Despacio y buena letra. Este es el nuevo mantra de la negociación de la ley de amnistía, y más después del batacazo electoral del PSOE en los comicios de Galicia de este 18-F. Este lunes, los principales implicados en la negociación de la ley daban por hecho que se hará efectiva la prórroga solicitada el sábado y que hace dos semanas nadie esperaba. Para esta semana ya no está ni convocada la Comisión de Justicia del Congreso y sí, en cambio, el resto de comisiones legislativas previstas en la cámara baja. De hecho, está convocada la comisión Constitucional, con la previsión de la comparecencia del ministro de Justicia, Félix Bolaños, negociador oficial de la Moncloa de la proposición de ley orgánica.
Finalmente, el PSOE pidió el sábado la prórroga para que la comisión de Justicia del Congreso gane dos semanas de tiempo para acabar de perfilar el texto del dictamen que tiene que aprobar el plenario. Una opción que no ha hecho nada de gracia a ERC, que quiere superar la tramitación de esta ley cuanto antes mejor. En este marco, los republicanos insisten en que la ley ya es suficientemente «robusta» dando por sentado que es imposible articular un texto que prevea cualquiera de los movimientos del sector duro de la judicatura española.
En cambio, Junts cambió el tono en el plenario que rechazó la ley y ahora pide paciencia para aprobar una ley que considera en gran parte la joya de la corona de la legislatura. De hecho, el PSOE, a pesar de mantener la posición, es consciente de que necesita la aprobación de la amnistía con ciertas garantías de aplicación si quiere continuar la legislatura. Un posicionamiento que los republicanos no acaban de ver, al considerar que los socialistas están agotando la paciencia con la manera de negociar de Junts.

Las enmiendas vivas y el debate, también vivo
Si bien la negociación continúa discretamente, los márgenes son estrechos. La interpretación de los letrados del Congreso de permitir que el texto de la ley volviera a la Comisión de Justicia y que no se tuviera que empezar desde un principio limita los términos del debate. Por ahora, Junts y PSOE solo pueden negociar con las enmiendas vivas de cada grupo parlamentario o las transaccionales que se debatieron en el pleno. A lo sumo, se pueden acordar nuevas transaccionales que cuelguen de alguna de las enmiendas vivas. Esto quiere decir que el debate se ha reducido al polémico concepto de terrorismo, en el artículo 2, el de las exclusiones, un pasaje del cual Junts defendería la eliminación, o bien complicaría más la definición de terrorismo, para que fuera un supuesto de exclusión más difícil de aplicar.
Las causas Judas, Volhov y Tsunami Democrático son las que han hecho disparar las alarmas del riesgo de desprotección de algunos activistas independentistas. Básicamente, Junts quiere garantizar que los acusados de
Así, se han puesto sobre la mesa la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la reforma de la definición de terrorismo del Código Penal o, sin tocar ningún texto legal, apostar por una política de indultos selectivos en diferentes causas que los jueces fueran renuentes a hacerlo entrar en la amnistía. Todas estas soluciones no acaban de gustar Junts, que se encuentra cómodo pidiendo más tiempo para terminar un texto de la ley de amnistía que ofrezca más garantías.

Más tiempo para todo el mundo
El hecho de que haya tiempo añadido a la negociación alimenta la trifulca entre juntaires y republicanos. «No es el momento de tener prisa, sino de hacer una buena ley de amnistía», comentaba el portavoz de Junts, Josep Rius, en rueda de prensa este mediodía. Una respuesta a la portavoz de los republicanos, Raquel Sans, que exigía a PSOE y Junts no demorar más la aprobación de la ley y dejar estar los «inventos». Pero no solo Junts y PSOE prefieren algo más de tiempo, otros implicados en el proceso de su aplicación, también.
Así, el Consejo General del Poder Judicial reclamó alargar el plazo para ofrecer su opinión al Senado cuando llegue el texto. Por otro lado, la fiscalía necesita algo más de margen para recoger y clasificar las causas que, según su parecer, entrarían dentro de la amnistía. De hecho, la fiscalía de Barcelona pidió más plazo por la ingente cantidad de causas que interpretaban que se podían acoger en el texto legal. El sistema de archivo de los sumarios y las causas obliga a hacer parte de este trabajo de manera manual. La semana pasada el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, anunciaba que ya estaban llenando «el