Sofia de Grecia está hundida desde hace varios meses, un mal momento que se alarga y alarga en el tiempo. No ha ayudado a mejorar la situación la muerte de su mejor amiga desde la infancia, la princesa Tatiana Radziwill, que ha muerto a los 86 años. Las primas segundas estaban muy unidas, hasta el punto de que había sido dama de honor en la boda de Sofía y Juan Carlos en 1962 y era habitual verla pasar unos días con ella en el Palacio de Marivent de Mallorca.

Por si eso fuera poco, a Sofía también le afectan mucho los problemas de salud que atraviesa su hermana Irene. Desde Lecturas, Pilar Eyre saca a la luz la información que ha recibido sobre el estado de salud de la griega: “Irene está dejando de ser Irene. Aquella mujer inconformista y un poco ingenua, espontánea y espiritual, se va desdibujando con cruel lentitud ante los ojos de su hermana que la quiere tiernamente”.

Siempre es triste ver que un ser querido se apaga, pero la cosa empeora si tenemos en cuenta que Sofía es plenamente consciente de que se quedará totalmente sola cuando muera su hermana: “Aunque la cara de Sofía continúe siendo tan impávida como siempre públicamente, las penas íntimas y las tormentas que agitan su alma de 87 años no la dejan vivir en paz. No solo le duele el pasado de su marido, sino su presente. ¿Qué hace en Abu Dhabi? ¿Con quién está? ¿Con la de siempre o con alguna nueva?”. Por lo visto, los tres hijos habrían llegado a la conclusión de que lo mejor para la madre es que no hablen de Juan Carlos delante de ella para no meter el dedo en la herida.

Sofía de Grecia, más sola que nunca

Sofía, siempre “tremendamente aislada”, intentaría pedir información de vez en cuando “por pequeña que sea” sobre su marido. Ahora que ya no viven juntos y nadie le informa sobre las aventuras del marido, siempre está “con el oído atento” cuando oye que alguien habla sobre él. Si lo echa de menos o, simplemente, se siente sola es un misterio. Lo que aseguran todas las fuentes es que las hijas prefieren la compañía del padre, con quien tienen “más complicidad” hasta el punto de que cada día le llaman “varias veces”: “A él le comentan los aspectos más mínimos de su vida, cosa que no hacen con la madre”.

Sofía tampoco tiene mucho trato con los nietos, en general, otro aspecto que la hunde. Siempre se ha dicho de ella que es una mujer fría y sin sentimientos aparentes, pero Pilar Eyre lo niega tajantemente: “Es una persona muy sensible y emotiva. En estos momentos, está destrozada”. La publicación de las memorias de Juan Carlos han vuelto a poner sobre la mesa sus aventuras extramatrimoniales, una daga “que cada vez le hace más daño” a la emérita si hacemos caso a esta información que comparte la periodista. Un mal momento que dura bastante y que no hace más que empeorar.

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