Era una comparecencia tan esperada como poco prometedora. De hecho, los diputados portavoces en la comisión de investigación en el Congreso sobre la operación Cataluña reconocían que solo tenían su cargo como vicepresidenta del gobierno español presidido por Mariano Rajoy para poder relacionarla con la policía patriótica. Esta mañana, Soraya Sáenz de Santamaría, número dos en la Moncloa en la etapa de Rajoy, se ha sentado a la mesa, que preside el socialista catalán Arnau Ramírez, para negar cualquier tipo de operación contra el Procés o la existencia de la llamada policía patriótica. Incluso, ha negado tener cualquier tipo de contacto con el comisario de inteligencia ahora jubilado José Manuel Villarejo.
Sáenz de Santamaría no ha fallado a su estilo de abogada del Estado, con mirada de aristocracia política y jactándose de la gestión del gobierno de Rajoy. De hecho, ha vuelto al relato de que tomaron el poder cuando «España estaba al borde del rescate» y dejar de ser un «estado soberano» y, por lo tanto, dejando entrever que los ciudadanos no deben pedirle explicaciones sobre los agujeros negros de su gestión.

Artur Mas y el CNI
La exvicepresidenta del gobierno español ha articulado un catenaccio respecto a las acusaciones que varios portavoces le han hecho sobre su responsabilidad sobre el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y en todo el ejecutivo. «Tenía otra tarea», ha enfatizado. Así, ha contextualizado que entonces era «la única vicepresidenta» -en comparación con las vicepresidencias que tiene la Moncloa de Pedro Sánchez- y, por lo tanto, tenía muchas responsabilidades. «Me tocó ejercer el poder, pero nunca lo disfruté», ha sentenciado.
La exvicepresidenta también ha negado haber ordenado o dado algunas instrucciones al CNI para que se espiara con Pegasus al expresidente de la Generalitat, Artur Mas, que esta tarde también comparecerá en la comisión. Soraya, no obstante, suficientemente lista, ha dejado claro que ella no tenía conocimiento de los sistemas operativos, pero que el CNI cumplía las órdenes de la Directiva de Inteligencia Nacional, de la cual ha destacado que es un «documento reservado».
Una manera de dejar entender que si se le espió, no tuvo conocimiento, y si se hizo fue porque los documentos que orientan los servicios de información lo ordenaban si se interpretaba que su actuación estaba encuadrada en esta directiva. En todo caso, ante las insistentes preguntas del portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, ha negado cualquier orden o información sobre el supuesto espionaje a Mas con el sistema operativo Pegasus.
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