El presidente del Parlament de Cataluña, Josep Rull (Terrassa, 1968), atiende a El Món cinco días después de celebrarse el congreso de Junts per Catalunya en Calella, que entronizó a Carles Puigdemont de nuevo como presidente del partido. Rull nos recibe con una marcada postura institucional, que lo acompaña desde que accedió al cargo; y remarca que lleva corbata negra porque debe asistir al minuto de silencio convocado en la plaza Sant Jaume por las víctimas de la DANA en la Comunidad Valenciana. Lo subraya serio antes de comenzar la entrevista, en la que se abordan cuestiones como la relación que mantiene con el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, con quien ha tenido su primera reunión institucional, su idea de catalanidad, el momento que atraviesan el movimiento y las formaciones independentistas o cómo se encuentra la negociación de su partido con el PSOE. «La continuidad de Pedro Sánchez dependerá de su agilidad a la hora de negociar y cumplir los acuerdos», advierte, y remarca que el acuerdo de investidura de Illa con ERC «entra en contradicción con el acuerdo de Bruselas». Sobre la situación del presidente en el exilio y diputado de Junts, descarta buscar mecanismos para que pueda intervenir en los plenos desde Waterloo. «Sería normalizar una situación anómala», expresa, y defiende que el independentismo no puede aparcar nunca la vía unilateral porque hacerlo sería «renunciar a Cataluña como nación».

Esta semana usted tuvo la primera reunión institucional con el presidente de la Generalitat Salvador Illa. ¿Qué inquietudes le trasladó? 

Básicamente, la necesidad de reforzar las instituciones en la nación. Yo enfatizo mucho este concepto. De hecho, no me considero a mí mismo el presidente de un Parlamento de una autonomía, sino el presidente del Parlamento de una nación. Por lo tanto, este es un elemento fundamental. Y esto pasa por el respeto institucional de todo el sistema político de la Generalitat de Cataluña. La Generalitat está formada por el presidente, el Gobierno y el Parlamento. Y, por lo tanto, entiendo que hay que reforzar la institucionalidad en términos nacionales y, por otro lado, esta actitud de respeto mutuo, de respeto institucional. También le expliqué todos los elementos que creo que deberíamos ser capaces de afrontar con procesos legislativos que fueran más rápidos, con comparecencias tanto de consejeros como de organizaciones y entidades en el Parlamento que fueran más flexibles, porque tenemos un mecanismo que es excesivamente rígido y a veces poco productivo. Muy a menudo nuestras comparecencias son una larga tira de monólogos. Hay poco intercambio, y deberíamos ser capaces de que hubiera intercambio. Y también le expresé mi inquietud por el hecho de que la figura del proyecto de ley últimamente ha quedado en un segundo plano. Hay muchos elementos de mejora que debemos ser capaces de explorar. 

Más allá de este encuentro, ustedes coinciden en muchos actos institucionales. ¿Hay un diálogo constante? 

Sí, se produce este diálogo constante sobre, por ejemplo, esta semana, a la hora de gestionar esta catástrofe terrible que ha sucedido en la Comunidad Valenciana y en otros territorios, ya hablamos enseguida de cómo debíamos afrontarlo y ambos coincidimos en la necesidad de ser muy categóricos al expresar nuestra solidaridad con la Comunidad Valenciana. Por ejemplo, una decisión como esta estaba muy trabajada y muy hablada entre la presidencia de la Generalitat y la presidencia del Parlamento.

Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas
Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas

¿Cree que el gobierno de la Comunidad Valenciana ha gestionado bien la emergencia?

Esto se tendrá que terminar determinando, pero en principio por las franjas horarias de cada uno de los elementos en la activación de una emergencia parece que hay un desfase. Se tendrán que dar las explicaciones para justificar este desfase. ¿Por qué se advirtió tan tarde? Es evidente que con unos primeros indicios da la sensación de que las cosas no se han hecho bien. 

