Sofia de Grecia está «devastada» anímicamente y también físicamente, si hacemos caso de la preocupante información que le llega a Pilar Eyre. La escritora barcelonesa ha analizado todo lo que se sabe sobre este horrible verano de la reina emérita española, a quien se la ha visto públicamente con un evidente deterioro. La peor noticia llegaba hace unos meses, cuando los médicos le comunicaban que el estado médico de su hermana era mucho más grave de lo que parecía. Irene de Grecia ha sido su única compañía en los últimos tiempos, una unión fortísima que explica que ahora esté tan preocupada por ella: «La enfermedad de la hermana ha sido un gran golpe, ya que es su única amiga y su gran compañía».
En su columna de Lecturas, la experta en monarquía dice que le aseguran que Sofia llora «noche y día», que ahora mismo vive «una vigilia dolorosa» y que su constitución, hasta ahora vigorosa, comienza a dar señales de desgaste. Se la ve más delgada, con más bolsas bajo los ojos, con una manera de caminar más vacilante «y una sonrisa que ahora se transforma en una mueca de sufrimiento con los ojos apagados«.

La Zarzuela, llena de médicos y sacerdotes para ofrecer consuelo a Sofia de Grecia
La Zarzuela se habría convertido en una casa «incómoda y solitaria«, aunque no dejen de entrar y salir los miembros del servicio, todos los médicos, las enfermeras y los sacerdotes católicos y ortodoxos que visitan a Sofia «para ofrecerle consuelo«. Eso sí, las hijas de la emérita no se separan de su lado: «No la han dejado sola y están ayudándola a cuidar a la tía. Las infantas, además de atender a la tía con eficiencia y cariño, están pendientes de su madre que parece haber llegado al límite«, dicen desde la revista.
La verían tan mal que incluso Juan Carlos y los primos griegos llamarían cada día para saber cómo están Sofia y la enferma Irene. De la misma manera, Elena y Cristina habrían pedido a Felipe que volviera pronto de las vacaciones para poder apoyar a la madre: «Sofia no hace más que preguntar constantemente por él, que no deja de ser el hijo preferido. Como sus hijas lo saben, le han insistido para que recorte los días de ocio y él ha acudido totalmente destrozado porque su madre es la persona a quien más quiere en el mundo«.

Un verano horribilis para Sofia, que sentiría dolor «en el cuerpo y en el alma». Una señora con quien coincide cada año en Mallorca reconoce a Pilar Eyre que la ha visto peor que nunca: «Le costaba hablar y me dio mucha pena porque parecía realmente que no estuviera aquí. Debe estar hundida«. Sofia, que cumplirá 87 años, se encuentra «sola» en un palacio inmenso y «rodeada de fantasmas». Una situación complicada que tendría preocupados a los tres hijos, muy pendientes de ella en este momento duro.