“Me tratan mejor en Madrid”. Así reaccionó el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, al llegar a un encuentro espontáneo con periodistas catalanes durante el último cónclave que la formación celebró en Martorell. Aterrizó en Madrid en enero de 2016 con un mensaje netamente independentista y con la idea de estar solo 18 meses en la cámara baja española, con el Primero de Octubre y la independencia de Cataluña en el horizonte. Aquella imagen de independentista aleccionador se ha ido desdibujando a lo largo de los diez años que lleva en la capital española. El líder de la formación republicana en Madrid ha dejado de lado las performances –como la de su famosa impresora, con la que ironizó sobre los registros de la Guardia Civil para localizar el lugar donde se imprimían las papeletas del 1-O– y ha modulado su mensaje, que ahora es más en clave española que catalana. En este marco puso sobre la mesa la idea de crear un espacio “plurinacional de verdad” de “la izquierda periférica” para presentarse conjuntamente a las próximas elecciones españolas. Su partido lo desautorizó, pero él continúa como pez en el agua en Madrid, incluso cuando el ultraderechista Vito Quiles lo persigue con su micrófono en las afueras del Congreso, una situación en la que intenta mostrarse ocurrente en lugar de evitarla.

Expertos consultados por El Món remarcan la transformación del político catalán durante todo este tiempo, hasta el punto que el periodista Fernando Jáuregui, colaborador de este diario, lo equipara a la figura y el papel que desarrolló Josep Antoni Duran i Lleida cuando era líder de CiU en Madrid. Y, no solo eso, porque el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ya lo incluye desde febrero entre las respuestas espontáneas a la pregunta: “De los principales líderes políticos, ¿quién preferiría que fuera el presidente del gobierno español?”. En el último estudio, el de este pasado octubre, el apoyo era del 2,7%, menos de dos puntos por debajo de la líder de Sumar, Yolanda Díaz, la única dirigente de la izquierda progresista que lo supera como posible presidente del gobierno español.

«Un giro de 180 grados»

El politólogo y profesor de la Universidad Pompeu Fabra Toni Rodon destaca que Rufián en el año 2016 tenía un perfil “mucho más contestatario, de partido protesta”, en el contexto de los inicios del Procés. “Era mucho más agresivo, ahora parece más un político moderado, también en las formas retóricas. Como si fuera un político que gobierna, que está dentro del sistema y que es parte, en cierta manera, del statu quo”, expone Rodon. Y señala que eso también se nota con sus preferencias políticas y su retórica.

Jáuregui, por su parte, cree que el dirigente republicano ha dado “un giro de 180 grados”. Expone que “ya no es el Rufián que saca la impresora desde el escaño, se ha quitado las camisetas llamativas y provocativas y es un tipo muy accesible a los medios”. “Está en su casa”, alerta. Y, para dejar clara su adaptación a Madrid después de una década, dice que se le nota incluso en la vestimenta y en el peinado. “Ya no tiene la sierra de Milei y ahora es, entre otras cosas, una persona de izquierda muy moderada”, destaca.

Juan Carlos Monedero, profesor de Ciencia Política de la Complutense de Madrid y uno de los fundadores de Podemos manifiesta que es “complicado” entender el papel de Rufián sin entender el auge de la extrema derecha. “Y tengo la sensación de que a Rufián le pasa lo que le pasó en su momento a Pedro Sánchez, que se ha podemizado al mismo tiempo que se despodemitza. Y eso deja un espacio para ser representado, que creo que es lo que hace que mucha gente vea a Rufián un líder estatal y no tanto un líder más circunscrito a su territorio”, subraya. “Rufián es de los políticos que más ha crecido en los últimos años”, afirma, y apunta que este crecimiento se debe a “una lectura más compleja de la realidad, no ver solo tu campanario sino ver todo el territorio”. “Seguramente hay más autenticidad en lo que ahora dice que en aquellas expresiones, como cuando hizo referencia a las 50 monedas de plata y las cosas que eran más juveniles de una persona que estaba encontrando su espacio político”, resume.

Momento en que Rufián muestra la impresora en el Congreso, el 13 de septiembre de 2017 / ACN

El abandono del discurso independentista por un discurso de la izquierda española

Todos los expertos consultados constatan el cambio de discurso que ha protagonizado Gabriel Rufián. Monedero cree que es porque, según él, la izquierda catalana y la izquierda vasca “están ocupando un espacio que tuvo Podemos, donde las propuestas integraban todo el territorio [español]”. “Si alguien rebaja su identidad, si baja un poco la bandera, pues los otros pueden encontrar un espacio de representación y, por tanto, estar dispuestos a jugar y creo que eso Rufián lo está haciendo y lo está haciendo atractivo”, añade Monedero, con una mirada española. Se refiere a lo que Toni Rodon constata que “todo el mundo ha visto”, que Rufián ha ido abandonando sus posiciones sobre la cuestión nacional: “Habla muy poco o directamente no habla”. Eso, según Rodon, podría responder al hecho de que con los años que lleva en Madrid “ha socializado y ha ido viendo que las cosas son diferentes de lo que pensaba, y ha hecho un cambio de opinión”. Pero también pone sobre la mesa una apuesta estratégica de ERC que puede entender que con un perfil como él “llega a un electorado que, si no, no llegaría”. “O las dos cosas a la vez, también podrían ser”, dice.