Usted hablaba de un respeto institucional mutuo entre el presidente de la Generalitat y usted, pero son dos personas que defienden ideas opuestas. ¿Todo aquel que viene a mejorar Cataluña es catalán, como dijo el presidente de la Generalitat? 

Es una definición… Yo creo que la catalanidad se expresa a partir de dos elementos, de dos columnas. La voluntad de ser catalán y una lengua que se puede aprender. La catalanidad es abierta en estos términos, y después hay muchas otras definiciones. Yo con la que me siento más cómodo es con la del presidente Pujol, que es extraordinariamente actual: ‘Es catalán todo aquel que vive y trabaja o quiere trabajar en Cataluña y quiere serlo’. El elemento de voluntad es determinante. Y después hay otras como ‘Cataluña es tierra de paso y catalán aquí es quien se queda’, o aquella definición, que a mí me gusta mucho y que es muy potente, que forma parte del milagro de la nación catalana, y subrayo milagro de la nación catalana, es ‘yo soy de donde son mis hijos’. En la medida que mis hijos ya serán catalanes, yo seré catalán o catalana orgulloso de mis raíces, orgulloso de Andalucía, orgulloso de Rumanía, orgulloso de Colombia, orgulloso de Marruecos; pero seré catalán en la medida que mis hijos ya serán catalanes y, por lo tanto, hay esta capacidad de integrar.

Antes ha hecho referencia a la lengua, ¿cómo ve que el presidente la Generalitat utilice de forma recurrente el castellano en sus discursos como ha hecho esta semana para dirigirse a los ciudadanos de la Comunidad Valenciana?

Pues aquí es uno de los elementos, yo creo que debe haber este punto de ejemplaridad y la presidencia en la Generalitat, como la presidencia del Parlamento, debe ser inspiradora para el conjunto de la nación y Cataluña tiene tres lenguas propias, que son el catalán, el aranés y la lengua catalana de signos. Lo que es y lo que hemos acordado que sea debemos ser capaces de poderlo defender en todas partes y de manera ejemplar e inspiradora. 

Hasta ahora, el presidente de la Generalitat se ha reunido con todos los expresidentes de la Generalitat excepto con Carles Puigdemont. ¿Cómo ve esta situación?

Es anómala y anormal. Y la normalidad es que el presidente de la Generalitat se reúna con todos los expresidentes en su condición de expresidentes. 

De hecho, él es diputado y lleva siete años en el exilio. ¿Esta situación es lo que hace que Junts per Catalunya renuncie a utilizar la figura de jefe de la oposición? 

Sí, rotundamente, porque utilizar esta figura de jefe de la oposición sería ignorar esta anomalía. ¿Cómo puede ser jefe de la oposición alguien que no puede venir físicamente al Parlamento con riesgo de ser detenido a pesar de que haya una ley de amnistía aprobada y operativa? Es absolutamente impensable desde esta perspectiva. No es normal, por ejemplo, que, con su condición de expresidente de la Generalitat, no tenga la seguridad ya atribuida y adecuada. Por lo tanto, el presidente Puigdemont, al margen de esta consideración reglamentaria de ser jefe o no jefe de la oposición, es el jefe de la alternativa a este gobierno, con todas las consecuencias, porque este liderazgo es claro y rotundo. Era el cabeza de lista de la fuerza que juega este papel de alternativa, de la primera fuerza en la oposición. Por lo tanto, no hace falta un título reglamentario, sino que este liderazgo está y se percibe con todas las consecuencias. Yo procuro que sea lo más operativo posible, y por eso he ido un par de veces a Waterloo a visitarlo, con su triple condición de expresidente de la Generalitat, de líder de Junts per Catalunya, pero también de líder del principal grupo parlamentario en la oposición aquí en el Parlamento.

¿El Parlamento puede encontrar mecanismos para que él, mientras dure esta situación de exilio, pueda intervenir, por ejemplo, en un pleno? 

