán, sino «visitas rutinarias», que duraban entre «cinco y diez minutos» e incluso, se celebraban «de pie». De hecho, ha relatado que él personalmente también se reunió con la policía un día del año 2016. Otras veces se reunía el presidente de la asociación cultural que regentaba el oratorio. Un hecho curioso, porque cuando compareció en el Parlamento el presidente de la mezquita explicó que con la policía se reunía el portavoz.

Sea como sea, Barbach ha remarcado que el seguimiento de la mezquita solo lo hacía la policía, y quizás la Guardia Civil, pero los Mossos d’Esquadra, nunca. De hecho, de la policía catalana solo tenían contacto con los agentes destinados a la comisaría del municipio. Después de los atentados sí que hubo más visitas preventivas regulares. En todo caso, las visitas eran para comprobar si se había cambiado el imán o bien algún cambio en la junta.

Imagen de la comisión del 17-A en el Congreso esta mañana/Congreso
Imagen de la comisión del 17-A en el Congreso esta mañana/Congreso

«A mí el yihadismo no me puede captar, yo sé qué es el islam»

Barbach ha insistido a preguntas de todos los portavoces que no tenían conocimiento de los antecedentes de Abdelbaki es-Satty. Ha subrayado que no tenían capacidad para saberlo. Así solo se controlaba si tenían conocimiento de la doctrina del islam y si podían enseñar árabe a los niños. «Si hubiéramos sabido que tenía antecedentes, no lo habríamos contratado», ha sentenciado. De hecho, ha detallado que desde los atentados, cuando contratan a algún imán remiten los papeles a la policía para comprobar si tienen antecedentes incompatibles con el ejercicio de la profesión.

Por otro lado, ha negado que se dieran cuenta de los cambios de comportamiento de los integrantes de la célula y de su radicalización. Aun así, ha alertado que estos procesos de radicalización siempre son con gente joven o niños. En concreto, según Barbach, el «yihadismo capta gente que no tiene ni idea del islam, a mí no me puede captar».

Comparte

Icona de pantalla completa