El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, insta al presidente en funciones de gobierno español, Pedro Sánchez, a rematar de una vez por todas la tramitación de la oficialidad del catalán. El presidente celebra que no haya ningún «veto» manifiesto después de la segunda reunión de ministros europeos, pero recuerda que hay que poner una marcha más porque se acabe de hacer oficial. Una marcha más que le corresponde al ejecutivo español poner, puesto que es uno de los compromisos que estableció con el independentismo. En un encuentro con los delegados del Gobierno al exterior, Aragonès también ha destacado «la ofensiva política y mediática sin precedentes» que está llevando el ejecutivo catalán para «desvanecer todas las dudas» que los estados miembros puedan tener en la hora de votar a favor de esta tramitación.
Tal como ya ha expresado la portavoz del Gobierno, Patrícia Plaja, esta misma mañana, el presidente de la Generalitat se compromete a mantenerse «muy exigente» con la Moncloa a la hora de cumplir con los compromisos establecidos. «Seremos lo máximo de exigentes con el gobierno del Estado que es a quien corresponde ser el primero, como estado miembro de la UE, a defender esta iniciativa y a cumplir sus compromisos», sentencia Aragonés, añadiendo que «estamos ante una oportunidad histórica y las puertas siguen abiertas», y és ahora «que hay que remar para rematar definitivamente esta cuestión en las próximas semanas».

La red exterior sigue creciendo
El jefe del ejecutivo catalán también ha querido celebrar que, «seis años después del 155», Cataluña cuenta con la red de representación exterior más grande de los años, una red «muy potente» en cuanto a representación al mundo «de una nación sin estado». Actualmente, el Gobierno cuenta con 72 representaciones internacionales y tiene previsto abrir de nuevas en un futuro próximo: «Estoy muy satisfecho que aquello que intentaron echar atrás no haya sido posible», concluye el presidente de la Generalitat. A la vez, el jefe del ejecutivo catalán ha subrayado que la red de delegaciones al exterior ha permitido también que Cataluña recupere el «liderazgo» en el Mediterráneo.





