Giro en la biografía política de alguien que ha estado en todas las etapas del país desde la militancia antifranquista. Ferran Mascarell, regidor de Junts per Catalunya y vicepresidente de la Diputación de Barcelona en el mandato de las corporaciones locales que acaba de llegar a su fin, deja la militancia política. Ha comunicado a su partido que se desvincula orgánicamente y este sábado lo anuncia en la primera entrega de la serie ¿
“Milité de joven universitario en BR, unas cuántas semanas al PSUC cuando todo parecía posible, veinte años en el PSC cuando todavía era catalanista, en la Crida mientras existió y en Junts desde que nació y hasta ahora. Me he dado de baja. Necesito una temporada de soledad política. Los confieso que pocas veces he estado cómodo dentro de ningún partido. Demasiado corporativismo. Me considero inscrito en el partido que preconizaba Albert Camus: el de los que no estamos seguros de tener siempre y, en todo, la razón”, explica en el primer capítulo de la serie, que podréis leer en EL Mòn.

Once preguntas claves que dan a una reflexión en forma de serie
Ha sido concejal de Barcelona con el PSC, en el equipo de gobierno, y ahora con Junts, en la oposición. Fue conseller de Cultura con Pasqual Maragall y con Artur Mas. Fue, después, delegado del Govern de Cataluña a Madrid, cargo que le proporcionó la oportunidad de tener contactos con todas las ramas del poder español.
Ahora, Mascarell explica su experiencia y sus conclusiones en esta serie, donde propone al independentismo hacer una reflexión a fondo sobre su situación, empezando por las grandes preguntas: “Primera: ¿por qué Cataluña no es un Estado independiente? Segunda: ¿ha tenido nunca la oportunidad de serlo? Tercera: ¿a la sociedad catalana le convendría serlo, habría podido mejorar significativamente la vida de los catalanes en caso de haber tenido la fuerza de constituirse como un estado independiente de Europa? Cuarta: ¿por qué el Estado español, y de rebote la sociedad española, se ha opuesto tan furiosamente a la independencia de Cataluña, con continuidad y alevosía?”. Hasta once preguntas plantea, e irá buscando las respuestas en las semanas sucesivas, en que invitamos los lectores de El Mòn a leer reposadamente el debate que abre.