La crisis del Consell de la República a raíz de las irregularidades detectadas en la gestión por parte de su vicepresidente, Toni Comín, la disminución de las donaciones y la falta de ingresos del Parlamento Europeo muestran la debilidad financiera de uno de los símbolos del exilio, la Casa de la República, donde tiene la sede el Consell. Así se constata en las preocupaciones expresadas por varios representantes de los consejos locales en la reunión extraordinaria que celebraron en Anglès, el pasado 15 de diciembre, con la Junta Gestora de la entidad, que está sudando la gota gorda para tratar de mitigar los daños que está sufriendo la institución, tanto financieros como políticos y reputacionales.

El acta de la reunión, a la que ha tenido acceso El Món, constata la preocupación y la inquietud por el financiamiento de la Casa de la República. De hecho, este inmueble en Waterloo era la residencia oficial del presidente del Consell, Carles Puigdemont, desde donde dirigía su acción política. La decisión de dejar el cargo y asumir la presidencia de Junts per Catalunya ha hecho aflorar dudas, como si el Consell debe seguir participando en el financiamiento de la Casa de la República, ahora que Puigdemont ya no preside el órgano, dirigido de momento por la junta gestora a la espera de las elecciones previstas para febrero. Asimismo, también se debate qué entidades y de qué manera deben recibir dinero desde el Consell de la República. Como resume el acta, recogiendo la preocupación del representante de la Asamblea Territorial del Camp de Tarragona, el financiamiento de la «Casa de la República puede ser un agujero negro».

Encabezado del acta del encuentro territorial del Consell de la República/QS
Encabezado del acta del encuentro territorial del Consell de la República/QS

Una estructura con dos entidades «instrumentales»

De hecho, el encuentro comenzó con una explicación por parte de la Junta Gestora de cómo se llegó a desbaratar el Consell y se tuvo que optar por una fórmula extraordinaria como la dimisión de su gobierno y el traspaso de las riendas a un comité de gestión. Según relató Teresa Vallverdú, –abogada y miembro de la dirección de Junts per Catalunya–, el Consell se dotó en su momento de una «estructura de dos entidades instrumentales». Por un lado, CatGlobal, que es una entidad belga que «recibe las aportaciones de los registrados, cobra y paga las entidades jurídicas, los gastos de los exiliados y hace aportaciones a la Casa de la República». Y, por otro lado, está la entidad República Global, una entidad registrada en Cataluña creada para la gestión, sobre todo, de los recursos humanos y de la seguridad social del Consell de la República.

Además, añadió en el entramado de sociedades Catalunya Cultura y Progres AISBL, más conocida como Catcip. En este punto, Vallverdú detalló que la sede del Consell es la Casa de la República. Sin embargo, la Casa es un «órgano independiente que se ha puesto a disposición del Consell, para que este tenga domicilio fiscal», pero aclaró que «el Consell como tal, no tiene una sede propia». Es por esto, que la Casa de la República recibe donaciones propias a través de la entidad Catcip, incluso donaciones que llegan desde fuera del Consell. Catcip también paga la «seguridad del presidente». El Consell financia parte de la casa, los exiliados y el presidente en el exilio. La nueva situación, sin embargo, obliga a repensar la situación, porque a juicio de la Junta Gestora, el próximo presidente del Consell –algunas fuentes apuntan que Comín podría dar el paso– «no podrá ir a vivir a la Casa de la República», porque «esta es la casa del presidente en el exilio». Por lo tanto, «son dos cosas diferentes»: el Consell de la República y la Casa de la República.

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El buzón del Consell per la República, en Waterloo

Dudas entre los representantes territoriales

La nueva situación requirió varias explicaciones. Por ejemplo, el representante de la Asamblea Territorial de Tarragona preguntó si el Consell debería mantener el pago de la Casa de la República, aunque el próximo presidente ya no viva allí. La respuesta de la Junta Gestora fue que el presidente en el exilio sería financiado por el Consell de la República, sea o no sea el presidente del Consell. De hecho, recordó «que con el pago a Catcip se financia el exilio, que es parte de la función del Consell».

En todo caso, la Junta Gestora, en su función de interinidad subrayó que «deberá ser el próximo gobierno del Consell el que deberá definir qué relación deberá tener con la Casa de la República». El representante de la AT del Camp de Tarragona, sin embargo, no lo vio claro y definió su temor con claridad absoluta: «Esto puede ser un agujero negro, el cual nunca se sabrá exactamente en qué medida contribuye el Consell a la Casa de la República». La Gestora cerró la polémica asegurando que todo «está recogido en CatGlobal». Las mismas dudas quiso expresar el representante de la asamblea del Vallès Oriental, que, aunque admitió las explicaciones, exigió «saber las partidas claras».

Carles Puigdemont, Toni Comín, Lluís Puig, Clara Ponsatí, Elisenda Paluzie, Neus Torbisco-Casals, Antoni Castellà, Meritxell Budó, i Guillem Fuster a Waterloo
Carles Puigdemont, Toni Comín, Lluís Puig, Clara Ponsatí, Elisenda Paluzie, Neus Torbisco-Casals, Antoni Castellà, Meritxell Budó, y Guillem Fuster en Waterloo, en una imagen de hace años.

Sants-Montjuïc y Vallès Oriental no lo tienen claro

En este contexto, el representante del Consell Local de Sants-Montjuïc insistió en pedir aclaraciones sobre la relación entre CatGlobal y la Casa de la República. De hecho, este representante tenía la duda sobre «cómo se mueve el flujo de dinero que el Consell de la República y los que los inscritos generan». Así, pidió esclarecer qué entidad lo gestiona, de qué manera se mueven los fondos de una entidad a otra y quién tiene la titularidad de la base de datos.

La Junta Gestora volvió a remarcar que CatGlobal es «quien recibe las colaboraciones periódicas». Desde CatGlobal se transfiere a República Global, domiciliada en Cataluña, para pagar las nóminas de los trabajadores. Catcip tiene financiación propia, pero, eso sí, «hay flujo también entre Cat Global y Catcip». Un flujo del cual aún no se sabe ni la cantidad ni cómo porque «no se sabe exactamente los períodos» en que se transfirieron fondos. De hecho, quien guarda los secretos de todos los datos es CatGlobal, que tiene la titularidad de la base de datos de todo el entramado.

Otra representante de Vallès Oriental expresó que si bien entendía que CatGlobal transfiriera dinero a Catcip, no veía claro continuar pagando a Catcip si el nuevo presidente del Consell vivirá en otro lugar. Además de pedir «explicarlo bien», reclamó poder ver el «tipo de contrato» entre CatGlobal y Catcip. La respuesta de la Junta Gestora fue que «si se paga la Casa de la República, es para ayudar a financiar la condición de exilio del presidente legítimo«. Sin embargo, admitieron que desconocen la «relación contractual» exacta y animaron a pedirlo al próximo gobierno del Consell. De momento, la Casa de la República queda en los limbos de financiamiento a la espera de cómo evoluciona el Consell.

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