Faltan solo dos días para las elecciones estatales del 23-J. Unos comicios que serán claves para la política española y, en cierto modo, para la catalana, que tiene que comprobar su fuerza en Madrid y en la municipal catalana. En concreto, por la configuración de un nuevo gobierno a la Diputación de Barcelona con la presidencia de la alcaldesa de Sant Boi de Llobregat, la socialista Lluïsa Moret. Esta semana se añadía la agenda política la petición de Comuns y PSC a ERC para que se integraran en el gobierno de la entidad supramunicipal. Unas peticiones a las cuales, de momento, los republicanos han dado calabazas a la espera del resultado de domingo 23 de julio.

De hecho, fuentes de los republicanos subrayaban que ni siquiera se han sentado a hablar y «menos aun en plena campaña electoral». Así, reprochaban que el pleno –que configura el ejecutivo de la Diputación– se convocara tres días después de las elecciones. Aun así, los que lo han propuesto han hecho saber los mensajes enviados a ERC. Por un lado, que la opción de entrar a gobernar la Diputación pasa también para entrar al gobierno de la ciudad de Barcelona. Por otro lado, los republicanos consideran que se los haría montaña arriba entrar a formar parte de un gobierno con dos tránsfugas del paraguas electoral de Juntos –aunque no sean militantes–, en referencia a Marc Castells alcalde de Igualada, y Sergi Vallés, alcalde de Torrelles de Foix, que pertenecían al grupo de Juntos a través de sus marcas blancas municipales a través de la plataforma Impulsamos Penedès.

La nueva presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret, con la vara / Europa Press

Consejo Nacional de ERC, el 28 de julio

En todo caso, todo parece aguantar en el punto de salida a la espera de cómo le van los comicios a ERC. Fuentes de la formación apuntan que un acuerdo a la Diputación sería más «factible» si domingo quedan por ante Juntos, a pesar de que la idea no despierta pasión. El partido ve posible, por ahora, mantenerse por ante Junts aunque pierdan escaños, a la vista de las últimas encuestas y del resultado de la campaña electoral. Están satisfechos, por ejemplo, del papel del candidato Gabriel Rufián al debate de TV3. Tanto es así, que la dirección del partido ha convocado un Consejo Nacional –el órgano de decisión más importante entre congresos– el viernes día 28 de junio, a pesar de que en el último cónclave se pidió una reunión antes de vacaciones y se descartó.

La convocatoria tiene como orden del día la valoración de los resultados de las elecciones de domingo. Una señal que la dirección piensa que los resultados pueden ser mejores del que pronosticaban las encuestas a principios de la campaña o del análisis de los resultados de las elecciones municipales del 28 de mayo, cuando los republicanos perdieron unos 300.000 votos respecto a los anteriores comicios. La convicción al partido es que la dirección cree que han parado la bajada y, con un resultado por encima de Juntos, entienden que tendrían más margen de maniobra de cara la acción política a Madrid y en Cataluña, cosa que restaría combustible al fuego de la sospecha de un adelanto electoral.

El secretario general de Juntos, Jordi Turull, con el alcalde de Igualada, Marc Castells / Junts
El secretario general de Juntos, Jordi Turull, con el alcalde de Igualada, Marc Castells / Junts

Los Comunes y Barcelona

Pero a la otra banda de la mesa hay los Comunes y el PSC. Los que son presionan especialmente por el acuerdo por la Diputación son los de Ada Colau, que proponen compartir el gobierno de la Diputación con el gobierno al Ayuntamiento de Barcelona, de Jaume Collboni. Una opción que para los Comunes permitiría blanquear la maniobra para hacer alcalde el candidato socialista con la ayuda imprescindible del PP. Pero es una idea que muchos regidores de ERC rechazan de pleno. De hecho, entienden que sería «mortal» de cara unos futuros comicios y de cara la estrategia a largo plazo del partido.

Por otro lado, a los republicanos los hace basarda entrar en un gobierno compartido con los dos diputados que provienen de Juntos. Una maniobra que no hace nada de gracia a los diputados republicanos, con Dionisio Guiteras, el alcalde de Moià al frente. En todo caso, el panorama se podrá aclarar a partir de domingo por la noche, con la carta de presentación y la posición que haya conseguido la formación de las urnas. Si ERC quedara por debajo de Juntos debilitaría su posición negociadora para un sector amplio del partido y de la dirección. De momento, stand-by para la Diputación de Barcelona, pero gobierno con el PSC a las Diputaciones de Tarragona y Lleida.

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