El líder de ERC, Oriol Junqueras, ha dicho por segundo día consecutivo que su partido da por hecho que el PSOE se comprometió a aprobar una ley de amnistía cuando cerró un acuerdo con el independentismo para asegurarse el control de la Mesa del Congreso. Y por segundo día consecutivo, el ministro de Cultura, Miquel Iceta ha sido el encargado de responder al dirigente republicano y ha negado que el gobierno español se haya comprometido a nada concreto en lo referente a la ley de amnistía que reclaman ERC y Junts. Los reproches cruzados entre los dos políticos llegan en un momento en el cual los republicanos necesitan recuperar protagonismo en unas negociaciones que Junts está sabiendo capitalizar mejor.
Junqueras defiende que el acuerdo con el PSOE, a pesar de no mencionar explícitamente la amnistía, hace una clara referencia. “Incluye poner fin a la represión por todas las vías legales necesarias y es evidente que la amnistía lo es y que se incluye entre las vías necesarias que el PSOE ya se ha comprometido a hacer”, ha dicho el líder de ERC. Junqueras ha ofrecido una rueda de prensa en la sede del partido junto a otros represaliados como Carme Forcadell, Adriana Delgado, Francesc Sutrias, Marta Molina o Pau Furriol para conmemorar el sexto aniversario de la manifestación ante el Departamento de Economía del 20-S del 2017.
El PSOE, que se resiste a hablar abiertamente de la amnistía y está esperando a que fracase la investidura de Alberto Núñez Feijóo para empezar a negociar, se aferra a la literalidad del texto para contradecir las palabras del dirigente republicano. “En el papel dice lo que dice y no dice lo que no dice”, ha defendido el ministro de Cultura. Iceta ha desmentido que haya un acuerdo –igual que han hecho el líder del PSC, Salvador Illa, o la vicepresidenta en funciones, Yolanda Díaz–, pero ha reconocido que el gobierno español hace tiempo que busca herramientas para “poner fin a la judicialización de un conflicto que tiene raíces políticas”.

ERC endurece el tono contra la Moncloa por el catalán
Las negociaciones para llevar el catalán al Congreso y a la Unión Europea han dado frutos desiguales. El Congreso de los Diputados ha iniciado la tramitación para reformar el reglamento de la cámara y permitir que el catalán, el vasco y el gallego se conviertan en lenguas de trabajo. En cambio, la oficialidad del catalán en la UE tendrá que esperar porque los 27 han aplazado la decisión. Ante esta situación, los partidos independentistas han reaccionado de manera desigual y, en cierto modo, se han intercambiado los papeles que han jugado en los últimos años.
Así, mientras ERC ha cargado abiertamente contra la Moncloa a través del partido y de la Generalitat por hacer “tarde y mal” el trabajo para conseguir que los estados miembros dieran luz verde a la propuesta española, Juntos se ha mostrado mucho más conciliador. A pesar de avisar que el esfuerzo del gobierno español “no es suficiente”, tanto Carles Puigdemont como Míriam Nogueras han agradecido expresamente la tarea del ministro de Asuntos exteriores, José Manuel Albares, durante las conversaciones para preparar el Consejo General de la UE.