A Toni Comín le entraron las prisas el pasado 26 de noviembre, un mes después de que se entregara la auditoría del Consejo de la República, para reclamar rectificaciones en el informe que detectaba irregularidades en su gestión y en la disposición de los fondos que provenían de las donaciones. «En caso de no recibir este nuevo informe, incorporando la rectificación reclamada, dentro del plazo previsto, me reservo el derecho de ejercer las acciones legales pertinentes para proteger mi derecho al honor», advertía sin reparo Comín en el Burofax Premium Online enviado el pasado 26 de noviembre, y al que ha tenido acceso El Món.
La amenaza solo ha tenido un efecto: una mera «enmienda técnica» sobre la cantidad de dinero del fondo de donaciones de los que podía disponer Comín en concepto de ayuda al exilio, sin cuantificar la nueva cantidad. Pero en ningún caso el auditor ha rectificado ni una coma sobre los gastos de 15.530,35 euross que entendía que excedían del concepto de apoyo a los políticos exiliados. Tanto es así que el auditor como la Junta Gestora han firmado un comunicado conjunto donde hacen patente este cambio pero remarcan que se mantiene el verdadero problema, que es que los gastos no estaban suficientemente justificados. El texto, además, acusa a Comín de haber puesto en «peligro la viabilidad económica de la entidad» con las disposiciones de dinero que hizo para pagar multas de tráfico, coches de alquiler o impuestos del alquiler de sus inmuebles en Lovaina.

«Una falsedad (quizás involuntaria)»
La primera rectificación que exige Comín es sobre la cantidad de la que podía disponer procedente de las donaciones hechas por muchos ciudadanos al Consejo de la República, dado el convenio del 3 de octubre de 2023 del Consejo con las entidades que le daban cobertura legal, como CatGlobal y CatCip. Según los cálculos del auditor, cada uno de los tres exiliados -Comín, Carles Puigdemont y Lluís Puig-, dadas las donaciones, podían disponer cada uno de 6.338,10 euros, en base a una división entre tres del tercio de las donaciones que recibían. Comín había recibido 10.608 euros, una cantidad que excedía, a juicio del auditor el límite.
Ahora bien, en el burofax Comín señalaba que a raíz de otro artículo del mismo convenio, «dado que en el momento de la firma la cifra que entraba por el botón de Donaciones de la web del Consejo era de 18.000 euros mensuales», aproximadamente, aplicando el cálculo establecido en el convenio le correspondían «24.000 euros». Por lo tanto, Comín reclamaba al auditor que dijera que podía gastar más dinero.
«Por esta razón, requiero que la rectificación sea explícita a la hora de reconocer: a) que la cifra de 6.338 euros de la que se habla en el informe es errónea y b) que la cantidad de 10.608 euros no excede lo que me corresponde del fondo Defensaexili.org y que, por tanto, cuando el Informe hace esta afirmación incurre en una falsedad (quizás involuntaria)», concluye Comín.

Sobre los 15.530,35 euros gastados
La siguiente rectificación que exige Comín es sobre el calificativo de «gasto injustificado» de 15.530,35 euros. Comín, notoriamente indignado, carga contra lo que considera una valoración «subjetiva» del auditor y asegura que si son injustificados los costos de representación que supusieron esos 15.530,35 euros también lo son los de la «resta del gobierno [del Consejo]».
«Se trata de gastos que han sido justificados de manera reiterada y exhaustiva -y en varias ocasiones, por escrito-«, remarca Comín. Pero eso, sí, hace una aclaración bastante sui generis: «No se debe confundir el hecho de que estén justificadas o no con el hecho de que al Consejo de Administración de CatGlobal (o al contable, que habla de acuerdo con la información que le dan desde Cat Global, le parezca mejor o peor esta justificación». «Se puede decir con toda la rotundidad que estos gastos respetan de manera inequívoca los criterios establecidos por el gobierno del Consejo (en el caso de los gastos imputados al Consejo) y los criterios establecidos por el gobierno en el exilio (en el caso de la parte de los gastos imputados a defensaexili.org)», aduce.
Unos criterios que fijó «quien tenía legitimidad para hacerlo». Por eso, considera que sería «reprobable éticamente y, además, de dudosa legalidad», cambiar los criterios cuando lo decidan los miembros del Consejo de Administración de Cat Global. Según Comín, los administradores de la sociedad «no pueden cambiar los criterios de manera unilateral». «Así, los miembros del CA de Cat Global deben limitarse a comprobar si cuando se efectúa un gasto responde o no a los criterios fijados. Este es el caso de los gastos señalados», añade en el burofax.

El auditor no puede opinar, según Comín
La misiva continúa elevando el tono contra el antiguo gerente del consejo, del cual no escribe ni el nombre, –es Sergi Miquel– y contra los criterios del auditor. «Las afirmaciones del informe pericial de que ‘estos gastos no parecen estar justificados dentro del marco de la defensa del exilio, dado que están destinados a un cargo electo que ya dispone de ingresos propios’ y que se trata de ‘viajes susceptibles de ser considerados de carácter personal’ son una extralimitación injustificada de las funciones del auditor», carga Comín.
En el mismo sentido, interpreta que al auditor «no le corresponde valorar si estos gastos están o no justificados en el marco de la defensa del exilio –que es una apreciación del todo subjetiva– sino que, en todo caso, debería limitarse a valorar si estos gastos cumplen con los requisitos que el Gobierno del Consejo estableció en cuanto a los gastos de representación del Gobierno». Y cierra advirtiendo de las acciones legales por el «daño reputacional» sufrido, porque según Comín las afirmaciones del auditor son «subjetivas e injustificadas» y «contradicen abiertamente las explicaciones de las que disponíais» por eso pide una rectificación en 15 días. Una rectificación que no se ha producido, ya que el auditor, con el apoyo de la Junta Gestora que dirige el Consejo de la República mientras no se produzcan las elecciones, mantienen que estos gastos no estaban justificados.