La ofensiva del PP para atacar la inmersión lingüística en el Parlamento Europeo ha provocado una oleada de indignación en Cataluña. Después del debate a gritos de este miércoles por la presentación del borrador del polémico informe, Carles Puigdemont ha estallado contra el PP, con quien mantiene un enfrentamiento abierto desde que los populares le señalaran en Bruselas por su supuesta implicación en la trama rusa del Proceso. “España tiene un problema grave en la persecución contra Cataluña y, concretamente, el independentismo catalán”, ha espetado el presidente catalán en el exilio en un mensaje en las redes sociales. “Y no lo decimos nosotros, sino la ONU de forma reiterada y en múltiples temas: de la lengua al terrorismo. El europeísmo democrático no se puede dejar arrastrar por esta deriva”.
Su grupo en el Parlamento Europeo, Junts i Liures per Europa, también ha denunciado la “situación lamentable” que se vivió este miércoles en el Comité de Peticiones, presidido por la eurodiputada catalana del PP Dolors Montserrat. La formación acusa a Montserrat de poner el comité “al servicio de los intereses del nacionalismo español”. Los populares organizaron una misión de tres días a Cataluña liderada por eurodiputados de derecha y ultraderecha para analizar la inmersión lingüística. Ha sido un viaje muy polémico porque no ha contado con el apoyo de los grupos progresistas del Parlamento Europeo y ha estado muy criticado porque los eurodiputados habrían ido con unas conclusiones precocinadas para reforzar el relato del unionismo español. El mismo comité organizó hace unos meses un debate sobre inmersión en el cual no se invitaron expertos en la materia ni defensores del sistema, según ha denunciado la Generalitat.

Toni Comín, también eurodiputado de Junts, cargó contra el Comité de Peticiones por “el espectáculo” que ofreció Dolors Montserrat, que se negó a dar más margen de tiempo a los eurodiputados para revisar el borrador del informe, que se había entregado 24 horas antes y sin traducir a todas las lenguas oficiales de la Unión Europea. “Ante el intento (infructuoso) de los eurodiputados para impedir que sus derechos fueran vulnerados de manera flagrante, la presidenta de la Comisión, Dolors Montserrat, ha acabado provocando una batalla (verbal) campal de 50 minutos”, ha lamentado.