Movimiento en las filas de la CUP. Este martes al atardecer ha empezado a circular a los círculos cupaires un manifiesto, al cual ha tenido acceso El Món, que es muy crítico con la dirección de la organización. El texto, impulsado por un buen grosor de militantes, pide una verdadera revuelta interna después de los resultados electorales en los comicios municipales de domingo. Unas elecciones en que la CUP obtuvo un total de 133.429 votos y 313 regidores en todo Cataluña, ante los 176.474 votos obtenidos el 2019, que comportaron 334 regidores. A excepción de Girona, donde ha empatado a 8 regidores con el PSC, han tenido malos resultados y han quedado fuera de Barcelona, Tarragona, Lleida y la Hospitalet, y han perdido representación en feudos históricos, como por ejemplo Sant Cugat, donde solo han conservado dos concejales de los tres que tenían. El manifiesto reclama recuperar los valores de la unidad popular y del independentismo combativo. En definitiva, defienden la «refundación del independentismo de combate»
El manifiesto, que empezó a prepararse domingo por la noche, puerta por título el lema
Piden el relevo de los diputados en el Congreso como jefas lista
Los impulsores del manifiesto aseguran que la formación se ha alejado del marco nacional de los Países Catalanes, de los símbolos como
El comunicado llega después de que el diputado de la CUP en el Parlamento Xavier Pellicer haya señalado que «hay que recuperar la iniciativa y la movilización popular y hacer frente a la amenaza del giro conservador y hacia la extrema derecha». «Proponemos abrir un debate en profundidad sobre la estrategia independentista, un debate alejado de cualquier proceso electoral«, ha manifestado. «Nos preocupa que tanto a ERC como Juntos solo los interese hablar de independencia cuando las urnas no se llenan de sus votos, en lugar de garantizar derechos para la mayoría de la población del país», ha añadido. Unas palabras que no han serenado los ánimos en el sector de militantes críticos con la actual estrategia.

«Renuncia al independentismo combativo»
El texto del manifiesto es bastante contundente con la estrategia actual de los cupaires. De hecho, aseguran que el Secretariado Nacional –la dirección técnica de la formación– y los «principales cargos institucionales de la CUP» decidieron «renunciar al independentismo combativo y a la defensa de la lengua y la cultura catalana». En este sentido, resaltan que los resultados electorales del pasado domingo 28 de mayo «han sufrido un agraviado descenso respecto a las del 2019, con solo un 4’4% de los votos (se pierden 32.000), no logrando el hito de obtener representación en la ciudad de Barcelona, como sí que sucedió en 2015, y 21 regidoras menos en todo la nación». Una situación que critican en puridad. Y responsabilizan la dirección.
«La actual dirección de la CUP ha abandonado los principios ideológicos fundacionales de la izquierda Independentista, todo renunciante en la lucha radical por la Independencia», sentencia el texto. En la misma línea, reprochan que se han usado «expresiones eufemísticas y sin recorrido, como por ejemplo ‘autodeterminación’, se ha abandonado el marco nacional de los Países Catalanes, [la organización] se ha avergonzado de los símbolos nacionales, como la Estelada o
En el mismo paquete, consideran que el secretariado nacional «ha sustituido las propuestas anticapitalistas por propuestas delirantes de origen anglosajón». En la misma línea, entienden que la dirección «ha asumido inexplicablemente el marco capitalista de consumo de cuerpos de las mujeres -que representa la prostitución y la doctrina llamada

Dimisiones y asambleas nacionales
Lejos de quedarse en la queja, el manifiesto propuesta soluciones drásticas y sin miramientos. Así «exige» la «dimisión inmediata e irrevocable de todo el Secretariado Nacional» y «de todos los cargos institucionales en el Parlamento y en el Congreso». A continuación, razonan que hace falta la «conformación de una junta gestora provisional para que convoque dos asambleas nacionales extraordinarias». Una, en un periodo breve, con el objetivo de dirimir la participación de la CUP a las próximas elecciones en el Congreso. La segunda, pospuesta para el otoño, para escoger un nuevo Secretariado Nacional, que tendría que aplicar el cambio de estrategia o, como opinan algunos de los impulsores, de «táctica de aplicación» de las ponencias políticas que aprobó la formación en su última asamblea general. «Queremos volver a espolear la CUP y devolverle aquello que le dio presencia y autoridad en la sociedad política catalana, no podemos ir hablando de ilegalizar o no gigantes, y sí que tenemos que hablar de la lucha anticapitalista», argumentan fuentes de los impulsores.
Para llevar a cabo estas exigencias, los militantes firmantes del manifiesto plantean que «corra la lista de las diputadas y diputados en el Parlamento y en el Congreso porque sean ostentadas, provisionalmente y hasta las elecciones próximas, por la gente que conformaba los siguientes lugares de las listas electorales». Al final, la intención final de los impulsores del manifiesto es la «refundación del independentismo de combate institucional devolviendo a los principios ideológicos históricos de la izquierda independentista sin renuncias ni eufemismos». El manifiesto acaba con diferentes «viva» con lemas clásicos de la izquierda independentista y anticapitalista, como «viva los Països Catalans Libres!», «viva los Països Catalans anticapitalistas!» y «viva los Països Catalans feministas!». Una vez el documento ha empezado a esbombar-se entre la militancia, se ha comenzado un intenso debate entre los cuadros, que como es habitual a la CUP, quedan dentro de su dinámica de discreción y de lavar la ropa a casa. El manifiesto es el primer movimiento crítico interno desde la última asamblea.