No los queremos encontrar. Tengo esto muy claro, porque sería normalizar algo que no es normal. Utilizar el plasma para atenuar esta situación anómala sería pretender, insisto, normalizar lo que no es normal. Y no es normal que un cargo electo de este país no pueda acceder con libertad a la sede de la soberanía nacional, que es el Parlamento de Cataluña, y más cuando hay una ley de amnistía aprobada y que debería ser plenamente operativa. 

Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas
Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas

En referencia a la amnistía, ¿la estabilidad de Pedro Sánchez depende de la aplicación definitiva de la ley? 

Depende de su capacidad de cumplir los acuerdos y de negociar. Y existe un pacto, que es el pacto de Bruselas, que establece varios elementos, uno de los cuales era la aprobación de la ley de amnistía. El gobierno español tiene muchos mecanismos para agilizar la toma de decisiones tanto del poder judicial como, eventualmente, del Tribunal Constitucional. Sus posiciones como Abogacía del Estado, de una manera muy clara, y eventualmente también de la Fiscalía. Pero hay el pacto de Bruselas que establece muchos otros elementos desde un punto de vista de financiación, de traspaso de competencias, una de las cuales, muy relevante, es el tema de la inmigración, y compartir una determinada narrativa, que era lo más importante del acuerdo de Bruselas.

Hay un conflicto político, y este conflicto político tiene sus orígenes con el Decreto de Nueva Planta, y esto era la primera vez que dos formaciones, una de las cuales tiene el gobierno del Estado reconoce que esta es la base de este proyecto político. Después, el pacto de Bruselas también incorporaba el tema de la oficialidad del catalán y la necesidad de resolver este pleito político. Y el pleito político solo se puede resolver votando y que el pueblo de Cataluña pueda decidir su futuro. Por lo tanto, la continuidad de Pedro Sánchez dependerá de su agilidad a la hora de negociar y cumplir estos compromisos. Y este acuerdo de Bruselas está basado en la negociación, con un instrumento que son estas reuniones de Ginebra y con un mediador internacional. 

¿Y se está avanzando en esta negociación? Porque da la sensación de que está todo atascado. 

Las reuniones continúan produciéndose y, evidentemente, el acuerdo de investidura de Salvador Illa entra en contradicción con aquel acuerdo de Bruselas. Y, por lo tanto, se debe determinar en qué términos queda una parte de una negociación y una parte de la otra negociación. Junts solo se siente interpelada por aquel acuerdo que se adquirió hace prácticamente un año. 

Usted es la máxima representación institucional del independentismo en este momento. ¿Hasta qué punto es importante esto?

Intento que mi agenda refleje la importancia de esta responsabilidad y, con mi gabinete, tratamos de tener una agenda muy intensa. Ahora solo nos quedan siete comarcas por visitar. Solo siete comarcas pendientes de visitar después de solo cinco meses, y estando presente en todos los actos y donde tenemos la posibilidad de intervenir. Es lo que le decía, que soy el presidente del Parlamento de una nación y subrayar este componente nacional creo que es absolutamente determinante en términos simbólicos y en términos operativos. También, por ejemplo, la semana que viene conmemoraremos, y esto lo hace el Parlamento de Cataluña, el décimo aniversario del 9 de noviembre. Lo hace el Parlamento de Cataluña, y también quiero poner mucho en valor la mayoría soberanista que hay en el Parlamento, que es activa y es operativa, sin perjuicio de que, en la mayoría de las cuestiones, esta Mesa actúa por unanimidad, por un amplísimo consenso. Pero cuando corresponde, es una Mesa que está actuando como una mesa soberanista y también quiero ponerlo en valor.

¿En qué consistirá el trato de congregación del décimo aniversario del 9-N?

