La Comisión Interdepartamental de la Sequía ha acordado finalmente que Cataluña entre en fase de emergencia. Después de semanas de avisos y conversaciones preparatorias, la Generalitat no ha tenido más remedio que decretar la emergencia por sequía, puesto que la capacidad de los embalses del sistema Ter-Llobregat ha bajado de los 100 hm³ por “primera vez en la historia”. La medida afecta a 202 municipios y seis millones de personas e implica reducir la dotación de agua a 200 litros por habitante y día y la restricción de agua de un 80% para usos agrícolas, de un 25% en usos industriales y de un 25% en los recreativos.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha defendido el trabajo del Govern, que aprobó el Plan Especial de Sequía en 2021, cuando los embalses estaban al 70%, y ha asegurado que gracias al trabajo previo se ha podido retrasar 15 meses la entrada en emergencia. Aragonés ha insistido que, después de tres años sin lluvia, Cataluña vive la “peor sequía desde que hay registros”. El presidente ha agradecido a la ciudadanía “el esfuerzo” que ha hecho en los últimos meses para reducir el consumo de agua y se ha mostrado convencido de que la sequía se superará con “planificación e inversiones”.



El consejero de Acción Climática, David Mascort, ha avanzado que la resolución se publicará este viernes en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) para que entren en vigor las primeras restricciones. Mascort ha evitado anticiparse y ha evitado hablar de cuándo se entrará en la fase 2 de la emergencia, que se decreta cuando el nivel de los embalses baja de los 67 hm³. El consejero no ha descartado traer agua en barcos en caso de necesidad y ha explicado que están en conversaciones con el gobierno español para tener todo el dispositivo preparado por si se necesita. “Lo más importante no es de dónde vendrá el agua, sino tenerlo todo a punto para cuando haga falta”.

Los municipios incumplidores, bajo la lupa

Casi la mitad de los municipios afectados por la fase de emergencia sobrepasan el límite de 200 litros por persona y día de consumo que se impondrá a partir de mañana, según los datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA). Algunos pueblos y ciudades tienen algo más de margen porque tienen consumos industriales conectados a la red de abastecimiento. A cierre de 2023, Torrent (Baix Empordà), era el municipio que más agua gastaba, con 500 litros diarios por habitante, seguido de Begur (Baix Empordà), Santa Susanna (Maresme), Vilobí del Penedès (Alt Penedès) y Canyelles (Garraf), todos por encima de los 400 litros.

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