La Diada de 2024 debería ser el punto de partida para la reconstrucción del independentismo desde la calle. Es el encargo que deja a la sociedad civil un Once de Septiembre con 73.000 manifestantes y pico, según la suma de los recuentos policiales que los organizadores cuestionan. Con una movilización claramente inferior a la de los años álgidos del Procés, pero que todavía es masiva, después de doce años, las entidades han tenido más protagonismo que nunca en esta jornada, en contraste con la debilidad del frente institucional, con unos partidos independentistas que han perdido la mayoría en el Parlamento y en medio de una dinámica que ha llevado un inédito gobierno monocolor del PSC a la Generalitat. Los organizadores de las manifestaciones y actos políticos de este miércoles se han presentado en un frente unitario nuevo, lejos de las tensiones de los últimos años entre la ANC y Òmnium Cultural. Es una unidad frágil, porque la crisis es ahora entre sectores de la Asamblea, pero el nuevo frente, con Lluís Llach y Xavier Antich llevando la voz cantante, confía en superar estas turbulencias.

El manifiesto que se ha leído al final de la movilización –con un recorrido corto en Barcelona y cuatro marchas más simultáneas, en Girona, Lleida, Tarragona y Tortosa– ya no era el de la ANC, sino el de todas las entidades organizadoras y convocantes. Y el mensaje que contendía coincidía casi punto por punto con el discurso que Antich había hecho unas horas antes en el acto político de la mañana que la entidad que preside hace cada año a la Fiesta por la Libertad. De hecho, el manifiesto conjunto de la tarde se ha leído al mismo escenario, porque el otro gesto inédito ha sido que la manifestación ha acabado en el recinto de Òmnium en el paseo Lluís Companys.
La sociedad civil, por delante los partidos
Las críticas al Estado, que se niega a reconocer Cataluña «como nación y como sujeto político», la constatación de que el independentismo, especialmente los partidos, necesita hacer autocrítica y la insistencia de que «la responsabilidad vuelve a estar sobre todo a manos de la sociedad civil» han sido las ideas vertebradoras de todas las intervenciones de la jornada. Mientras tanto, los partidos mantenían un perfil bajo, sobre todo ERC. Ni Oriol Junqueras, ni Marta Rovira, ni Pere Aragonès se han dejado ver en los actos masivos de la jornada. Junqueras ha asistido a la comida del partido, pero no estaba ahí durante los discursos. Marta Vilalta, portavoz del grupo parlamentario, y Juli Fernández, secretario segundo del Parlamento, han sido los máximos representantes de la formación. Junts sí que ha estado mucho más visible, con la presidenta del partido, Laura Borràs, el secretario general, Jordi Turull, y otros dirigentes presentes en los principales actos, además de los que ha encabezado Josep Rull como presidente del Parlamento.

Y todos han tenido que oírse decir que «los partidos independentistas han sido incapaces de ponerse de acuerdo y trazar una estrategia compartida», cosa que ha dado como resultado que «la Generalitat está ahora en manos de un gobierno que hace pocos días se arrodillaba ante Felipe VI, el rey del 3 de octubre». Este era el fragmento del manifiesto que ha leído Antich. A Junts le ha quedado el consuelo de oír como el mismo presidente de Òmnium, tanto en su discurso de la mañana como en la parte del texto conjunto de la tarde que le ha tocado, afeaba al Estado que «el presidente en el exilio y jefe de la oposición, Carles Puigdemont, no pueda estar en el Parlamento». Esta referencia ha provocado un gran entusiasmo entre los asistentes en la manifestación de la tarde, que han empezado a corear el nombre del presidente exiliado. Por la mañana no había surtido el mismo efecto.
«Los normales sois vosotros, los independentistas»
En el tramo final del manifiesto de la tarde, que replicaba al gobierno español del PSOE que no puede hablar de «normalidad» en Cataluña, que se ha interpelado directamente a la calle, con una frase de cosecha propia de Lluís Llach. «¡Los normales sois vosotros, los independentistas!», ha dicho el presidente del ANC. «Salimos a las calles porque ni estamos pacificados ni nos han pacificado», ha anunciado. «La sociedad civil estamos y estaremos, unidos y trabajando para construir un país libre del cual todo el mundo se sienta parte», acababa el texto declamado por el cantautor en representación de todo el independentismo civil.
Estas proclamas, unidas al aviso lanzado por Antich por la mañana, según el cual «hay país más allá del gobierno y de las instituciones» y «no hacen política solo los políticos», sino también las entidades civiles, «sin esperar nada a cambio», han dejado claro que tienen toda la intención de tomar la iniciativa. Cómo pasó en 2009 y en 2010 con las consultas populares a las cuales los partidos se tuvieron que ir añadiendo. Y los asistentes a la manifestación han recogido el guante a la primera: «Me da igual quién sea el presidente, ya haremos el trabajo desde la calle», decían si se les preguntaba.