Es un acto institucional en el Parlamento con la intervención de las tres patas que hicieron posible aquel 9 de noviembre, la intervención del presidente Artur Mas, como presidente del Gobierno que lideró aquel proyecto; la intervención de Carme Forcadell, la líder entonces de la Asamblea Nacional Catalana, y la intervención de Meritxell Budó, la presidenta de la Asociación Catalana de Municipios. Estas fueron las tres patas que permitieron hacerlo posible. También habrá la intervención del presidente del Parlamento, la mía, porque fue de acuerdo con la ley de consultas no refrendarias, con mecanismos de participación, que se dio amparo a aquella consulta, que fue la primera vez que se ganó de manera desbordante. Aquellas 2.300.000 personas que fueron a votar, que poca gente se lo esperaba, pero había una confianza de que esto sería posible. Es muy difícil entender el 1 de octubre sin el 9 de noviembre.

¿Habrá algún representante del Gobierno en este acto?

El Gobierno, evidentemente, está invitado. Yo hablé desde el primer momento con el presidente Illa, diciéndole que había este acto y que, evidentemente, ya estaba absolutamente invitado. 

¿Pero le han confirmado si asistirán?

No, no me han confirmado nada, aún.

Conmemoraron el aniversario del 1-O, ahora conmemorarán el 9-N, hechos relevantes del Proceso. ¿Se ha acabado?

Si se entiende renunciar al objetivo de la independencia, no. No se acabará nunca, porque Cataluña es una nación y todas las naciones tienen derecho a ganar su libertad y aspirar a su plenitud. Y cada vez estoy más convencido y más intensamente convencido de que la única manera de alcanzar la plenitud nacional de Cataluña es con la independencia de Cataluña. Lo que comenzó en el año 2012, obviamente, se tiene que replantear y se tiene que reformular, porque ahora sabemos más cosas.

Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas
Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas

¿Cuáles?

Ahora tenemos una cartografía nueva que no teníamos ni el 9 de noviembre ni el 1 de octubre, porque era la primera vez que lo hacíamos, y llegamos más lejos que nunca. Desde 1714 llegamos más lejos que nunca, y desafortunadamente no lo pudimos culminar. Pero lo hicimos, insisto, sin GPS, sin cartografía. Ahora ya tenemos una cartografía clara, sabemos qué caminos son viables y cuáles otros son impracticables. Sabemos cuáles son nuestras fuerzas y nuestras debilidades, y también las fuerzas y debilidades del Estado, y hemos descubierto cosas que no intuíamos, o que podíamos intuir, pero no éramos conscientes.

Por ejemplo?

Cuando hablábamos del acompañamiento de Europa. Hemos visto que hay una Europa política que ha sido rotundamente refractaria a lo que hemos hecho, pero, en cambio, hemos visto la Europa de las justicias europeas que nos ha dado unos amplísimos niveles de recorrido: la justicia alemana, la justicia belga, la justicia escocesa, la justicia sarda italiana, la justicia suiza. Si nos hubieran dicho que el ámbito donde tendríamos más recorrido sería el de las justicias europeas y también con algunas resoluciones importantes en el Tribunal de Luxemburgo, no lo hubiéramos creído. Ahora estamos a la espera de qué dirá el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, pero hemos visto que en la parte política, Comisión y Consejo, es mucho más complicado de lo que inicialmente habíamos planteado. El Parlamento Europeo depende de estas mayorías, y en estos momentos no corren buenos vientos, pero, en cambio, las justicias europeas nos han dado un recorrido muy considerable.

Pero todo esto se hizo con el independentismo unido.

