Comunicado inédito e incluso cómico del Consell de la República. Un texto difundido este lunes al mediodía por los responsables de comunicación del organismo del exilio insinúa, sin atreverse a decirlo abiertamente, que hay connivencia entre El Món y las cloacas del Estado. Se trata de cinco puntos redactados de manera lacónica que quieren ser la respuesta a una información publicada horas antes por este diario, que resumía con datos y bastante detalle el contenido de la auditoría encargada por el mismo Consell hace meses.

El informe se solicitó a raíz de la denuncia interna presentada por la entidad CatGlobal, ASBL que da cobertura legal y económica al Consell. El Món publicó diversas informaciones sobre el desorden contable del que se quejaban los responsables de CatGlobal en un texto dirigido al gobierno del Consell. Y Toni Comín tenía un gran protagonismo. También se centraba en las posibles irregularidades de sus gastos una carta del exgerente de la Casa de la República, Sergi Miquel, al gobierno de la entidad. Ante el conflicto y el hecho de que este diario lo había hecho público, el Consell no dio apenas explicaciones –aunque Comín, individualmente, intentó defenderse en una carta a los consejos locales–, pero encargó una auditoría.

Toni Comín, en una atención a los medios, en una imagen de archivo / ACN

El comunicado del Consell habla de «piratas informáticos probablemente a sueldo de las cloacas del Estado»

El Món ha tenido acceso hoy a esta auditoría, completa, y ha hecho el ejercicio de transparencia que no ha hecho el Consell: ha explicado para los lectores que el informe certifica que Comín hizo pagar al organismo «gastos no justificados». Y la réplica «oficial» del Consell ha sido lanzar una acusación difusa e hilarante, en la que habla de un «ataque informático» de unos supuestos «piratas probablemente a sueldo de las cloacas del Estado». Según el mismo comunicado, este «ataque» habría consistido en una «vulneración de la cuenta oficial de Instagram» y «de algún dispositivo privado, muy probablemente, el del vicepresidente del Consell». A continuación, los «piratas» han «hecho pública de manera delictiva» esta información –que el comunicado califica de «provisional»–, «con la intención de dañar al Consell y sus miembros».

Sobre estas «actividades criminales graves», el Consell anuncia solemnemente que «se pondrán en conocimiento de la policía y de la justicia». Sin concretar qué policía y qué justicia.

Para rematar, la entidad del exilio recuerda que «no es la primera vez que el Consell es víctima de ataques delictivos en su estructura tecnológica y de comunicación» y que, a pesar de todo, «continuará trabajando más que nunca, por su misión, que no es otra que culminar el proceso iniciado con el referéndum de independencia de Cataluña de octubre de 2017».

Una insinuación sin ningún tipo de credibilidad

Dado que El Món es el único medio que ha tenido acceso a la auditoría –ya que lleva meses trabajando en este asunto con rigor, datos y profundidad, siempre basándose en documentos a los que ha tenido acceso directo–, el peculiar comunicado del Consell solo puede referirse a este diario. Los años de trabajo de esta cabecera y su línea editorial inconfundible, de compromiso con el país, hace sencillamente carente de toda verosimilitud la insinuación de connivencia con las cloacas del Estado.

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