Cristina de Borbón está preparando el traslado a Barcelona, la ciudad en la que volverá a vivir después de muchos años fuera. La capital catalana fue su lugar de residencia en los primeros años de matrimonio con Iñaki Urdangarin, donde nacieron sus hijos y donde más feliz ha sido. Ahora que los niños se han hecho mayores y han abandonado la casa familiar en Ginebra, ella también dejará el extranjero y se instalará en el espectacular piso de 305 metros cuadrados que ha comprado en Pedralbes.
La revista Diez Minutos ha conseguido todos los detalles sobre la casa en sí, en la cual ha realizado una reforma integral que ha durado unos cuantos meses. La reforma está terminada y, en estos momentos, Cristina está aprovechando las vacaciones de Navidad para llevar todos los muebles con los que decorará el gran espacio. No es un edificio nuevo para ella, ya que sorprendentemente ha escogido exactamente el mismo donde vivía antes con Iñaki y los hijos.
El piso, ubicado en la cuarta planta, ha sufrido una transformación total. Los fotógrafos la han captado en la entrada y a la salida del inmueble, en el que hizo una visita de tres horas acompañada de dos decoradoras y el arquitecto responsable del proyecto.

Así es por dentro el nuevo piso de Cristina de Borbón en Barcelona
El precio podría acercarse a los 2 millones de euros, a los que se deben sumar la reforma integral que ha abierto los espacios y ha dotado el piso de más luz. Dicen que Cristina ha solicitado una hipoteca a La Caixa, la entidad bancaria donde trabaja, para terminar de pagarla en 15 años. Si es cierto o si ha pagado esta gran cantidad de dinero en billetes grandes, no lo sabremos.
La cocina, que se sabe que es de estas americanas, tiene una mesa gigante de más de 3 metros y un peso de 200 kg según dicen. ¿Y el comedor al que está integrada? Pues aún más espectacular con un espacio de más de 100 metros cuadrados y presidido por una chimenea muy moderna en el centro.
Del piso también se sabe que cuenta con tres suites con baño incorporado, que la habitación principal tiene un balcón que da directamente a los Jardines de Tokio, que tienen una sala para el servicio y dos baños más. Todas las partes las han pintado en blanco, de la misma manera que los muebles han sido lacados en colores claros.

Ya hacía tiempo que Cristina tenía ganas de volver a vivir en Barcelona, ya que viaja con mucha frecuencia por su trabajo en La Fundación La Caixa y también para acudir a los partidos de balonmano que juega su hijo Pablo desde que fichó por el Granollers. Ahora que es oficial que volverá a vivir aquí, será más habitual verla por las calles de Pedralbes. Habrá que esperar para saber si será bien recibida o si los catalanes la rechazarán como muchos pronostican.