Sí, este es el otro elemento. Es decir, cuando vamos juntos somos imparables. Cuando nos fijamos en el horizonte y no en los retrovisores, y no en los reproches, este país es imparable, y cuando somos capaces de articular, construir, un proyecto de ambición colectiva, de progreso y de bienestar. Esta es la clave del proyecto independentista. Aquella idea que ahora hay alguien que la quiere escarnecer, pero que creo que continúa siendo absolutamente vigente, que estamos en condiciones de ser la Holanda o la Dinamarca del sur de Europa, con los recursos adecuados y con las herramientas adecuadas porque tenemos unos mayores niveles de creatividad y una fuerza que es lo que estoy acreditando como presidente del Parlamento en estos cinco meses, una fuerza de la sociedad civil que es desbordante. Es un país muy bien tejido. ¿Qué problema tiene? Digamos que tiene un problema de pocos recursos que afecta directamente la cohesión social. Tenemos unos niveles muy preocupantes, inquietantes, de pobreza. Este 25% es una herida que, teniendo todas las herramientas a nuestro alcance, no deberíamos estar soportando.

¿Este mirar constantemente al retrovisor es lo que ha debilitado el movimiento? 

Es uno de los elementos que ha debilitado el movimiento. Al movimiento lo ha debilitado cambios súbitos de relato, la incapacidad de hacer esta valoración conjunta de lo que hubo, de pactar esta cartografía conjunta, y sobre todo esta imagen de ruptura y de poca cohesión. Por lo tanto, estos son elementos que son perfectamente objetivables y que se ven agravados por un Estado que continúa desplegando toda la represión. Un Estado que pretendía tres cosas: que hubiera miedo en Cataluña, que nos peleáramos, y que el catalanismo, o el independentismo, dejara de ser un movimiento luminoso y pasara a ser un movimiento impregnado de rencor y resentimiento.

¿El Estado español ha logrado estos objetivos?

No. Creo que han intentado inocular el miedo, y aquí nos debemos rebelar. Me rebelo ante el miedo. En esta nueva etapa también ha habido querellas criminales, amenazas de todo tipo, pero tomo prestadas palabras que eran del presidente Roosevelt, que dijo que ‘solo debemos tener miedo de nuestro propio miedo’, y nos debemos rebelar ante el miedo. Continuarán insistiendo porque la prisión está, la amenaza de inhabilitaciones está y el lawfare está, y es brutal. Mi predecesora fue víctima. El elemento de las peleas, debemos volver a sumar, a construir, a recusar, porque si no pasa lo que pasa, que Cataluña por primera vez desde el año 80 no tiene una mayoría nacionalista o independentista en el Parlamento. Y, por otro lado, sí que debemos mantener el espíritu de Muriel Casals, ‘no estamos aquí para buscar un sueño, nosotros somos el sueño’. Que es esta idea, no un independentismo agrio y expresado en negativo, sino un independentismo de proyecto que interpela al conjunto de catalanes y catalanas, que es capaz de dibujar estos horizontes de prosperidad, bienestar, progreso y justicia social. Debemos recuperar el proyecto.

¿Y cómo se puede hacer esto?

No debemos tener límites, el 1 de octubre no teníamos límites. Debemos recuperar esta misma actitud, pero es necesario que haya proyecto y mucha solidez a la hora de gestionar las instituciones y en la gestión de los tangibles y los intangibles. El 1 de octubre teníamos plan A, B, C, D… Y por eso salió bien. Y yo recuerdo mucha gente que nos decía que no, que aquel día no habrá la posibilidad de votar. El problema es que la falta de cartografía, y algunos errores propios, hicieron que no… Siempre he dicho que la declaración de independencia la debíamos haber hecho el día 3, inmediatamente después. Pero ahora es muy fácil decirlo, en aquellos momentos no teníamos todos los elementos de juicio, y la parte autocrítica también la deben hacer.

En esta nueva etapa, el fin de semana pasado su partido inició una nueva etapa, y el presidente Puigdemont y Jordi Turull hicieron un llamado para ‘abandonar los cuarteles de invierno y pasar a la ofensiva’. ¿Es el momento de dejar de lamentarse y volver a situar un proyecto sobre la mesa?

