El 37.º debate de política general en el Parlamento de Cataluña desde el restablecimiento de la democracia será, probablemente, el más deslocalizado de la historia. Empezará este martes, a las 10 de la mañana, con la intervención sin límite de tiempo del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Justo dos horas antes de que en el Congreso Albert Núñez Feijóo haga su intento de investidura para presidir el gobierno español. A pesar de que todo el mundo da por sentado el fracaso del líder del PP, sus llamamientos al transfuguismo para que diputados del PSOE discrepantes con Pedro Sánchez rompan la disciplina de voto harán que el debate a Madrid conserve cierto interés.

Pero no es este el elemento que rebaja el perfil del debate que se producirá en la cámara catalana, que tendría que ser uno de los dos más importantes del año, junto con los presupuestos. Lo que deja el Parlamento con un papel reducido es la negociación extraparlamentaria en que está en juego el gobierno español y el futuro inmediato –y quizás también a largo plazo– del independentismo. Y ERC y Junts jugarán cartas diferentes en este tablero.

Pere Aragonès dará por hecha la amnistía y reclamará a Sánchez «valentía» para hacer un referéndum

Los dos principales partidos del independentismo institucional –lo tercero, la CUP, se ha replegado a los cuarteles de invierno– se verán las caras un año después del choque del debate de política general que se acabó con la ruptura del gobierno de coalición. Fuentes de la presidencia del Gobierno han avanzado que Aragonés se presentará en la cámara con un discurso en tres bloques en que quiere resaltar su gestión –calculan que el cumplimiento del plan de legislatura está en un 58,5%–, anunciar propuestas para lo que queda de legislatura –como máximo, hasta febrero del 2025– y abordar la cuestión clave al final.

En este último apartado, dedicado al conflicto político entre Cataluña y España, el presidente arreciará su apuesta –y la de su partido– por la amnistía y la autodeterminación. De hecho, según estas mismas fuentes, dará por hecha la amnistía y reclamará «valentía» a Pedro Sánchez para plantear un referéndum. Pero también quiere hablar de déficit fiscal y del traspaso de Cercanías. Esta última reivindicación es una de las apuestas de los republicanos de los últimos meses, hasta el punto de haber creado un equipo de técnicos de alto nivel para preparar la Generalitat para hacerlo efectivo cuando se produzca, cosa que dan por sentado que pasará.

David Cid y Jèssica Albiach escuchan el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Parlamento / Europa Press
David Cid y Jèssica Albiach escuchan el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Parlamento / Europa Press

El objetivo de Aragonés, expresado en varias declaraciones, es remarcar el papel que considera que tiene que tener el Gobierno en una eventual negociación con el Estado una vez superada la fase de los partidos para llegar a la investidura de un presidente español. De la investidura de Pedro Sánchez como presidente español, para ser exactos. Y, mientras tanto, como miembro de ERC que es, el presidente de la Generalitat continuará invocando la unidad estratégica del independentismo, que significa reclamar a Juntos que trabajen coordinadamente para negociar con el PSOE.

Junts criticará la gestión del gobierno monocolor y remarcará la «soledad» de los republicanos

Ante este planteamiento, Junts se sitúa al otro lado del ring, al menos en el inicio del debate. Mientras mantienen que se han «conjurado para mantener el hermetismo» hasta que haya algún acuerdo con Madrid, si es que se logra, quieren aprovechar el debate de política general para hacer oposición sin muchos miramientos. Es difícil que tengan preparado un torpedo más agresivo que el del año pasado, cuando formaban parte del gobierno del 52% y advirtieron Aragonés que le reclamarían una cuestión de confianza si las cosas no cambiaban. Pero, aun así, resaltan que esta vez es la primera que están a la oposición desde el 2011. De hecho, ahora hace un año, la intervención del presidente del grupo parlamentario, Albert Batet, pidiendo la cuestión de confianza, fue lo que desencadenó la decisión de ERC de destituir el vicepresidente del ejecutivo, Jordi Puigneró. Y esta expulsión precipitó una consulta interna en Junts que decidió la salida del Gobierno del partido de Laura Borràs, Jordi Turull y Carles Puigdemont.

El presidente al exilio, Carles Puigdemont, en la conferencia desde Bruselas para explicar el marco de negociación de Juntos / Europa Press
El presidente al exilio, Carles Puigdemont, en la conferencia desde Bruselas para explicar el marco de negociación de Juntos / Europa Press

Un año después, con la coyuntura que ha dado la aritmética electoral de las elecciones en el Congreso del 23 de julio, Juntos se siente con el poder en sus manos y quiere escenificarlo también en el Parlamento, a pesar de que su posición es que la clave es a Waterloo. Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, incluido el hermetismo reivindicado este domingo por el secretario general del partido, Jordi Turull, Junts tiene previsto cuestionar la eficacia del gobierno de Pere Aragonès, criticando la gestión, asuntos capitales como por ejemplo la crisis de la sequía, y apretar en la «soledad» del ejecutivo, que tiene el apoyo de solo 33 diputados de los 135 del Parlamento y que consideran que tendrá que volver a pactar los presupuestos con el PSC.

El papel del PSC y los comunes, encarado a la investidura de Sánchez

Paralelamente, los socialistas y los comunes continuarán con las consignas de las últimas semanas encaradas a empujar un acuerdo para investir Pedro Sánchez solo con la amnistía. Unos y otros descartan totalmente hablar de referéndum. De hecho, los socialistas ni siquiera quieren hablar de amnistía abiertamente, a pesar de que dan por hecho que habrá investidura de Sánchez. Son los comunes y Sumar los que lo mencionan y la defienden directamente y que, por el contrario, critican la pretensión de Junts y ERC de reclamar el referéndum.

El eurodiputado de Juntos, Carles Puigdemont, y la líder de Sumar, Yolanda Díaz, acompañados de Jaume Asens y Toni Comín, saliendo de la reunión que han mantenido en el Parlamento Europeo en Bruselas para abordar la investidura de Sánchez / ACN
El eurodiputado de Juntos, Carles Puigdemont, y la líder de Sumar, Yolanda Díaz, acompañados de Jaume Asens y Toni Comín, saliendo de la reunión que han mantenido en el Parlamento Europeo en Bruselas para abordar la investidura de Sánchez / ACN
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