La opinión de Monedero es, seguramente, una prueba clara del público con el que encaja cada día más Rufián. Afirma, por ejemplo, que si las exigencias nacionales en Cataluña se “vuelven de extrema a derecha es más fácil buscar un discurso progresista que insista más en los valores republicanos que en los valores identitarios”. El cofundador y exdirigente de Podemos da un paso más y plantea que ERC “puede deslizarse como Junts hacia posiciones de extrema derecha en una carrera de ver quién es más ajeno a los derechos humanos con un discurso antiinmigración y con un discurso reaccionario o bien se puede plantear la necesidad de una refundación republicana de España”. Una observación que encaja con la batalla de Podemos contra la delegación de las competencias de gestión de la inmigración a la Generalitat que reclamaba Junts.

Otra perspectiva española significativa es la de Fernando Jáuregui, que cree que Rufián ha articulado un discurso que le permite “no estar sesgado a favor de Sánchez ni excesivamente en contra”. “Se decanta como un hombre de izquierdas, y se ha convertido en un referente en toda regla. Pero es uno de los portavoces más destacados de la derecha y la izquierda” en el Congreso, porque “introduce un cierto sosiego”. A Jáuregui, las intervenciones del portavoz de ERC le recuerdan las que hacía Duran i Lleida cuando era el portavoz de CiU. “Cuando salía, todo el mundo abandonaba el hemiciclo, pero hacía el mejor discurso e incluso hacía propuestas constructivas”. “Ahora viene Rufián con su pregunta semanal, y con sus intervenciones, y de alguna manera llena huecos”. “Es una de las máximas figuras que tenemos en el Congreso de Diputados. Unas figuras más respetables y respetadas”, sentencia. Una frase que es una nueva prueba del progreso de Rufián en la opinión pública española.

La portavoz de Podemos en el Congreso, Ione Belarra, y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián / Europa Press

¿Una confluencia de izquierdas para garantizarse el futuro?

Los expertos también abordan la propuesta de Rufián para crear una confluencia de izquierdas, pero están divididos entre los que creen que es necesario articular un espacio como este y los que opinan que quizás lo hace para buscar una salida después de perder la confianza de la cúpula de su partido, que desautorizó su propuesta desde el primer momento. Para Toni Rodon, la cuestión es si este movimiento responde al objetivo de “garantizarse una posición” en el Congreso en el futuro, porque “quizás ya ve que esto se le acaba”, ya que su figura se está poniendo en duda dentro de ERC. “Una manera de mantenerse es apostando por esta solidaridad fraternal de las izquierdas”, asegura.

En cambio, para Jáuregui este movimiento en la izquierda española es más necesario que nunca porque “el espectáculo actual es potencialmente peligroso”. “Hace falta un aglutinador de la izquierda”, dice, y para él es una obviedad que de “alguna manera” Rufián aspira a representar la izquierda española y ocupar un “lugar representativo” en un momento en el que este espacio político se está “hundiendo”. En un escenario donde la fractura entre Sumar y Podemos es definitiva y el papel del PSOE no queda claro, Rufián plantea la idea y se sitúa por “encima” del resto porque no está con ninguna de estas formaciones y su propuesta adquiere “relevancia nacional [española]”. “Dentro del equilibrio de poder, él está bastante equilibrado. Y diría que, ahora mismo, está en una posición de centro”, resume Jáuregui, y señala que “lo más importante es hasta qué punto este señor que representa a ERC aquí, y yo creo que no lo hace”.

Juan Carlos Monedero cree que Rufián ha crecido mucho y sus discursos en el Congreso señalan asuntos de los que antes se ocupaba Podemos como, por ejemplo, la vivienda o la confrontación con la extrema derecha. “Un líder que dedica una parte importante de su tiempo a confrontar la derecha y la extrema derecha tendrá más audiencia que otros liderazgos que dedican una parte relevante de su tiempo a confrontar con otras izquierdas”, apunta. Pero, no obstante, cree que no puede liderar solo este espacio. En este sentido, Monedero ve más probable un “triunvirato” porque, según su opinión, “alguien tiene que representar a los millones de inmigrantes que hay en nuestro país y que necesitan una voz creíble que les haga un espacio”. “Aquí me parece que Rufián no lo podría hacer”, afirma, y, por otro lado, también cree que hacen falta voces femeninas igualmente. “La representación del conjunto de la izquierda deberá ser coral”, resume.

Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso | Europa Press
Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso | Europa Press

¿Los vídeos con Vito Quiles: una estrategia para llegar a más gente?

Finalmente, los analistas consultados también hablan sobre los vídeos que Gabriel Rufián ofrece con el ultraderechista Vito Quiles, pero cada uno tiene una opinión diferente. Al periodista Fernando Jáuregui no le consta que el portavoz de ERC dé “mucha cuerda” a Quiles, y, para él, no deja de ser “una triste anécdota que no va a ninguna parte”. En cambio, Juan Carlos Monedero rechaza que le haga el juego al extremista y apunta que responde a sus preguntas para “menospreciarlo”. “Si lo ridiculizas, es más efectiva la crítica que si los confrontas”, manifiesta, y cree que Quiles no se da cuenta. En cambio, Toni Rodon ve “mucha estrategia”, en esta actitud de Rufián, que sabe que estos vídeos “los ve mucha gente” y le pueden servir para “intentar ampliar un poco su base más tradicional”.

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