Yo creo que Junts no se ha lamentado. Junts ha mantenido la posición con toda la intensidad y toda la capacidad que ha podido. Pero es verdad que en estos momentos esta ofensiva del Estado, estos tres frentes que decía, estas tres amenazas han estado y, por lo tanto, hemos mantenido la posición, y eso es muy importante, es muy relevante. Con muchas dificultades, con mucho sufrimiento, pero ahora es el momento de volver a avanzar, que significa volver a reforzar este proyecto para que sea un proyecto ganador y luminoso.

Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas
Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas

¿Y esto se debe hacer conjuntamente con Esquerra? 

Debemos buscar estos espacios compartidos con el soberanismo catalán, pero con Esquerra de una manera especial. Nuestra ponencia estratégica iba en este sentido, de buscar estos espacios donde poder compartir. Y yo, insisto, en la Mesa del Parlamento, que es donde tengo la posibilidad de poder actuar, con los compañeros de Esquerra Republicana lo estamos haciendo. Y lo quiero poner mucho en valor.

La militancia de Esquerra debe escoger la nueva dirección a finales de noviembre. ¿Se pueden buscar espacios compartidos con Puigdemont al frente de Junts y Junqueras al frente de ERC, si así lo deciden los militantes?

Debe poder ser. Si hay generosidad y hay sentido de trascendencia, que significa que la nación no nos pertenece solo a nosotros, sino que pertenece a los que han de venir. Que la nación es sobre todo un préstamo que nos hacen nuestros hijos. Estoy convencido de que esta generosidad estará y prevalecerá. Yo puedo hablar de la actitud del presidente Puigdemont y siempre ha habido estos dos elementos: mucha generosidad y mucho sentido de trascendencia. También conozco a Oriol Junqueras, Marta Rovira y los otros líderes, y en determinados momentos todos hemos sido capaces de lograr este propósito. En determinados momentos, lo que debería ser es con carácter general.

¿Por qué la lucha por la hegemonía ha debilitado el movimiento?

Es lo que decía de los retrovisores, y por eso esta es una posición que evidentemente no hace sentir cómodo a otras opciones políticas, en este caso Esquerra Republicana. Pero yo estoy muy convencido de que un momento ganador de este proyecto fue Junts pel Sí, que generó un sentimiento de euforia, de victoria, que permitió lograr aquella mayoría independentista en el Parlamento con una altísima participación. Y es eso. 

¿Este es el objetivo de Junts per Catalunya? ¿Convertir el partido Junts pel Sí? 

Esto lo hemos dicho. Nosotros, Junts pel Sí y, por lo tanto, poder liderar, pero esto no lo haremos solos, sino que lo debemos hacer con otros. Pero es necesario que haya un liderazgo y Junts está dispuesto a liderar de manera muy generosa todo este movimiento.

Cuando hablan de incorporar perfiles de tradiciones diversas, pero vinculados al catalanismo, ¿están llamando al electorado o al militante exconvergente que se ha sentido huérfano?

No. Estamos llamando a todos, estamos llamando a todos porque esta es la idea. Junts per Catalunya es un partido transversal que incorpora a todos. Incorpora desde aquellos que venimos de Convergència, que ha sido un gran instrumento de expresión mayoritaria, y en buena parte lo que hemos podido hacer como país en términos independentistas es porque aquella Convergència del año 74 que gobernó el año 80 gobernó el país con mentalidad de estado y con latido de nación con sus temas, pero, evidentemente, también se incorpora gente que viene del PSC, algunos que vienen, digamos, del independentismo de izquierdas, otros de Demòcrates, otros que vienen de Més, otros de Reagrupament. Es un movimiento de amplio espectro. Porque el independentismo sea operativo es necesario que tenga instrumentos de expresión muy mayoritaria. Y Junts per Catalunya quiere ser eso, quiere ser una herramienta con vocación de ser mayoritaria para liderar este proyecto. Y esto no es incompatible con buscar complicidades y sumar con las otras fuerzas independentistas, pero legítimamente Junts quiere liderar, y en estos momentos está liderando el independentismo. Además tiene una figura excepcional para hacerlo, que es la figura del presidente Puigdemont, que tiene esta percepción de ser un líder muy transversal.

Pero en la nueva dirección esta transversalidad se ha reducido. Han desaparecido nombres del entorno de Laura Borràs y el sector de Jaume Giró se ha tenido que conformar con vocalías y se ha importado el turullismo.

No. Lo que se ha establecido es esta idea de este Junts donde todos los liderazgos suman, y el liderazgo de Laura Borràs, que continúa siendo vigente, que continúa en el ejecutivo, en una posición que será muy prevalente, no queda minimizado, porque no podemos descapitalizarnos. Renunciar a personas y a liderazgos tan potentes como Laura Borràs sería descapitalizarnos y esto Junts no lo hará.

¿Y Comín también es capital político o debe dejarlo por el asunto en el Consell de la República?

Estoy convencido de que tanto el conseller Comín como el Consell de la República darán todas las explicaciones que correspondan garantizando el ejemplo y la ejemplaridad del Consell.

Otro aspecto que se probó en la ponencia estratégica es la unilateralidad. Generó un poco de debate, pero finalmente su partido apuesta por la negociación, y si fracasa, tener esta vía. ¿Esto es el ‘referéndum o referéndum’ del presidente Puigdemont?

Exacto, es esto. Ahora lo iba a decir. El referéndum o referéndum. El primer referéndum es el referéndum a la escocesa, a la quebequesa. Es el referéndum pactado, acordado; y el segundo referéndum es el referéndum de la no resignación. Si solo dices referéndum, no es posible esta vía acordada porque hay un estado español que no está dispuesto a entrar, lo que no puedes renunciar es a ti mismo. Y renunciar a este segundo referéndum, que significa renunciar a la unilateralidad, significa renunciar a la misma existencia de Cataluña como nación. El derecho de autodeterminación es imprescriptible, es indisponible. No puede haber una nación que pueda renunciar. ¿Cuál es la vía que siempre hemos priorizado? Ha sido la vía del pacto y del acuerdo.

Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas
Josep Rull, president del Parlament de Catalunya. 31-10-2024 / Mireia Comas

Si no se logra el objetivo de un referéndum pactado, ¿el referéndum se debe volver a hacer o es vigente el 1-O?

El 1 de octubre, lo que acordamos, es vigente y la declaración del Parlamento es vigente. No se ha revisado. Por lo tanto, lo que debemos ver es en qué términos se debe desplegar, pero siempre lo que hemos dicho es que la cosa óptima sería poder llegar a un acuerdo, pero sin renunciar a lo que ya hemos sido capaces de hacer.

¿Y usted como presidente del Parlamento estaría dispuesto en un momento determinado a seguir adelante con esta vía unilateral?

Si hay una mayoría en el Parlamento. La mayoría en estos momentos no está, desafortunadamente. En el pleno de política general debatimos y pudimos votar una propuesta de resolución, que iba por aquí. Creo que fue un error presentar aquella propuesta de resolución, pero la calificamos, a pesar de que teníamos advertencias de no hacerlo. Tenemos una jurisprudencia del Tribunal Constitucional que nos decía que no lo debíamos hacer, y, sin embargo, lo hicimos, porque el Parlamento, con el único límite de los derechos humanos, debe poder hablar y decidir de todo.

Ha hecho referencia a la propuesta que pedía levantar la declaración de independencia. También se presentó una propuesta sobre un referéndum. ¿Fue un error presentarlas sabiendo que no prosperarían porque no hay mayoría independentista?

Todos estos elementos debemos ser capaces de poder hablarlos y de poder negociarlos antes. Esto es lo que nos corresponde hacer a todos en el futuro. Y quiero creer que en el futuro seremos capaces de hacerlo.

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